Vida Sana
| El primer caso de COVID-19 en Estados Unidos se confirmó a finales de enero. La víctima estaba en el estado de Washington, un hombre de unos 30 años que había visitado Wuhan, China.
El coronavirus se ha movido por todo el país, afectando a todos los estados y a la capital de la nación. Ahora, las pruebas están aumentando de costa a costa, pero a algunos pacientes con síntomas se les han negado, mientras que otros que han enviado muestras se enfrentan a largas esperas para obtener los resultados.
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En Indiana, por ejemplo, el primer caso confirmado se informó el 6 de marzo, más de seis semanas después del primer diagnóstico en el país.
Hasta el jueves, se habían administrado 380 pruebas en este estado, hogar de 6.85 millones de personas, y donde se han reportado 56 casos y dos muertes.
Una tarde de esta semana en Crown Point, un suburbio en el noroeste de Indiana, una caravana de automóviles y camionetas serpenteaba frente a la entrada de la sala de emergencias del Franciscan Health.
Los hospitales siguen las pautas estatales y federales y piden a los pacientes que no ingresen a las clínicas o salas de emergencias para hacerse pruebas. Aunque algunos centros donde se llevan a cabo las pruebas no admiten personas menores de 18 años, sí se les permite ingresar a las salas de emergencias para proporcionar una muestra de su saliva y mucosa.
Se podía ver el vapor de los motores encendidos en una lluvia fría mientras los conductores esperaban pacientemente a las enfermeras del hospital que estaban recolectando muestras para la prueba de COVID-19.
Las enfermeras están bien protegidas
Jennifer Homan, de 47 años, una enfermera de North Judson, Indiana, vestía un arcoiris de colores en su ropa y equipo de protección: traje de protección blanco, guantes de látex azules, bata de aislamiento desechable amarilla, gorro quirúrgico gris y máscara respiratoria N95 verde. Sus ojos estaban protegidos por un escudo de plástico transparente.
Homan, una enfermera con 16 años de experiencia, caminaba entre los vehículos como una abeja polinizadora, recogiendo muestras con hisopos de las fosas nasales de los conductores, algunos de los cuales llegaron con mascarillas. Homan colocó los hisopos en contenedores sellados y se los pasó a otra enfermera con vestimenta similar. El Franciscan requiere una orden del médico para las pruebas y preinscripción.
La enfermera Homan transmitía tranquilidad y calma, y distribuyó información sobre la cuarentena y la atención en el hogar de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) a las personas examinadas. Ella dijo que, inicialmente, los resultados de las pruebas tomaban tres días, pero que ahora tomarían entre cinco a siete días a medida que el aumento en las pruebas abruma a los laboratorios en todo Estados Unidos.
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