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5 causas sorprendentes del dolor de espalda en personas mayores de 50 años

A qué se deben esas molestias... y cómo superarlas.

Pies de una mujer apoyados en un taburete

GETTY IMAGES

In English | Si el dolor de espalda se está convirtiendo en algo más constante en tu vida —a diferencia de un esguince sufrido de repente en el gimnasio—, no eres el único. Unos 6 millones de adultos en Estados Unidos viven con dolor lumbar crónico.

"A medida que envejecemos, vamos perdiendo el líquido de los discos vertebrales", explica el Dr. Gbolahan Okubadejo, cirujano ortopédico de la columna vertebral en el Institute for Comprehensive Spine Care. Al tener menos líquido, los discos tienden a colapsar, "el cuerpo se vuelve más rígido, y aumenta el riesgo de sufrir una lesión", agrega.

En este contexto, hay muchos hábitos de vida que pueden aumentar aún más el riesgo. Algunos factores —como levantar en brazos a los nietos o trabajar de más en el jardín— son obvios. Pero otros no lo son. Aquí mencionamos cinco factores sorprendentes que podrían contribuir a tu dolor de espalda.

1. Factor causante: estar continuamente sentado

Ya habrás escuchado que tu estado de salud puede verse afectado si pasas mucho tiempo sentado. Pero pocas personas saben que eso es también una causa del dolor de espalda. "Cuando permaneces sentado durante un tiempo, dejas de usar las articulaciones", dice el Dr. Akhil Chhatre, director de Rehabilitación de la Columna Vertebral y profesor adjunto del departamento de Medicina y Rehabilitación Física y el departamento de Neurocirugía en la Facultad de Medicina de Johns Hopkins University. La falta de movilidad en esos puntos —que tienen una alta concentración de nervios— puede poner en marcha el ciclo conocido como dolor-espasmo-dolor, donde el espasmo de un músculo esquelético provoca dolor en la columna vertebral. Con eso se agrava el espasmo, lo que a su vez aumenta el dolor. "Eso afecta más que la columna vertebral", agrega Chhatre. "Incluso puede llegar hasta las caderas y las articulaciones sacroilíacas".


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En una pequeña investigación publicada en PM&R, la revista de la American Academy of Physical Medicine & Rehabilitation, los investigadores midieron los discos vertebrales de los participantes —todos ellos con empleos sedentarios— y descubrieron que quienes estaban sentados de forma prolongada, aunque fuera por solo cuatro horas, sufrían una degeneración de los discos. En numerosas investigaciones se ha revelado que los adultos que cada día pasan largas horas sentados pueden mitigar los riesgos si aumentan su nivel de actividad física.

"Establece una rutina por la cual dediques algún tiempo —en total, entre media hora y una hora, seis veces a la semana— a estiramientos y a ejercicios que fortalecen los músculos del torso", dice Okubadejo. "En vez de estar sentado cuatro horas consecutivas, divide ese tiempo por la mitad. Después de dos horas, levántate para hacer estiramientos durante cinco minutos, y luego vuelve a lo que estabas haciendo".

2. Factor causante: fumar cigarrillos

Otra razón más para dejar de fumar: este hábito limita el flujo sanguíneo, lo cual provoca el envejecimiento prematuro de los discos vertebrales. En efecto, la principal razón por la que algunas personas no logran sanar después de una operación de fusión vertebral —donde se unen dos o más vertebras de la columna— es el hecho de ser fumadoras, señala Okubadejo. "Por eso, muchas aseguradoras no aprueban las operaciones de la espalda para las personas que fuman". Y eso no es todo. Las investigaciones sugieren que el fumar también afecta la manera en que el cerebro responde al dolor de espalda, por lo que la persona se vuelve menos resistente frente a dicho dolor. Por ello, según los hallazgos de un estudio publicado en la revista Human Brain Mapping, los fumadores tienen tres veces más probabilidades que los no fumadores de padecer dolor crónico de espalda. Los medicamentos de venta libre para el dolor, entre ellos los antiinflamatorios no esteroides (AINE), ayudaron a los participantes a controlar el dolor, pero no alteraron la respuesta del cerebro.

3. Factor causante: el colchón

Ese colchón tan suave que te hace sentir que estás flotando sobre un enorme malvavisco tal vez se sienta bien al momento de acostarte, pero no le hace ningún favor a tu espalda. "Si usas un colchón de felpa o un colchón viejo, el cuerpo tiende a hundirse en él, de modo que la columna vertebral cuenta con menos soporte", dice Okubadejo. Más allá de usar un colchón nuevo, el mejor tipo de colchón para prevenir el dolor de espalda es uno que sea por lo menos medianamente firme. En un pequeño estudio publicado en la revista Journal of Chiropractic Medicine, se pidió a los participantes llevar un registro del dolor que sentían en la espalda, así como de la calidad de su sueño, durante 28 días consecutivos mientras usaban colchones de al menos cinco años de antigüedad. Luego se les solicitó llevar el mismo registro durante otros 28 días, pero esta vez con un colchón nuevo y medianamente firme. Los participantes lograron mejoras constantes del dolor lumbar durante cada una de las cuatro semanas en que usaron el colchón nuevo.


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4. Factor causante: los zapatos

Cualquier persona que use tacones sabe cómo estos pueden afectar la espalda. Pero resulta que incluso los zapatos prácticos pueden alterar la forma de andar y provocar dolor en la espalda si las suelas no están parejas, lo cual sucede cuando se usan por demasiado tiempo. "Piensa en los zapatos de la misma manera en que piensas en tu colchón", dice Chhatre. "Hablamos del soporte que necesitas al estar acostado; hay que contar igualmente con soporte al estar de pie".

Busca zapatos cuyas suelas sean de firmeza mediana y ofrezcan un buen soporte en el arco. Si usas zapatos de suela blanda, "podría parecerte que estás amortiguando parcialmente el impacto, pero si son demasiado blandos, habrá cierta inestabilidad", dice Chhatre. "Las terminaciones nerviosas en los pies brindan un sentido del equilibrio, pero ni ellas podrán ofrecer soporte en un zapato demasiado blando".

5. Factor causante: el estrés

El estrés causa todo tipo de estragos en el cuerpo humano. No sorprende, entonces, que también afecte los músculos que rodean la columna vertebral. "Las personas suelen llevar estrés en el área del cuello y los hombros", observa Chhatre. Pero el estrés también puede provocar que el dolor se desplace hacia abajo por la espalda, a consecuencia de la respuesta inflamatoria que desencadena.

Por ejemplo, supongamos que tienes un disco desgarrado, pero sin presentar síntomas. El estrés crónico puede activar la liberación de moléculas que causan inflamación en todo el cuerpo. La inflamación, a su vez, "abre las compuertas del dolor", dice Chhatre.

Para evitar este tipo de dolor, es especialmente importante realizar actividad física, dice Okubadejo. "Si estás estresado, tal vez no seas tan activo. Si eres menos activo, puede ser que tengas dolor, y si tienes dolor, tienes estrés". En cuanto al tipo de ejercicio que mejor sirve para aliviar el dolor, la clave está en la "liberación de endorfinas", ya sea que optes por caminar largas distancias, correr distancias cortas o fortalecer los músculos. Y los estiramientos también pueden ayudar a aliviar el dolor, señala.