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El impuesto por la edad es injusto y costoso

Aumentarían las primas de los adultos mayores para poner más dinero en los bolsillos de los seguros de salud. Esta no es la forma de reducir los costos de salud.


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Si el Congreso impone un impuesto por la edad, las facturas de los médicos y el costo del seguro podrían aumentar para muchos adultos mayores.
Getty Images

Si tienes entre 50 y 64 años y necesitas seguro médico, las leyes federales te brindan una protección fundamental que podría estar ahorrándote miles de dólares por año.

Pero esta protección es objeto de amenaza por una legislación en el Congreso.

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Este nuevo proyecto de ley —el "State Age Rating Flexibility Act of 2017" (Flexibilidad en la clasificación por edad para los estados, del 2017)— es la manera en que se refiere Washington a un impuesto por la edad que permitiría que las compañías de seguro cobren hasta cinco veces más a los adultos mayores de lo que les cobran a otras personas por la misma cobertura. En promedio, los adultos de 60 años o más tendrían que pagar $3,000 más por año por la cobertura de seguro médico.

Por mucho tiempo se ha permitido a las aseguradoras cobrar primas más altas a los adultos mayores. Esta práctica discriminatoria ha sido especialmente perjudicial para las personas que aún no reciben Medicare, quienes a menudo hacen malabarismos entre el cuidado de sus padres y el de sus hijos, y a la vez luchan para ahorrar para su jubilación.

Pero la Ley del Cuidado de la Salud a Bajo Precio impuso un límite: las aseguradoras no pueden cobrar a los adultos mayores que necesitan pólizas individuales más de tres veces de lo que les cobran a otras personas por los mismos productos.

Es por eso que el nuevo proyecto de ley es injusto y costoso. Si el Congreso impone un impuesto por la edad, las facturas de los médicos y el costo del seguro podrían aumentar para muchos adultos mayores, quienes tendrán que gastar mucho más de su propio bolsillo solo para obtener la atención que necesitan.

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Los adultos mayores en el mercado de seguros individuales tienen un ingreso medio de solo $20,000.  Aumentar las primas de seguro es una carga financiera pesada que agotará los ahorros de jubilación de estas personas. Según un informe reciente de la Reserva Federal, los ahorros de jubilación medios de los hogares que están a cargo de personas de entre 50 y 64 años apenas llegan a unos $12,000. Y los adultos mayores ya gastan uno de cada seis dólares en el cuidado de la salud.

Un impuesto por la edad no solo es injusto, sino que también una mala política. El grupo de investigadores de AARP comprobó que cobrar a los adultos mayores cinco veces más de lo que se cobra a otras personas les costaría a los contribuyentes $6,700 millones ($6.7 billion) más en subsidios para ayudarlos a pagar la cobertura.

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En lugar de aumentar las ganancias de las compañías de seguros, Washington debería concentrarse en disminuir los costos del cuidado de la salud para todos y tomar medidas para reducir los altos precios que cobran las compañías farmacéuticas. Por ejemplo, el Congreso podría aprobar una ley que permita a Medicare negociar con las compañías farmacéuticas para conseguir precios más bajos en los medicamentos. Además, los legisladores podrían reducir los obstáculos a la competencia mundial de precios al permitir la importación segura de medicamentos de precio más bajo. No existe ninguna razón por la cual las personas en Estados Unidos deban seguir pagando los precios más elevados del mundo por los medicamentos recetados.

Estas medidas de sentido común ahorrarían miles de millones y serían una manera justa de reducir los costos para todos.

El límite actual de cuánto pueden cobrar las compañías de seguro a los adultos mayores ha ayudado a proteger el acceso de la gente a la atención médica económica. Esta reforma importantísima, si bien poco comprendida, ha ayudado a que millones de personas continúen recibiendo una atención de salud de calidad. Aumentar las primas de los adultos mayores para poner más dinero en los bolsillos de las compañías de seguro no es la forma de reducir los costos del cuidado de la salud.

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