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3 terapias de estimulación cerebral para tratar la depresión

La terapia electroconvulsiva, la estimulación magnética transcraneal y la estimulación del nervio vago han marcado la diferencia para algunos pacientes.


spinner image Ilustración de un cerebro que recibe neuroestimulación sobre un fondo azul
ARTEMISDIANA / GETTY IMAGES

Según una encuesta de Gallup del 2023, casi un tercio de las personas en Estados Unidos han sido diagnosticadas con depresión en algún momento de su vida. Las tasas de recuperación varían, según los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid. Entre los que buscan tratamiento, alrededor del 30% mejoran completamente y otro 20% encuentran al menos algún alivio con la ayuda de medicamentos, terapia verbal convencional y actividad física.

Sin embargo, los psiquiatras se preocupan realmente por el 50% restante. Para las personas con la llamada depresión resistente al tratamiento, la vida puede ser un infierno viviente.

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“Los síntomas de la depresión crónica son bastante discapacitantes y las personas que los experimentan corren un alto riesgo de autolesionarse o suicidarse”, dice el Dr. Irving M. Reti, profesor de Psiquiatría y Neurociencia y director del Servicio de Terapia Electroconvulsiva del Hospital Johns Hopkins. Las tasas de suicidio en Estados Unidos son más altas entre las personas de 75 años o más, según demuestran las investigaciones (en inglés). 

Sin embargo, hay esperanza. Aunque muchas personas no responden al tratamiento inicial, “como quiera ayudamos a un gran número de personas, incluso a aquellas con la depresión más resistente”, afirma el Dr. Alan F. Schatzberg, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford.

Los métodos que se usan después de que fallan otras terapias pueden evocar visiones de escenas angustiantes de películas o de “viajes malos”, pero proporcionan alivio a un número sorprendente de personas.

Si tú o algún ser querido está considerando suicidarse, llama, envía un mensaje de texto o habla por chat con la Línea de Prevención del Suicidio y Crisis al 988.

Terapia electroconvulsiva, o TEC

Presentada en forma más cruda en la década de 1930, la TEC evoca imágenes inquietantes de personas que tiemblan violentamente a medida que las descargas de electricidad bombardean su cerebro. (¿Recuerdas One Flew Over the Cuckoo’s Nest?). Hoy en día, el tratamiento ha evolucionado para ser mayormente seguro y más eficaz.

“La TEC es el estándar de referencia para la depresión resistente al tratamiento”, dice Reti. “Algunos estudios muestran tasas de respuesta de hasta el 80 al 85%”.

El tratamiento parece ser particularmente eficaz entre los adultos mayores, que pueden experimentar alivio más rápidamente. “A medida que las personas envejecen, es menos probable que su depresión responda al tratamiento, pero la TEC funciona muy bien en esta población”, explica el Dr. Mark George, profesor de Psiquiatría, Radiología y Neurociencias y director del Brain Stimulation Lab de la Universidad Médica de Carolina del Sur en Charleston. Fue uno de los primeros creadores de las terapias de estimulación cerebral de hoy en día.

Durante la TEC, las corrientes eléctricas pasan por partes clave del cerebro del paciente, incluido el lóbulo frontal, que está relacionado con la regulación del estado de ánimo. El objetivo es inducir una pequeña convulsión que “restablece la actividad en el cerebro”, dice George.

Para prevenir el dolor y las lesiones, los pacientes reciben anestesia general y relajantes musculares. Por lo general, se necesitan dos o tres tratamientos semanales durante tres o cuatro semanas para sentirse mejor.

¿Las desventajas? Muchos pacientes recaen después de unos seis meses y necesitan repetir los tratamientos. La TEC también está asociada con la pérdida de memoria a corto plazo. “Hacemos todo lo posible para minimizar eso con los ajustes eléctricos que usamos hoy en día”, dice Reti. “Sin embargo, puede ser un efecto secundario significativo para algunos pacientes”.

