Vida Sana
Puedes perder la audición por varios motivos: la edad, la genética… y por todos esos estruendosos conciertos de rock a los que asististe de joven.
Más de 26.7 millones de estadounidenses mayores de 50 años presentan problemas de audición. En muchas personas, la pérdida auditiva ocurre de manera tan gradual que apenas si se dan cuenta; en otros, sus oídos parecen funcionar bien un día y no tan bien el siguiente.
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Fíjate en estos cuatro tipos comunes de problemas auditivos y en lo que puedes hacer al respecto.
1. Dificultad para escuchar a la gente en un restaurante ruidoso
Por qué se produce: A medida que uno envejece —en especial, si ha estado expuesto a fuertes ruidos con frecuencia—, puede desarrollar presbiacusia, un tipo de pérdida de la capacidad auditiva de manera gradual, a causa de la muerte de las células ciliadas de la cóclea, en tu oído interno. Esas son las células encargadas de traducir las vibraciones de sonido en señales cerebrales.
“La cóclea contiene solamente 15,000 de estas células ciliadas, y no se regeneran”, observa Andrea Boidman, directora ejecutiva de Hearing Health Foundation -en inglés- (Fundación para la Salud Auditiva), organización dedicada a la investigación, con sede en Nueva York. “Cuando estas células mueren, se le torna difícil a la persona reconocer ciertos sonidos o escuchar con claridad una conversación”.
La dificultad para oír en lugares ruidosos a menudo representa uno de los primeros signos perceptibles de la pérdida de audición. Esto se debe a que el filtrado del ruido de fondo es un proceso bastante complejo que requiere información auditiva precisa desde ambos oídos. Las conversaciones más tranquilas no son tan agobiantes.
Cómo solucionarlo: Si bien no es posible reparar las células dañadas, puedes prevenir una pérdida mayor si limitas tu exposición a los ruidos fuertes. La mayoría de las conversaciones transcurren entre los 40 y los 60 decibeles; cualquier sonido que supere los 85 decibeles te coloca en situación de riesgo. Entre los culpables más comunes se cuentan los dispositivos electrónicos como iPods, reproductores de música y altoparlantes que pueden resonar hasta los 105 decibeles.
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