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Hogares de ancianos se resisten aceptar pacientes de COVID de hospitales

Los estados los presionan para que lo hagan.


spinner image Personal médico transfiere a una persona en camilla
Personal con equipo de protección sube a un autobús a un residente de St. Joseph's Senior Home en Woodbridge, Nueva Jersey, el mes pasado.
SETH WENIG/ASSOCIATED PRESS

Algunos de los estados más afectados por el coronavirus están obligando a que se traslade a hogares de ancianos a los pacientes de hospitales que se están recuperando de la COVID-19, y en algunos casos obligan a los residentes no infectados a mudarse a otro lugar.

El resultado: se está trasladando continuamente a algunos de los pacientes más frágiles del país que necesitan atención a largo plazo. Y algunos residentes de hogares de ancianos enfrentan todavía un riesgo mayor de exposición a la COVID.

  • Nueva York dio el primer paso a fines de marzo con una directiva radical destinada a liberar las tan necesarias camas de hospital: dispuso que los hogares de ancianos admitan pacientes que recibieron resultados positivos en las pruebas de detección de COVID-19.
  • Massachusetts emitió su propia orden, pero aparentemente dio marcha atrás después de recibir críticas.
  • Nueva Jersey les dijo a los hogares de ancianos que no podían rechazar a pacientes clínicamente estables que recibieron diagnósticos de COVID.
  • California emitió su propia orden firme, pero la moderó un par de días después luego de una protesta de los defensores de los pacientes.
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Los decretos surgen tras una prohibición federal de casi todas las visitas a hogares de ancianos que dejó a los residentes aislados del apoyo y la protección de su familia. Las disposiciones han puesto aún mayor presión sobre los más de 15,000 hogares de ancianos de todo el país, muchos de los cuales sienten los profundos efectos de la COVID-19 a medida que aumentan las muertes de residentes y el personal estresado busca mascarillas, guantes y batas que tanto cuesta conseguir.

Según una investigación del New York Times, se han producido al menos 7,000 muertes por COVID-19 entre los residentes de hogares de ancianos o quienes están asociados a ellos, lo que significa que una de cada cinco muertes por coronavirus en Estados Unidos se vincula a un hogar de ancianos.

El traslado de pacientes de COVID de hospitales a hogares de ancianos podría empeorar el problema. Además de albergar a las personas más vulnerables, muchos hogares de ancianos ya tienen malos antecedentes de control de infecciones. Es difícil conseguir equipo de protección personal, y las pruebas de detección con frecuencia son escasas.

A medida que aumenta la cantidad de traslados, AARP le está pidiendo al Congreso que prohíba que los centros de atención a largo plazo den de alta a los pacientes debido a la imposibilidad de pagar los servicios durante la pandemia. AARP también solicita que el Congreso exija que los establecimientos reporten datos sobre altas y traslados, eventos que pueden ser física y emocionalmente difíciles para los pacientes que abandonan el hospital y para los residentes de hogares de ancianos que deben mudarse para hacer lugar para los pacientes de COVID.

“Esta idea de trasladar a las personas fue algo por lo que expresamos una gran preocupación”, señaló Elaine Ryan, vicepresidenta de Defensa de Derechos y Estrategias Estatales de AARP, al citar la falta de transparencia del proceso.

“Las personas no sabían dónde iban a ir”, dijo. “¿Cuán perturbador es no tener un familiar que se los diga?”

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"No es posible cumplir plenamente con las directivas"

A fines del mes pasado, Nueva York emitió una orden que dispone que “no se debe negar la readmisión o admisión de ningún residente [a un hogar de ancianos] por motivo de un diagnóstico confirmado o sospechado de COVID-19”. El dictamen prohibió que los hogares de ancianos requieran que un residente hospitalizado a quien se considere clínicamente estable se someta a una prueba antes de su admisión.

La American Health Care Association (AHCA) —el principal grupo empresarial de hogares de ancianos de Estados Unidos— y otros defensores del cuidado a largo plazo criticaron la orden. “Los hogares de ancianos son el catalizador de la COVID-19”, dijo Michael Wasserman, geriatra de Los Ángeles y presidente de la California Association of Long Term Care Medicine. “Todos hablan sobre el aumento de casos. En última instancia, los aumentos provendrán de los hogares de ancianos si no protegemos la continuidad del cuidado a largo plazo”.

Los residentes de los hogares de ancianos, que generalmente tienen varios problemas de salud, son muy vulnerables al coronavirus. En el 2016, casi el 85% de los pacientes de los hogares de ancianos tenían 65 años o más, según un informe reciente de los CDC. Casi el 45% de los que permanecieron durante por lo menos 100 días tenían 85 años o más.

La American Health Care Association sostiene que los pacientes que dejan el hospital deberían regresar solo a hogares de ancianos que tengan unidades separadas para pacientes de COVID-19. Lo ideal sería que esas unidades tuvieran empleados con acceso a equipos de protección personal. Los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid (CMS), un organismo federal que regula los hogares de ancianos, respaldaron la idea de tener unidades separadas para pacientes de COVID este mes.

