Vida Sana
Todos tenemos recuerdos y una memoria llena de imágenes, de sucesos lejanos y recientes, y de vivencias de nuestra infancia y adolescencia. Entrelazados en el tiempo con las emociones, conforman la historia de nuestra vida. Cuando nos damos a la tarea de evocar nuestras vivencias y nuestros recuerdos, recuperamos experiencias pasadas. Este proceso se conoce como reminiscencia y está relacionado con:
- Una sensación de bienestar;
- aumento de la calidad de vida;
- desarrollo o crecimiento personal;
- ejercicio de facultades cognoscitivas;
- aumento de la autoestima;
- optimismo; y
- autovaloración de la trayectoria de vida.
La reminiscencia tiene un lugar de gran valor en la vida del adulto mayor porque contribuye positivamente en su calidad de vida, principalmente a través del mejoramiento del estado anímico. Una canción, un aroma, una textura, una fotografía o un dibujo pueden convertirse en agentes que evocan, y, por tanto, que facilitan una conversación u otra actividad —individual o en grupo— en la que se da rienda suelta a la narración de los recuerdos. Algunos objetos que pueden concretar una conversación de reminiscencia pueden ser:
- Periódicos y revistas de antaño;
- álbumes de fotografías;
- películas;
- canciones;
- libros;
- documentales de televisión;
- objetos en “el baúl” o “la caja de recuerdos” personales; y
- grabaciones.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
La reminiscencia permite reafirmar la autoestima en la etapa en la que empezamos a perder capacidades físicas, e iniciamos una revisión de nuestra vida. Cualquiera de los objetos mencionados puede llevarnos a evocar un recuerdo, es decir iniciar conversaciones que nos lleven a recuperar conscientemente experiencias del pasado, reevaluar sucesos, e incluso revisitar conflictos que no estaban resueltos. Con uno o varios objetos, y haciéndole preguntas como las siguientes, podemos ayudar al adulto mayor a hacer una revisión de su vida de una forma muy natural. Algunas preguntas que le puedes hacer son:
- ¿Cómo fue vivir en esa época?
- ¿Qué ocurrió ese año?
- ¿Qué es lo que más recuerdas de esa época?
También te puede interesar
Érase una vez… la historia de mi familia
6 consejos para preservarla y compartirla digitalmente.
Cómo lograr una fiesta familiar exitosa
En la casa, en un crucero, en la playa y otras posibilidades.