Vida Sana
El siguiente artículo proviene del nuevo libro “How To Make Your Money Last: The Indispensable Retirement Guide” (“Cómo lograr que te dure el dinero: la guía indispensable para la jubilación”) de Jane Bryant Quinn.
“Haber ahorrado más dinero”.
Esa es la respuesta número uno que dan los jubilados y las personas próximas a jubilarse cuando les preguntan: “Si hablamos de finanzas, ¿qué desearías haber hecho de otra manera?”. Por supuesto, la mayoría de nosotros por lo general nos damos cuenta de esto después de que no nos funcionó ni el Plan A (el hada madrina de la jubilación, quien mágicamente se encargará de todo) ni el Plan B (trabajaré hasta que me muera). Pero como no podemos contar con que ni nuestra salud ni nuestros empleos nos mantengan a flote, quienes tenemos la suerte de todavía estar empleados debemos dirigirnos directamente al Plan C: exprimir ese sueldo como una esponja para financiar nuestras cuentas de jubilación.
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Por suerte, el gobierno les ha dado un gran regalo a todos los que ahorran para la jubilación, incluso a quienes se aproximan al final de sus vidas laborales: los planes de jubilación con beneficios impositivos. Los aportes a estos planes, así como sus ganancias, cuentan con impuestos diferidos, e incluso en algunos casos, están libres de impuestos.
A muchas personas que están próximas a jubilarse no les parece que tiene sentido financiar estas cuentas. “¿Por qué colocar dinero en un plan de jubilación ahora?”, preguntan. “Lo estaré sacando en unos pocos años”. Por dos razones fundamentales. Primero, estos podrían ser los años en los que más ingresos ganas, lo cual haría que los beneficios impositivos sean muy valiosos. Segundo, retirarás los fondos de manera incremental, no todo de una vez. Quizás vivas tres décadas adicionales, tiempo más que suficiente para que tus aportes antes de la jubilación crezcan con impuestos diferidos. Por eso, sé inteligente y obtén esas exenciones de impuestos mientras puedas.
Dame un incentivo (fiscal)
Existen dos tipos de planes de ahorros jubilatorios con beneficios impositivos: el tradicional y el Roth. La gran mayoría son cuentas personales de jubilación (IRA) tradicionales, cuentas 401(k) y planes parecidos. Los impuestos sobre la renta de tus aportes, hasta un límite anual ($18,000 en el 2016, más $6,000 para los contribuyentes de 50 años o más), son diferidos, y las ganancias también aumentan con impuestos diferidos. Cuando empieces a retirar el dinero (lo cual no puedes hacer antes de los 59½ años y debes hacer para cuando cumplas los 70½ años, a menos que todavía figures en la nómina salarial de una empresa), este es gravado como los ingresos ordinarios. Ese es el trato: sin impuestos ahora pero definitivamente sujeto a impuestos más adelante, cuando —se asume— es probable que te encuentres en una categoría impositiva más baja.
Las cuentas Roth, por otra parte, se financian con dólares “después de impuestos”. Sin embargo, todas las ganancias crecen libres de impuestos, y cuando retires el dinero, no se cuenta como parte de los ingresos actuales y por consiguiente está completamente libre de impuestos. Si no necesitas el dinero, nunca estás obligado a retirarlo; una cuenta Roth puede aumentar libre de impuestos por el resto de tu vida y dejarse a tus herederos sin estar sujeta a impuestos. (Otra ventaja: si necesitas el dinero, puedes retirar tus propios aportes a cualquier edad sin multas).
¿Cuál plan es cuál?
El plan con beneficios impositivos en el que participas lo determina tu situación laboral, así que no hay que atormentarse pensando en cuál escoger. Lo que es vital desde todo punto de vista es que participes en el plan para el que cumplas los requisitos y ahorres lo más que puedas. El dinero que inviertas ahora serán tus ahorros para la jubilación más adelante. A continuación encontrarás un breve resumen.
- Si trabajas para una empresa que ofrece un plan con impuestos diferidos, un porcentaje de cada cheque de sueldo puede deducirse automáticamente de tu salario antes de impuestos e invertirse en el plan. Por lo general, se deposita en fondos de inversión proporcionados por empresas de inversión, agencias de corretaje, bancos y aseguradoras. Muchos empleadores equiparan un porcentaje de tu aporte, un beneficio gratuito que ningún empleado debería dejar de aprovechar.
En general, las empresas con fines de lucro ofrecen cuentas 401(k); las escuelas públicas, las universidades y otras instituciones sin fines de lucro ofrecen cuentas 403(b); y ciertos gobiernos estatales y municipales brindan cuentas 457. (Los nombres corresponden a secciones del código tributario).
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