Vida Sana
A menudo llevamos el mismo ritmo de vida día tras día: el mismo trayecto al trabajo o al supermercado, la misma interacción con un solo vecino al frente de casa y tal vez un saludo al mismo paseador de perros que se cruza en tu camino a diario.
Pero justo debajo de la superficie de lo mundano y lo familiar se esconde toda una red de conexiones potenciales, tanto personales como profesionales, que estamos pasando completamente por alto.
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Estas conexiones perdidas podrían guardar el secreto de lo que anhelamos —y lo que podemos conseguir si estamos dispuestos a esforzarnos un poco más—.
Estas pequeñas interacciones tienen un gran significado, sobre todo a medida que envejecemos: algunos investigadores (en inglés) consideran que las relaciones emocionalmente gratificantes y el hecho de ser sociable son un "amortiguador" contra las partes más duras del envejecimiento, como los cambios negativos en la salud y la reducción del funcionamiento cognitivo.
Te decimos cómo intentarlo.
1. Lleva ropa que diga algo... para que alguien diga algo
Algunos atuendos son perfectos para que alguien se acerque a ti y empiece a charlar.
"Una vez, un hombre que probablemente tenía la edad de mi padre me detuvo porque llevaba una sudadera de Pink Floyd y quería saber dónde la había comprado", le dijo a AARP Experience Counts Melissa Hoffmann (en inglés), coach de mentalidad e hipnoterapeuta en Folsom, California. "Era un gran fanático del grupo y estaba muy emocionado de poder hablar con alguien de por qué le encantaban y de la vez que los vio en concierto.
Fue un momento pequeño pero alegre en el que ambos pudimos charlar sobre algo que nos gustaba a los dos y crear una conexión".
Puede que incluso tu ropa te ayude a conocer a tu nuevo socio. Bennett Kleinberg, de Brooklyn, Nueva York, le contó a AARP Experience Counts que un hombre de unos 60 años hizo un comentario sobre la sudadera de su esposa en una tienda.
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"Empezamos a hablar y nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común tanto profesional como personalmente. En la actualidad, trabajo con él en su empresa emergente".
2. Habla con extraños
Es contraintuitivo y definitivamente no es el consejo favorito de tu madre, pero funciona. "Cuando se trata de personas desconocidas, fuimos condicionados y programados a una edad temprana por nuestros cuidadores al oír 'no hables con extraños'", le dijo a AARP Experience Counts Julie Costa (en inglés), hipnoterapeuta y entrenadora en Boston.
"Y así, a medida que envejecemos, tenemos esa creencia subconsciente en segundo plano de que conectarnos o hablar con extraños puede suponer algún tipo de amenaza y, de hecho, nos impide hacer conexiones reales con gente que no conocemos".
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