Vida Sana
Nuevos medicamentos ofrecen una cura
Si eres un boomer, estás advertido: necesitas hacerte pruebas para ciertos tipos de cáncer, presión arterial y visión. Tal vez no te enteraste de la noticia de que tú —y todos los que hayan nacido entre 1945 y 1965 — debes realizarte una prueba para el virus de la hepatitis C, el cual daña el hígado, o para el VHC. Nuevos medicamentos están haciendo más posible que nunca que esta enfermedad potencialmente mortal pueda ser tratada. Lo negativo: todavía hay al menos un millón de boomers que no saben que están infectados y en riesgo de esta peligrosa enfermedad. A continuación, lo que debes saber.
La hepatitis C es una enfermedad grave
La hepatitis C es uno de varios virus (incluidos la hepatitis A y B) que pueden dañar el hígado. La hepatitis A y B pueden prevenirse con vacunas. Pero no hay vacuna para el VHC, el virus responsable de la mayoría de las infecciones crónicas del hígado en los adultos. Es la principal causa de la cicatrización del hígado (cirrosis), el cáncer de hígado y los transplantes de hígado, y mata a 15,000 personas en Estados Unidos cada año, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Se propaga a través de la sangre
El VHC se estaba propagando a través de transfusiones de sangre y otros procedimientos antes de que los científicos lo descubrieran en 1989, dice John Ward, director de la División de Hepatitis Viral de los CDC. El suministro de sangre ha sido analizado para detectar el VHC desde 1992, y los proveedores de atención médica han aumentado sus esfuerzos de control de infecciones para prevenir nuevos casos. Hoy, la mayoría de las casi 30,000 infecciones reportadas cada año se conectan con el uso compartido de agujas entre usuarios de drogas, dice. Pero, añade Ward, los brotes aislados relacionados con la atención médica todavía ocurren. La transmisión sexual es poco frecuente.
Los boomers corren un riesgo especialmente mayor
Los boomers crecieron al mismo tiempo que el VHC se dispersaba sin ser detectado. Aquellos que compartían agujas para inyectarse drogas o se tatuaban de manera antihigiénica corrían más riesgo, al igual que los que inhalaban cocaína. (Una gota pequeñita de sangre nasal en un dólar enrollado podía propagar el virus, dice Ward). El resultado: 1 de cada 40 boomers está infectado con el VHC. Eso es unas seis veces mayor que la tasa de infecciones crónicas del resto de la población, y es la razón por la cual los CDC y el U.S. Preventive Services Task Force (Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU.) ahora recomiendan pruebas del VHC para toda esa generación.
Quizás estás infectado y no tienes idea
Alrededor de la mitad de las personas infectadas crónicamente no lo saben, y muchas no tienen ningún síntoma, dice Ward. Aquellos que sufren de daños más avanzados del hígado "pueden tener síntomas leves o síntomas atribuidos a otras causas —como sentirse deprimido, fuera de sí o con poca energía, las cuales son características del envejecimiento—". Averiguarlo es tan fácil como hacerte un examen de anticuerpos de VHC. Si los resultados son positivos necesitarás hacerte una prueba de sangre para descubrir si el virus todavía está en tu sistema. Si la segunda prueba resulta negativa, no te debes preocupar: es probable que la infección haya desaparecido por sí sola.
Puede que contagies a otras personas, pero no suele pasar
Es difícil propagar el VHC en el hogar, y no se contagia por medio de besos o abrazos, dicen los CDC. Hasta la transmisión mediante las relaciones sexuales es poco común, aunque el riesgo aumenta entre los hombres que tienen sexo con otros hombres, dice Ward. Aun así, siempre es buena idea evitar el contacto con la sangre, por lo que no debes compartir afeitadoras o cepillos de dientes. Y si eres una mujer que ya ha dado a luz y descubres que tienes el VHC, debes saber que hay una pequeña posibilidad de que tu bebé también esté infectado.