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5 opciones para solicitar beneficios del Seguro Social para las parejas

El método de “solicitar y suspender” ya no existe, pero los cónyuges pueden seguir adaptando sus estrategias para cobrar beneficios.


spinner image un contorno de una tarjeta de seguro social con una pareja parada mirando un lago en el medio
Federico Gastaldi

Una de las decisiones más importantes que tomarán tú y tu cónyuge respecto a la jubilación es cuándo cobrar los beneficios del Seguro Social. A partir de este año, una estrategia que antes era muy popular entre los matrimonios para sacar el máximo partido de esa decisión en pareja queda totalmente descartada.

Antes, el Seguro Social permitía a las personas que tenían derecho tanto a beneficios jubilatorios como a beneficios para cónyuges —una prestación auxiliar que puede recibir uno de los miembros de la pareja en función del historial de ingresos del otro— elegir una u otra opción si habían cumplido la edad plena de jubilación. De este modo, podrías recibir primero beneficios para cónyuges y luego pasar a tus beneficios jubilatorios a los 70 años, momento en el que tendrías derecho a tu pago máximo.

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El Congreso eliminó esa opción como parte de una ley presupuestaria del 2015. [Se aprobó como la Ley de Presupuesto Bipartidista del 2015. Los legisladores eximieron a las personas que estaban cerca de la edad de jubilación, por lo que los individuos con “doble derecho”, aquellos nacidos antes del 2 de enero de 1954, aún podían elegir entre beneficios jubilatorios y para cónyuges si habían cumplido la edad plena de jubilación. Todos los demás estaban sujetos a la “suposición de solicitud”: al solicitar beneficios del Seguro Social, se suponía que solicitaban tanto los beneficios para cónyuges como los jubilatorios y recibían la cantidad más alta. 

Al 1.º de enero del 2024, todas las personas cubiertas por las antiguas normas cumplieron 70 años, por lo que ya nadie tiene derecho a la estrategia y ahora las parejas tienen una herramienta menos para maximizar sus beneficios. 

¿Qué sucedió con “solicitar y suspender”?

La opción de elegir entre tipos de beneficios dio lugar a una popular estrategia de reclamación entre las parejas llamada “solicitar y suspender”, a la que el Congreso también puso fin con esa ley del 2015.

Con este método, uno de los cónyuges —normalmente la persona con mayores ingresos— solicitaba beneficios del Seguro Social al cumplir la edad plena de jubilación, momento en el que se puede cobrar el 100% de los beneficios calculados a partir del historial de ingresos. En ese caso, el otro miembro de la pareja reclamaba los beneficios para cónyuges, que pueden ser de hasta el 50% de la cantidad total de los beneficios de su pareja. 

El primer cónyuge solicitaba al Seguro Social la suspensión voluntaria de beneficios, lo que le permitía acumular créditos por jubilación aplazada y aumentar sus futuros pagos. Mientras tanto, el otro seguía recibiendo beneficios para cónyuges. Cuando cada cónyuge cumplía los 70 años, podía cobrar sus respectivos beneficios jubilatorios, y en ese momento tenía derecho a la cantidad máxima.

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“Solicitar y suspender fue una gran herramienta para maximizar los beneficios del Seguro Social en su día”, dice Chuck Czajka, un estratega certificado en reclamaciones del Seguro Social y fundador de Macro Money Concepts, una empresa de servicios financieros con sede en Stuart, Florida. 

A los clientes de su firma que recurrieron al método de solicitar y suspender “les va muy bien”, afirma Czajka. No solo obtienen mayores beneficios combinados, sino que, como el cónyuge con mayores ingresos ha podido recibir sus beneficios máximos de jubilación, el cónyuge con menores ingresos obtendrá beneficios para sobrevivientes mayores si vive más tiempo, añade.

La fecha límite para el método de solicitar y suspender fue el 30 de abril del 2016; desde entonces, si un jubilado suspende sus beneficios del Seguro Social, los beneficios para cónyuges de su pareja también se suspenden. Desde principios de este año, también está prohibido solicitar beneficios para cónyuges para retrasar los beneficios jubilatorios, salvo en circunstancias muy limitadas.

Sigue habiendo formas en que las parejas pueden adaptar su estrategia para solicitar beneficios del Seguro Social en función de factores como su edad, su salud y sus finanzas. No hay un método correcto; cada quien debe determinar qué le funciona mejor. Eso requiere planificación y preparación, dice Jim Blair, consultor principal de Premier Social Security Consulting en Cincinnati.

Las parejas “planifican bodas, planifican vacaciones. Esto es algo que vas a recibir el resto de tu vida”, dice. “Tómate tu tiempo y elabora un plan”.

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Ambos cónyuges esperan el mayor tiempo posible 

Hasta los 70 años, “cuanto más esperes para solicitar, más cobrarás”, dice Martha Shedden, presidenta de la Asociación Nacional de Analistas Registrados del Seguro Social. Si ambas partes pueden esperar ese tiempo, maximizarán sus ingresos totales durante el resto de su vida, afirma.

¿Por cuánto? Digamos que naciste en 1962. Puedes solicitar beneficios jubilatorios en el 2024 —la edad mínima es 62 años—, pero recibirás tan solo el 70% de la cantidad “completa” de tus beneficios. Obtendrás el 100% si presentas la solicitud a los 67 años, la edad plena de jubilación. Pero obtendrás el 124% si aplazas tu solicitud hasta los 70 años.

