Vida Sana
Pat Ormond se jubiló hace tres años y estaba aburrida. Su nieta, Melody, le sugirió que se entretuviera tejiendo. O que se integrara a un club de lectura. Pero Pat no estaba interesada en eso.
"Investigué los clubes de adultos mayores, pero no eran nada estimulantes", dice Pat, de 75 años, quien vive en Chattanooga, Tennessee.
"Nana se estaba quedando en casa sin mucho que hacer, entonces le dije, 'Muy bien, sabelotodo. Ven a la universidad conmigo'", recuerda Melody, de 22 años.
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Pat nunca había pensado en regresar a la escuela para obtener un título universitario, pero poco después del desafío de Melody, se preguntó, ¿por qué no? Tenía el tiempo. También tenía suficientes créditos académicos para empezar en el segundo año de la universidad, porque había tomado unos cursos esporádicamente cuando era más joven, en su mayoría en University of Tennessee en Chattanooga, donde Melody iba a empezar su segundo año universitario.
El precio fue el factor decisivo. Solo $70 cada semestre, ya que tenía más de 65 años y era residente del estado.
Así que abuela y nieta se convirtieron en compañeras de clase.
"Esto me mantendría joven, me mantendría activa y definitivamente mantendría mi mente trabajando", dice Pat.
Melody, también de Chattanooga, añade: "Ella siempre ha sido una inspiración".
Ver a 'Nana' en el campus
Pat creció cerca de los Montículos de los Indios Etowah (Etowah Indian Mounds), un sitio arqueológico de 54 acres en el condado de Bartow, Georgia. Ella visitaba ese sitio con frecuencia, y su exposición a los montículos de rituales ancestrales —la mejor ventana del sureste hacia la cultura de los nativos de Misisipi— estimuló un interés en la arqueología.
Una vez que tenía la edad suficiente para trabajar, aceptó un puesto en una oficina de contabilidad. Una cosa llevó a la otra y, sin darse cuenta, había pasado la mayoría de sus años de empleo como jefa de contaduría para dos firmas de contadores.
Esos cursos universitarios que tomó fueron para ayudarla a certificarse como contadora pública, "Pero, de algún modo, la vida se interpuso en el camino", dice.
"Si dejas de moverte, entonces es cuando vas a tener problemas. Tienes que seguir moviéndote".
Pat crió a dos hijos. Luego, un día su hijo y los dos hijos de él se fueron a vivir a la casa con ella. Melody era uno de esos hijos.
"No quedaba tanto dinero al final del mes para pensar en que yo regresara a la universidad", explica Pat.
Una vez que Melody le sugirió que regresara a la universidad, Pat, siguiendo un interés de toda la vida, se graduó en antropología con una concentración en arqueología.
"Al estar jubilada, podía estudiar lo que quisiera estudiar", expresa Pat.
Melody se especializó en psicología, así que no compartieron ninguna clase, pero se veían en el campus de vez en cuando.
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