Vida Sana
Casi todas las noches, durante 13 años, Sylvia Brown dormía junto a su madre enferma. De pronto, un día se quedó sola.
Brown había sido la cuidadora principal de Johnnie Mae, quien tenía paralizado el lado derecho del cuerpo a consecuencia de un derrame cerebral en el 2003. Ambas compartían un dormitorio en su apartamento de Detroit porque Brown quería estar muy cerca para poder escuchar respirar a su madre. Eso duró hasta hace dos años, cuando Johnnie Mae falleció a los 81 años.
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Todavía algunas noches, Brown, de 65 años, se despierta e imagina que Johnnie Mae está durmiendo junto a ella. Durante el día, Brown recuerda las tareas que le llevaron tantas horas, día tras día, durante tantos años. Preparaba las comidas, acomodaba a su mamá en la silla, se aseguraba de que tuviera a su alcance las cosas importantes, como el control remoto del televisor y la Biblia. El fallecimiento de Johnnie Mae, “es como un hueco muy grande, una vacante, un vacío en tu vida”, dice Brown, “porque la sensación es: ¿y ahora qué?”
De verdad, ahora qué. Según un informe reciente del Instituto de Política Pública de AARP, cuidar de una persona adulta —como lo hacen alrededor de 40 millones de personas en Estados Unidos— puede ser algo tan exigente que los cuidadores ponen gran parte de sus propias vidas en segundo plano. Cuando esas tareas terminan repentinamente, el cuidador queda procesando no solo un duelo, sino también nuevas emociones sobre su propia situación en la vida.
“Algunos descubren que no están muy seguros de qué hacer con ellos mismos porque el motivo por el que se levantaban de la cama cada mañana, el trabajo que consumía todo su tiempo y energía, ya no existe”, dice Ruth Drew, directora de servicios de información y apoyo de la Alzheimer’s Association. “Hay personas que me dicen que los primeros seis a doce meses apenas pueden encontrar su rumbo y les lleva un tiempo volver a sentirse ellos mismos”.
AARP habló con varios excuidadores sobre las dificultades que enfrentaron en este importante momento de transición en sus vidas. He aquí algunas de las lecciones que aprendieron.
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