Vida Sana
| Si no has conseguido audífonos nuevos en los últimos tres a cinco años, o si has estado postergando las pruebas de audición por el estigma que conlleva el uso de estos aparatos, tal vez sea el momento de ponerte al tanto de las últimas novedades.
La tecnología está más avanzada que nunca. Pero incluso los audífonos menos costosos son capaces de procesar los sonidos y el habla; de reducir el ruido, tanto digital como aquel producido por el viento; y de controlar mejor la retroalimentación acústica (esos irritantes y agudos chillidos y pitidos). Estas características se complementan para que el sonido percibido no solo sea más fuerte, sino también más claro.
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¿Otorrinolaringólogo, audiólogo o distribuidor de audífonos?
Cada especialista en audición tiene que aprobar los exámenes estatales para obtener la licencia que les permita atender a los pacientes. Por lo general, la diferencia entre estas categorías de profesionales radica en los años de formación que se requieren:
• Otorrinolaringólogo. Este médico, especializado en los problemas del oído, la nariz y la garganta, diagnostica las causas de la pérdida auditiva y determina si se necesitan audífonos.
• Audiólogo. Este profesional atiende a los pacientes en un consultorio médico, evaluando y tratando los trastornos de la audición y del equilibrio. El audiólogo puede determinar si se necesitan audífonos y, si es así, qué tipo de audífono sería el más adecuado para el paciente. La mayoría de los audiólogos han recibido su doctorado en Audiología (por lo que en inglés su nombre aparece con las siglas "Au.D."), si bien otros audiólogos tienen el título "Ph.D.", un doctorado en Ciencias ("Sc.D.") o una maestría.
• Distribuidor de audífonos, o especialista en instrumentos auditivos. Cada estado establece sus propias normas en cuanto a la capacitación que deben recibir los profesionales para obtener la licencia que les permita ajustar y distribuir audífonos. En muchos estados se requiere realizar un programa de aprendiz con un audiólogo o distribuidor de audífonos que tenga experiencia en el campo; en otros se requiere un título de dos años de estudio otorgado por un programa educativo acreditado, o incluso una maestría en Audiología.
"He participado en investigaciones que revelaron que, aun con todos los últimos avances tecnológicos incorporados a los audífonos, en muchos casos los modelos menos costosos funcionan tan bien como los más caros. Pero tienen menos funcionalidades avanzadas", dice Nicholas S. Reed, audiólogo y profesor auxiliar en la Facultad de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins University en Baltimore.
La mayoría de las personas que han comprado los audífonos más caros, con la tecnología más avanzada, nunca llegan a usar las características y funcionalidades adicionales, según los hallazgos de las investigaciones.
"Los beneficios obtenidos por el uso de los audífonos, en muchos casos, depende más de la calidad del ajuste", dice Abram Bailey, audiólogo y presidente de HearingTracker.com, un sitio con sede en Austin, Texas, que se dedica a divulgar información útil para quienes buscan comprar audífonos.
Así, no necesariamente tienes que comprar el aparato más caro y con la tecnología más avanzada. Pero sí es necesario acudir a un audiólogo, especialista en instrumentos auditivos o distribuidor de audífonos, para que tengas los dispositivos más adecuados para tus necesidades y tus oídos.
"Hay un aspecto crítico que recomiendo a los pacientes: buscar un audiólogo que siempre realice las pruebas conocidas en inglés como 'real ear verification' (verificación del oído real) para el ajuste y la personalización de los audífonos", dice Bailey. "En esta prueba se coloca un diminuto micrófono dentro del oído, junto con el audífono, para medir el sonido producido por el audífono", que es lo que el paciente oye.
Aunque el oído de cada persona tiene la misma forma básica, se observan leves diferencias que pueden alterar la trayectoria de las ondas sonoras antes de que lleguen al tímpano. Entran en juego distintas variables, como el tamaño del canal auditivo, la colocación del auricular del audífono dentro de dicho canal y la preferencia personal por los sonidos más fuertes o más suaves.
Los audífonos suelen durar entre cuatro y siete años, según señalan los fabricantes. Los audífonos que se acomodan dentro del oído suelen tener una vida útil más corta, porque quedan expuestos a una mayor cantidad de cera, e incluso sudor, en el interior del canal auditivo.
Pero al igual que los teléfonos y televisores inteligentes, algunos de los audífonos más recientes cuentan con funcionalidades que ni existían hace tan solo unos años. Eso no siempre se traduce en precios más altos, porque los dispositivos aprovechan los avances en los chips elaborados para auriculares, computadoras y teléfonos inteligentes con tecnología Bluetooth. Otro factor es la competencia que representan los productos personales de amplificación de sonido (PSAP): estos dispositivos son menos costosos que los audífonos y, a diferencia de estos, no están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
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