Vida Sana
Nota del editor: Esta columna usa seudónimos para proteger la identidad de las personas.
Cuando hablamos de la experiencia del cuidado de una persona que vive con demencia, hay un tema que parece ser incómodo de tratar y que relegamos a un segundo plano: el sexo. No podemos desconocer, sin embargo, que el sexo es una necesidad básica del ser humano, el medio por el cual nuestra especie no está en vías de extinción, y un aspecto importante de nuestra identidad.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
Además, sabemos que con la edad no desaparecen ni el interés ni las prácticas sexuales, simplemente se modifican.
Cómo cambian las conductas sexuales con la demencia
Vale la pena enfatizar —y comprender— que:
- La sexualidad contempla aspectos biológicos, psicológicos, sociales y culturales que, cuando se los considera integralmente, nos permiten reconocer el valor que tiene el sexo en el bienestar y la calidad de vida que experimentamos a medida que envejecemos.
- Estamos viviendo muchos años más que anteriores generaciones, y por tanto es más alto el número de personas con algún tipo de demencia.
- En las parejas, cuyas vidas han cambiado debido a la demencia, la intimidad en muchos casos es la única forma de comunicación que queda en su relación.
- Ser diagnosticado con demencia no implica la desaparición repentina del deseo sexual.
También te puede interesar
Cómo enfrentar las conductas disruptivas en adultos
Dale un giro positivo a rabietas, discusiones y más.¿El cuidado de un ser querido te produce conflictos?
Cómo encontrar un mediador que resuelva diferencias.