Vida Sana
| Al parecer, el coronavirus estará entre nosotros durante algún tiempo. Esto significa que en el país habrá muchas personas que cuiden a familiares que padecen COVID-19 en el hogar, tratando de responder a sus necesidades mientras intentan evitar contraer ellos mismos la enfermedad.
“Quieres estar presente para ellos física y emocionalmente, pero también es importante protegerte”, advierte Jacqueline Winfield Fincher, doctora en medicina interna en Thomson, Georgia, y presidenta del American College of Physicians (ACP).
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Ya sea que tu familiar haya recibido un resultado positivo o simplemente sospeches que tu ser querido contrajo la enfermedad, es importante informar pronto a su proveedor de atención médica y mantenerse en contacto continuo con el médico durante toda la enfermedad, señala Fincher. A partir de allí, los médicos y los cuidadores ofrecen estos consejos para hacer frente a todo, desde la fiebre hasta el control de la respiración.
Aísla al paciente
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que el paciente permanezca en una habitación o un área separada en la casa y que tenga su propio baño. Si la única opción es compartir el baño, los expertos recomiendan abrir una ventana o encender un ventilador para aumentar la circulación de aire. Limpia todas las superficies después de que el familiar enfermo use el baño, pero espera lo más posible antes de entrar porque todavía pueden quedar partículas en el aire. (Si el paciente está en condiciones de ocuparse él mismo de la limpieza, eso puede disminuir el riesgo de propagación de la enfermedad).
Daniel Lewis, un médico de familia de Greeneville, Tennessee, quien recientemente se recuperó de COVID-19, señala que se mudó al “sótano casi terminado” de su casa durante su enfermedad. “Mi esposa dejaba la comida en lo alto de la escalera y me tiraba los artículos que necesitaba”, dice.
Controla el aumento de la temperatura
Toma la temperatura del paciente por lo menos dos veces al día: una tan pronto como la persona se despierta y luego nuevamente por la tarde o al anochecer, cuando probablemente sea un poco más alta.
Puedes usar un termómetro digital común que se coloca debajo de la lengua, pero si tu familiar está muy débil como para tomarse la temperatura por su cuenta, tal vez te convenga conseguir un termómetro que se usa en el oído o uno infrarrojo que se usa en la frente, recomienda Jessica Sima, enfermera titulada de McHenry, Illinois. Aunque es costoso ($35 a $100), este tipo de termómetro proporciona una lectura con un rápido barrido por la frente, lo que reduce la posibilidad de exposición.
Si tu ser querido tiene fiebre (es decir, una temperatura de 100.4°F o superior), puedes ofrecerle acetaminofén (el nombre comercial es Tylenol) o un medicamento antiinflamatorio no esteroide (AINE) como ibuprofeno (Advil, Motrin) o naproxeno (Aleve, Anaprox). Los primeros informes que indicaban que tomar un medicamento AINE podría agravar una infección por coronavirus no se confirmaron, y los CDC ahora indican que ninguno de ellos presenta riesgos.
Muchos médicos recomiendan comenzar con acetaminofén, en especial con los adultos mayores, porque los medicamentos AINE pueden elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de hemorragias, úlceras estomacales e insuficiencia cardíaca.
Lewis advierte que cuando tuvo COVID-19 no logró bajar la fiebre con Tylenol, por lo que les recomienda a sus pacientes que usen ibuprofeno si el acetaminofén no surte efecto. En general, Fincher recomienda alternar el acetaminofén con un medicamento AINE. Sin embargo, asegúrate de no usar más del límite diario de cada medicamento según se indica en el envase, advierte Fincher.
Los CDC indican que un baño de inmersión o de esponja ligeramente tibio también puede lograr que un paciente afiebrado se sienta mejor.
Asegúrate de que el paciente esté hidratado
La deshidratación es peligrosa cuando tienes fiebre, y más aún para los pacientes con COVID-19, que pueden tener fiebre alta durante varios días. Si tu familiar también tiene los problemas gastrointestinales que a veces se vinculan al coronavirus (como vómitos y diarrea), el riesgo es aún mayor.
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Además: preguntas que los pacientes y familiares deberían plantear.