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Detrás del récord mundial que ayuda a los hijos de operadores especiales militares de Estados Unidos

Un salto épico que requirió entrenamiento y nervios de acero.


spinner image Un equipo de cinco personas estableció recientemente un récord mundial Guinness de paracaidismo en formación más alto jamás realizado.
Cortesía de Jimmy Petrolia

Un equipo de cinco personas de The Alpha 5 Project (en inglés) batió recientemente un récord Guinness, recaudando un millón de dólares para la Special Operations Warrior Foundation (en inglés) con el salto en paracaídas en formación más alto jamás realizado.

"Estar a esa altura fue la experiencia más surrealista de mi vida", declaró el sargento mayor Brandon Daugherty, reservista de la Fuerza Aérea de EE.UU., pararescatista y director del proyecto.

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"Y el sentido de calma al ver todos los colores diferentes en la atmósfera. El sol estaba apareciendo y miré sobre el estado de Nuevo México, simplemente apreciando lo hermoso que era.

Los cuatro pararescatistas y el aventurero Larry Connor, de 74 años —astronauta y buzo de aguas profundas— ascendieron a 38,067 pies de altura en un globo gigante inflado hasta casi 115 pies de altura. Fue el globo más grande jamás fabricado en Estados Unidos.

spinner image Placa de identificación oxidada con el texto 'gracias veteranos' grabado, junto a una bandera de EE.UU.

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Luego, saltaron a temperaturas de casi 50 grados bajo cero y enlazaron los brazos para formar un círculo humano, que mantuvieron durante 11 segundos. La caída libre hasta los 4,000 pies, cuando se abrieron sus paracaídas, duró dos minutos y 20 segundos, durante los cuales alcanzaron velocidades de 190 mph.

Los cinco aterrizaron a unas 14 millas del lugar de lanzamiento. Fue el salto en formación HALO (gran altitud, baja apertura) más alto de la historia, con el apoyo de un piloto de globo, un técnico de oxígeno y un personal en tierra de unas 60 personas.

Connor, piloto de la misión espacial Axiom Ax-1 y fundador de la empresa de inversiones inmobiliarias The Connor Group, fue el único no veterano que saltó.

Elogió a los pararescatistas, diciéndole a AARP Experience Counts: "Son lo mejor de lo mejor. Se entrenan día tras día, mes tras mes, para realizar misiones extremadamente difíciles y desafiantes. Estos hombres han dado literalmente su vida adulta para proteger al país. Creo que como estadounidenses tenemos una enorme deuda de gratitud con estos hombres valientes".

Para Daugherty y el jubilado sargento mayor Chris Lais, antiguo pararescatista de la Fuerza Aérea de EE.UU. —que trabajan juntos en Operator Solutions (en inglés), una empresa de rescate de vuelos espaciales comerciales con sede en Florida—, todo fue parte del trabajo. "Es algo para lo que entrenamos en el ejército", dice Daugherty, que ha participado en siete despliegues de combate y ha realizado unos 600 saltos. "Entramos a una gran altura".

Lais, que se jubiló en el 2021 tras 14 años como pararescatista, le dijo a AARP Experience Counts, "En los últimos 15 meses, hice más saltos de los que hice probablemente en los últimos cuatro o cinco años en la Fuerza Aérea". Los otros dos paracaidistas eran el sargento mayor Rob Dieguez y Jimmy Petrolia, quienes se jubilaron en el mismo rango.

Hubo cinco fases de entrenamiento, incluidas en túneles de viento que simulaban caídas libres y unos 100 saltos de práctica.

El grupo empezó a realizar saltos de 10,000 a 12,000 pies que progresaron a 15,000, 18,000, 20,000 y luego 26,000 pies.

Cuando llegó el gran día, estaban preparados. "Habíamos entrenado tanto que podíamos hacer este salto de forma experta", dijo Lais. "Confiamos en nuestro entrenamiento, confiamos los unos en los otros y confiamos en nuestro equipo".

Cuando aterrizaron, Daugherty dijo, "Hubo alivio, chocadas de manos y abrazos". 

Hubo una sorpresa. Daugherty aterrizó en medio del desierto junto a una bomba sin explotar en un campo de tiro de la época de la Segunda Guerra Mundial. "Hubiera sido desafortunado haber explotado", bromeó. "Sobrevivo al salto de 38,000 pies y luego me explota una bomba".

El salto se realizó por algo importante. Daugherty señaló su brazalete que conmemora a los compañeros muertos en Irak en el 2018.

"Se suponía que yo estuviera en ese helicóptero", dijo. "Salí del despliegue dos semanas antes. Todos fueron asesinados. El hombre que me reemplazó fue asesinado. Tiene un hijo de 10 años igual que yo.

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"Lo que la Special Operations Warrior Foundation hace mejor que nadie en el mundo es prestar apoyo a los jóvenes: les pagan la universidad; los ayudan a ingresar; les proporcionan mentoría, herramientas, capacitación y asistencia; los acompañan paso a paso para que tengan éxito".

Lais dijo, "Es un programa en el que confiamos y que hemos visto que marca la diferencia. Hasta el momento en que el niño consigue una carrera en la que pueda mantenerse".

Connor dijo, "Ellos [los miembros de las Fuerzas Armadas] lo hacen por mucho tiempo, por el desafío, por el propósito; lo hacen por amor a Estados Unidos. Creo que tenemos la obligación como estadounidenses de apoyar a sus familias".

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