Cómo abordar con elegancia el cambio de pronombre de un nieto o nieta

Allen recomienda los siguientes libros relacionados con los cambios de pronombre: The Gender Creative Child: Pathways for Nurturing and Supporting Children Who Live Outside Gender Boxes; The Transgender Teen: A Handbook for Parents and Professionals Supporting Transgender and Non-Binary Teens, y The Reflective Workbook for Parents and Families of Transgender and Non-Binary Children: Your Transition as Your Child Transitions. Para descargar otros recursos que te ayuden a comprender y apoyar mejor a tu nieto o nieta, Allen sugiere el sitio web Gender Spectrum. Y dice que los abuelos pueden buscar apoyo para ellos mismos acudiendo a PFLAG, una organización nacional que apoya, educa y defiende a las personas LGBTQ+ y a aquellos que las aman.

No emitas juicios y demuestra aprecio

Dado que puede ser muy difícil para un adolescente revelar un cambio de pronombre de género, es útil que los abuelos se abstengan de emitir juicios y, en su lugar, demuestren su apoyo indagando con interés sobre la decisión.

"Una buena respuesta siempre es 'cuéntame más'", dice Denise O'Doherty, psicoterapeuta de Houston especializada en trabajar con individuos y familias sobre cuestiones de género.

Y añade que hay que escuchar de verdad lo que el nieto o la nieta tienen que decir y responder con algo como: "Muchas gracias por compartirlo conmigo… Confías en mí y quieres que sepa todo sobre ti. Eso es un gran cumplido para mí".

"Es más fácil apoyar algo si sabes lo que hay detrás", dice.

Practica, practica, practica

Repetir el nuevo pronombre en voz alta y en privado —incluso escribirlo en una nota solo para ti— fomenta la familiaridad, sobre todo si visualizas a tu nieto o nieta en el proceso, recomienda Allen.

También sugiere pensar en el nuevo pronombre del mismo modo en que se piensa en un apodo nuevo.

"En realidad, aceptamos nuevos apodos con bastante facilidad, y a veces cuando ni siquiera nos gustan", dice. "Los cambios de pronombre —al igual que los apodos, y con un poco de práctica— pueden llegar a ser igual de naturales".

Esta táctica funciona no solo para los cambios de pronombre, sino también para los cambios de nombre.

Pide paciencia si cometes un error

Deja en claro ante tu nieto o nieta que no es tu intención causarle daño ni faltarle el respeto si utilizas inadvertidamente el pronombre equivocado, y que puede llevarte un tiempo familiarizarte con una nueva realidad.

Getty, residente de Duluth, Minnesota, admite que a veces se ha equivocado de pronombre cuando un amigo cambió el suyo hace poco.

"Simplemente lo corriges tan rápido como puedes... y sigues adelante", dice. "Cuando le das mucha importancia, [entonces] la cuestión pasa a ser la vergüenza y la culpa [que sientes] por haberlo hecho mal, no la preocupación real por la persona ".

Recuerda que tu cerebro está atravesando un período de transición, añade Getty: "Serás algo torpe, [pero] cuantas más veces lo hagas, más fácil te resultará".

Por lo general, basta con decir un rápido "lo siento" y seguir adelante, dice Allen, y luego esforzarse por hacerlo mejor la próxima vez.

Dicho esto, ten en cuenta que, aunque puede que te perdonen algún desliz ocasional, las equivocaciones constantes suelen ser otra historia.

"Al cabo de un tiempo empieza a afectarles", dice Ellen Romano.

Concéntrate en lo más importante

Incluso si tu nieto o nieta cambia de pronombre más de una vez, es importante que demuestres que te esfuerzas por seguirle el ritmo.

"Es un gesto de interés amoroso y de respeto", dice Allen.

Demostrar amor y apoyo incondicional es clave, subraya Richard Romano, de 83 años, profesor jubilado de Economía: "No hagas que los abuelos sean otra cosa más con la que tengan que luchar".

El consejo número uno de Getty es no permitir que la gramática se interponga en tu relación.

"Aunque seas malísimo con los pronombres", dice, "di simplemente que quieres al joven y que vas a intentarlo... y luego, inténtalo".

¿Y si no estás de acuerdo con el cambio?

"Podemos discrepar sin ser desagradables", dice Allen. "En la práctica, a menudo navegamos entre sentimientos y acciones aparentemente incompatibles. Podemos sentir rabia pero hablar con calma, estar en total desacuerdo con una opinión política pero entender que pueda tener sentido para otra persona, o reconocer los sentimientos de alguien sin aceptar culpa de nuestra parte. La gestión de un cambio de pronombre es similar. Debemos seguir mostrando respeto y compasión, aunque no estemos totalmente de acuerdo".