Vida Sana
La respuesta del Gobierno federal a la pandemia de COVID-19 está llegando a su fin.
La emergencia nacional que entró en vigor a principios del 2020 terminó el 10 de abril, y la emergencia de salud pública llegó a su fin el 11 de mayo, lo que marcó un final simbólico de una pandemia que ha cobrado la vida de más de 1.1 millones de personas en el país.
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Nunca hay un momento perfecto para poner fin a una emergencia como esta, dijo Joshua Sharfstein, vicedecano de Prácticas de Salud Pública y Participación Comunitaria de la Facultad Bloomberg de Salud Pública en Johns Hopkins. Pero, dijo: “Creo que esto refleja el hecho de que la COVID está mucho más controlada que hace un par de años”.
Desde el 2020, se han aprobado vacunas que pueden ayudar a evitar que las personas se enfermen gravemente de una infección por coronavirus, y ahora hay tratamientos que pueden ayudar a evitar las complicaciones por COVID. También tenemos un mayor acceso a pruebas rápidas y convenientes, y a mascarillas de alta calidad para disminuir la propagación.
Pero el final de las declaraciones de emergencia debido a la pandemia afectará cuántas personas tienen acceso a estas herramientas.
“Uno de los cambios más inmediatos que las personas notarán es que tal vez se les exija pagar por cosas o enfrentar costos compartidos por servicios que han estado recibiendo gratis bajo el estado de emergencia de salud pública”, dijo Juliette Cubanski, subdirectora del Programa de Políticas de Medicare en KFF, también conocida como Kaiser Family Foundation. Y cuánto termines pagando dependerá del tipo de seguro que tengas, agregó.
El fin de las pruebas caseras sin costo
¿Deseas saber si esa tos se debe a la COVID? Es fácil saber la respuesta con un hisopado rápido de la nariz hecho con un kit de prueba casera.
Estas pruebas “han sido realmente un nuevo desarrollo importante que surgió en respuesta a la COVID”, dijo en una teleasamblea reciente de AARP el Dr. Mark McClellan, director fundador del Centro Duke-Margolis de Políticas de Salud en la Universidad de Duke. Hacer pruebas en el hogar para detectar enfermedades graves como la COVID-19 es “algo que no teníamos la capacidad de hacer antes”, dijo.
Durante más de un año, estas pruebas de venta libre fueron gratuitas para muchas personas en el país con seguro público y privado. Ahora ya no es así.