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Sin embargo, el geriatra David Gifford, director médico de AHCA, dijo que las directivas federales tienen un efecto limitado. “Estamos haciendo todo lo posible con los recursos que recibimos para frenar el brote del virus para nuestros residentes, los más vulnerables”, dijo en un mensaje electrónico. “Pero sin [equipo de protección personal], pruebas y una fuerza laboral saludable, no es posible cumplir plenamente con las directivas de los CMS y los CDC”.

Una representante de un grupo empresarial de hospitales de California recomendó que los hospitales y los hogares de ancianos trabajaran juntos. “Esta no es una situación de bueno y malo, de buenas personas y malas personas”, dijo Jan Emerson-Shea, vicepresidenta de Asuntos Externos de la California Hospital Association. “Sin duda los hospitales necesitan tener la capacidad de dar de alta a los pacientes que ya no requieren ese nivel de atención”.

Señaló que los hospitales deben hacer lugar para otros pacientes, desde mujeres que van a dar a luz hasta otros pacientes de COVID. Tal vez algunos hogares de ancianos puedan admitir pacientes de COVID-19 que recibieron el alta, y otros tal vez no puedan. “No hay respuestas fáciles”, dijo.

Residentes obligados a mudarse

Hace poco, Massachusetts anunció sus planes para convertir algunos hogares de ancianos en centros de tratamiento de pacientes de COVID-19, a pesar de la oposición de los defensores de pacientes de hogares de ancianos.

AARP Massachusetts (en inglés) expresó preocupación por los traslados. “Mover a estos residentes de su hogar de ancianos puede ser peligroso y traumático para ellos y para su familia”, escribieron el director estatal de AARP Michael E. Festa y la presidenta estatal Sandra Harris en una carta dirigida al gobernador Charlie Baker (republicano), “especialmente cuando el traslado es involuntario y repentino”.

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Por ahora, Massachusetts parece haber puesto sus planes en suspenso. Mientras tanto, tres centros de atención a largo plazo de Nueva Jersey están conversando con centros estatales para aceptar pacientes de COVID-19, informó NJ.com.

En Luisiana, el Departamento de Salud del estado prohibió el traslado de pacientes de COVID-19 a hogares de ancianos durante por lo menos treinta días.

Una idea que cuenta con el apoyo de los defensores de hogares de ancianos es trasladar a los pacientes de COVID-19 a hoteles, cruceros y centros de conferencias. “Reserven los hogares de ancianos para quienes viven allí y no tienen la enfermedad”, dijo el geriatra Karl E. Steinberg, presidente electo de la Society for Post-Acute and Long-Term Medicine (el grupo nacional que representa a directores médicos de atención a largo plazo) y director médico de un hogar de ancianos y cuidados terminales cerca de San Diego.

Una representante del grupo empresarial de hogares de ancianos de California estuvo de acuerdo. “Hay hospitales cerrados”, dijo Deborah Pacyna, directora de Asuntos Públicos de la California Association of Health Facilities, con sede en Sacramento. “Hay hogares de ancianos que están cerrados y que se pueden volver a abrir”.

En marzo, las autoridades de salud de California emitieron una orden que dispone que los hogares de ancianos “no deben negarse a admitir ni a readmitir a un residente debido a que se confirme o se sospeche que tiene COVID-19”. Sin embargo, las autoridades modificaron pronto la orden y dijeron que los hogares de ancianos podrían negarse a admitir a esos pacientes en ciertos casos.

Dos días después, el gobernador de California Gavin Newsom (demócrata) ordenó a las autoridades estatales que den prioridad a las pruebas de pacientes hospitalizados que se trasladan a hogares de ancianos y a los residentes de hogares de ancianos que tienen síntomas de COVID. También anunció que se estaba impartiendo capacitación a 600 enfermeras que se destinarían a ayudar a que los hogares de ancianos del estado cumplan con las reglamentaciones sobre COVID-19 y a asistir en el tratamiento de los residentes que tienen coronavirus.

El USNS Mercy, el buque hospital de la Armada que originalmente se envió a Los Ángeles para ayudar a los hospitales con el tratamiento de quienes no tienen síntomas de coronavirus, ahora está admitiendo pacientes de hogares de ancianos que no tienen COVID-19. Eso debería ayudar a aliviar la presión de los centros de enfermería especializada en algunas áreas del sur de California, dijo Newsom.

Charlene Harrington, una reconocida experta en hogares de ancianos y profesora emérita de University of California en San Francisco, es partidaria de crear centros para brindar cuidados intermedios a pacientes de COVID-19 en todo el estado. Los pacientes que reciben el alta de los hospitales se someterían a una prueba de detección del virus y, de recibir un resultado positivo, se trasladarían a dichos centros.

Señaló que los hogares de ancianos ya son demasiado peligrosos: “En este momento, todas las personas que se encuentran en un centro son muy vulnerables”.

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