La TEC también causa aumentos en la presión arterial, lo cual puede implicar un problema para algunas personas mayores. “Nos preocupa especialmente el delirio en los pacientes mayores”, que puede ser el resultado de la convulsión, agrega Reti. “Eso los pone en riesgo de una caída durante las semanas en que reciben la terapia, lo que puede ser peligroso”. Por suerte, solo alrededor del 6% de los pacientes experimentan presión arterial alta como resultado y menos experimentan delirio (en inglés).

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Estimulación magnética transcraneal, o EMT

Con la estimulación magnética transcraneal, se coloca una bobina que genera un campo magnético en la cabeza del paciente y esta envía impulsos eléctricos a la corteza prefrontal, la región del cerebro asociada con la planificación y regulación de las emociones. No se entiende por completo cómo funciona, pero se cree que activa regiones del cerebro que se reprimen como resultado de la depresión. 

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó la estimulación magnética transcraneal para su uso contra la depresión resistente al tratamiento en el 2008. Pero el interés ha aumentado más recientemente debido a los nuevos protocolos de tratamiento que mejoran el estado de ánimo en menos tiempo. Con la estimulación magnética transcraneal convencional, los pacientes reciben tratamiento una vez al día, cinco días a la semana, durante cuatro a seis semanas. Con los nuevos protocolos, los investigadores están administrando más impulsos eléctricos por sesión y más sesiones en un día durante un total de cinco días. “Las personas tienen una rápida mejoría en el estado de ánimo durante ese período”, dice Reti. Con uno de los nuevos protocolos, aprobados por la FDA en el 2022, casi el 80% de los pacientes experimentaron alivio de sus síntomas, y es probable que las personas mayores se beneficien del tratamiento tanto como las más jóvenes. 

En comparación con la terapia electroconvulsiva, la estimulación magnética transcraneal tiene varias ventajas. “La EMT no causa convulsiones, no implica el uso de anestesia ni ocasiona pérdida de la memoria y no tiene efectos secundarios cognitivos”, afirma Reti. Eso podría hacer que sea más atractiva para los adultos mayores. Los efectos secundarios que se observan con mayor frecuencia con la EMT, como dolor en el cuero cabelludo y dolores de cabeza, generalmente son leves. Los efectos secundarios más graves, como convulsiones y pérdida auditiva, son muy poco comunes.  

“Esto es realmente revolucionario”, dice George, quien realizó algunos de los estudios que llevaron a la aprobación de la FDA.

Estimulación del nervio vago, o ENV

Al igual que otras técnicas de estimulación cerebral, esta terapia —aprobada en el 2005 por la FDA para la depresión crónica o recurrente— también está recibiendo un interés renovado para la depresión recurrente y resistente al tratamiento. Implica la implantación de un dispositivo en el pecho que emite impulsos eléctricos a través de un cable al nervio vago en el cuello.

“El nervio vago es una supercarretera de información que toma información de tu cuerpo y la lleva al cerebro”, explica George. “El envío de una señal a ese nervio en la base del cerebro causa la liberación de sustancias químicas que parecen tener un efecto antidepresivo y regulador del estado de ánimo”. El tratamiento tiene una tasa de respuesta positiva de hasta el 67%. Algunos pacientes experimentan alivio hasta por cinco años.  

Después de su aprobación en el 2005, Medicare y las aseguradoras privadas decidieron no cubrir la estimulación del nervio vago y el interés disminuyó. Sin embargo, se han acumulado datos positivos sobre su eficacia, dice George, y Medicare y las compañías de dispositivos médicos están llevando a cabo un nuevo estudio al respecto. Se espera que los resultados estén disponibles el próximo año.

“Si esa investigación es positiva, entonces Medicare pagaría esta terapia para cualquier paciente con depresión crónica, recurrente o resistente al tratamiento”, señala.

Tener que vivir con un dispositivo implantado en el pecho es una desventaja significativa de este método. Pero a diferencia de otras terapias de estimulación cerebral, los cambios de estado de ánimo son duraderos, dice George, y agrega: “Tenemos mejores tratamientos ahora más que nunca”.

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