Vida Sana
Durante más de dos tercios de mi vida, he tenido un solo perro.
Cuando tenía nueve años, trajeron a casa a Gumbo, un collie barbudo de una granja del norte de Inglaterra. Luego llegó Finn, un travieso perro irlandés de raza mixta que recorrió el mundo (en inglés) conmigo y ahora está enterrado en mi jardín de Virginia. Y el travieso Loafer, otra mascota adoptada, una mezcla de bassett y terrier de patas cortas, que llenó el hueco en mi corazón tras la pérdida de Finn.
Siempre he tenido un perro en mi vida y realmente espero que el sabio tejano Kinky Friedman tuviera razón al predecir (en inglés) que "cuando mueres y vas al cielo todos los perros y gatos que has tenido en tu vida acudirán corriendo a tu encuentro".
El pasado noviembre, tras la incesante insistencia de mis hijos adolescentes, rompí con la tradición y obtuve un segundo perro. Colby, según su perfil de ADN, es principalmente pit bull y staffordshire americano, con algo de bichón frisé, shih tzu y bóxer.
Estaba muy nervioso, sobre todo porque Colby llevaba ocho meses en un refugio (en inglés) y había sido adoptado y devuelto tres veces. El maravilloso personal del refugio no intentó ocultar el problema. Su evaluación fue que era un perro "inquieto, con mucha energía e incansable" que saltaba y tenía la costumbre de "masticar destructivamente". Entre las cosas que este delgaducho animal prefería masticar estaban las manos y los antebrazos.
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"¿Por qué abandonar la fórmula ganadora de un solo perro?" reflexioné mientras iba a recogerlo. Loafer tenía once años y era el mejor perro que había tenido desde Finn.
Decidimos no cambiarle el nombre, en parte porque se había acostumbrado a llamarse Colby (aunque durante una adopción parece que lo llamaron Angus), pero también porque pensamos que era posible que tuviéramos que devolverlo.
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Seis meses después, estoy muy contento de haber dado ese salto al vacío. No puedo imaginarme no tener dos perros. Estas son las razones por las que deberías dar el paso y obtener un segundo perro:
1. El perro joven revitaliza al perro mayor
Colby entró en escena como un huracán y dejó a Loafer totalmente aturdido. Hubo muchos gruñidos por parte de ambos y varias peleas intensas. Pero pronto hicieron las paces y Loafer claramente encontró una nueva vitalidad. El ejercicio fue bueno para todos.
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