Esta estrategia puede ser especialmente beneficiosa en los hogares en los que ambos cónyuges tienen un historial de ingresos similar y los beneficios para cónyuges no entran en juego (ya que solo puedes obtenerlos si tu cónyuge tuvo ingresos considerablemente superiores a los tuyos). Por supuesto, esta estrategia supone que puedes permitirte esperar. Las personas que no pueden seguir trabajando hasta los 70 años por motivos de salud o de otro tipo, o que no tienen suficientes ahorros para mantenerse, podrían necesitar sus ingresos del Seguro Social antes.

Ambos solicitan temprano

A veces, maximizar los ingresos del Seguro Social no es la principal prioridad de una pareja. Si tú o tu cónyuge disponen de una gran cantidad de ahorros jubilatorios u otras fuentes de ingresos estables (una pensión, por ejemplo), puede que no necesiten la mayor cantidad de beneficios posibles para jubilarse con seguridad. 

En este caso, podrían optar por dejar de trabajar, solicitar beneficios del Seguro Social temprano y dedicar su tiempo a otras cosas. De esta manera, recibirían beneficios para complementar sus demás activos y ayudar a mantener su estilo de vida. Solo asegúrense de que esos otros activos les proporcionen seguridad a largo plazo, porque recibirán esa cantidad menor de beneficios por el resto de su vida.

Estrategia dividida

Lo que es mejor para un miembro de la pareja no siempre es lo mejor para el otro. A veces es conveniente que uno de los cónyuges aplace los beneficios mientras el otro empieza a cobrarlos temprano o al cumplir la edad plena de jubilación. Por ejemplo, si uno de los cónyuges deja de trabajar para asumir las tareas de cuidador, podría solicitar sus beneficios para disponer de ingresos mientras que el otro permanece más tiempo en la fuerza laboral y cobra más tarde mayores beneficios del Seguro Social. 

Otro motivo por el que uno de los miembros de la pareja puede solicitar beneficios temprano es si el matrimonio tiene un hijo adulto con una discapacidad que se desarrolló antes de los 22 años. Ese hijo podría tener derecho a beneficios en función del historial laboral de los padres, siempre que uno de ellos ya esté recibiendo beneficios, señala Blair.

Uno de los miembros de la pareja puede decidir seguir trabajando si dejó mucho tiempo la fuerza laboral. Las cantidades de los beneficios jubilatorios se basan en los 35 años de ingresos más altos; si solo has trabajado 25 años, el Seguro Social utiliza 10 años de ingresos nulos para calcular tu pago. Un cónyuge que hizo una pausa en su carrera para, por ejemplo, quedarse en casa con los niños, “puede trabajar y sustituir esos años nulos por un [número] positivo”, dice Marc Kiner, copropietario de Premier Social Security Consulting. La ventaja de este plan es que el cónyuge que ha alcanzado el umbral de los 35 años puede cobrar beneficios para ayudar con los gastos mientras el otro trabaja y aplaza la solicitud del Seguro Social, lo que generará beneficios colectivos mayores para la pareja cuando ambos estén jubilados. 

Cambiar a beneficios para cónyuges

Como ya se ha indicado, si tienes derecho tanto a beneficios para cónyuges como a beneficios jubilatorios, el Seguro Social no pagará ambos, sino que recibirás el beneficio más alto. Las parejas con una gran disparidad de ingresos pueden sacar provecho de esta situación.

Para esta estrategia hay que recordar dos cosas:

  • Desde que se eliminó la opción de solicitar y suspender, no puedes recibir beneficios para cónyuges a menos que tu pareja esté cobrando sus beneficios jubilatorios. 
  • Si bien la cantidad máxima que puedes recibir en concepto de beneficios para cónyuges es el 50% de los beneficios jubilatorios de tu cónyuge, esta cantidad podría superar tus propios beneficios jubilatorios si tu cónyuge tuvo mayores ingresos laborales que tú. 

En estas circunstancias, puede ser ventajoso para una pareja que el miembro con mayores ingresos espere para jubilarse y que el miembro con menores ingresos empiece a cobrar sus beneficios jubilatorios temprano, dice Shedden.

Supongamos que el cónyuge con menores ingresos es la esposa, como suele ocurrir. “Ella no puede cobrar beneficios para cónyuges hasta que él empiece a cobrar beneficios jubilatorios, pero sí puede empezar a cobrar sus propios beneficios jubilatorios para que la pareja tenga ingresos”, dice Shedden. “Cuando él empiece a cobrar sus beneficios jubilatorios, ella va a recibir un aumento, una cantidad más alta correspondiente al beneficio para cónyuges”.

Maximizar los beneficios para sobrevivientes

Nadie quiere pensar en perder a su pareja, pero es algo que los matrimonios deben tener en cuenta a la hora de planificar su solicitud del Seguro Social, afirma Blair.

“Los beneficios de la persona con mayores ingresos son los que se van a pagar si un cónyuge sobrevive al otro”, dice. Si el cónyuge fallecido solicitó un beneficio reducido a los 62 años, el sobreviviente recibe también un beneficio más bajo. Pero “si espera hasta los 70 y obtiene esos créditos por jubilación aplazada, eso aumentará los beneficios del cónyuge sobreviviente”. 

Si el miembro de la pareja con mayores ingresos es significativamente mayor que el otro o tiene problemas de salud que aumentan las probabilidades de una vida más corta, es especialmente importante una estrategia que garantice los beneficios para sobrevivientes más altos.

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