Vida Sana
Terry Shima, de 98 años, no ha olvidado el día en que los bombarderos en picado atacaron su tierra natal. “La isla que recibió los impactos fue Oahu”, señala. “Nuestra isla, la Isla Grande de Hawái, estaba bien. La noticia nos llegó por radio. Todos estábamos muy enojados con Japón. Algunos chicos en Honolulú que miraron hacia arriba, vieron que pilotos japoneses se dirigían a Pearl Harbor. Simplemente no podían creerlo. No hubo reservas en cuanto a luchar contra Japón”.
Shima había estado trabajando como tenedor de libros para un fabricante de azúcar. De repente, las personas blancas en Estados Unidos lo consideraban el enemigo. Había “histeria masiva contra todos los individuos de ascendencia japonesa. Nos veían como colaboradores y saboteadores”. Sin embargo, los jóvenes nisei —japoneses de segunda generación— como Shima, que sus padres habían llegado a Hawái en 1915, se mantuvieron intensamente leales. “Si bien el Gobierno había renunciado a los japonés-estadounidenses, nosotros no perdimos la fe en Estados Unidos”, dice Shima.
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A muchos de sus compañeros japonés-estadounidenses los enviaron a campamentos de internamiento, donde sufrieron un “gran impacto mental e intelectual. Se les dijo que era para su protección”. Pero vieron rápidamente que los campamentos estaban rodeados de torres de armas que apuntaban hacia ellos.
Cuando cambió la política del Gobierno para que puedan servir en el ejército los japonés-estadounidenses, Shima se unió al 442.º Regimiento de Infantería, compuesto por japonés-estadounidenses. Se convirtió en una de las unidades de combate más condecoradas de Estados Unidos.
Shima recuerda con orgullo las palabras del presidente Harry Truman dirigidas al 442.º en Washington en julio de 1946. “No solo lucharon contra el enemigo, sino que lucharon contra los prejuicios y ganaron”.
Shima luego estuvo en el servicio exterior de EE.UU. durante 30 años. En el 2013, el presidente Barack Obama le otorgó la Medalla Presidencial de los Ciudadanos. Dos hechos lo enorgullecen enormemente, dice Shima. “Para cuando terminó la guerra, ningún japonés-estadounidense había sido condenado por ayudar al enemigo. Y ni un solo soldado nisei había sido condenado por el tribunal por su deserción. Salimos limpios, muy limpios”.
Alex Kershaw es un exitoso escritor, autor de varios libros sobre la Segunda Guerra Mundial, entre ellos The Liberator, que se convirtió en miniserie de Netflix en el 2020.
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