Vida Sana
En la breve lista de canciones que han alegrado al mundo, te costará mucho encontrar alguna que supere “Here Comes the Sun”, de los Beatles, con su melodía acompasada y su letra intensamente optimista (“los rostros vuelven a sonreír”; “Siento que el hielo de a poco se derrite”).
No es de extrañar que se haya escuchado sin cesar en los sistemas de altavoces en hospitales como un bálsamo acústico en algunos de los lugares con más estrés y angustia del planeta: las unidades de terapia intensiva repletas de pacientes con COVID-19 que luchan por su vida.
¡ÚLTIMA OPORTUNIDAD! - Únete a AARP a precios del 2024; las tarifas aumentan en el 2025.
Obtén acceso inmediato a productos exclusivos para socios y cientos de descuentos, una segunda membresía gratis y una suscripción a AARP The Magazine.
Únete a AARP
En el Lenox Hill Hospital de la ciudad de Nueva York, la canción comenzaba cada vez que un paciente de coronavirus recibía el alta o se recuperaba lo suficiente como para respirar sin la ayuda de un respirador artificial. “En el hospital todos están bajo una tremenda presión”, señala el Dr. Steven Feinsilver, un pulmonólogo que ha estado a cargo de casos pulmonares no relacionados con la COVID-19 para permitir que sus colegas se ocuparan de los casos de coronavirus. “Especialmente para los que veo en la primera línea de la atención crítica, esto es como un campo de batalla. El trabajo es incesante. Escuchar esta canción en el altoparlante es maravilloso. Es justo lo que todos necesitan para recordar que hay pacientes que se están recuperando. Por un momento te sientes bien”.
Sentirte bien puede ser lo último que tengas en mente cuando la pandemia de coronavirus entra en su sexto mes en el país. Mientras luchamos por recuperarnos después de lo que posiblemente sea una de las peores calamidades mundiales en términos de salud y economía, nos preguntamos si siquiera hablar de felicidad es algo egoísta o inapropiado.
Todo lo contrario, según innumerables investigadores. Buscar la felicidad y, más que eso, encontrarla, es más importante en los momentos difíciles, señala Laurie Santos, profesora de psicología en Yale University. “La felicidad nos da la resiliencia para salir adelante. Este es un momento difícil porque la crisis es tanto física como mental. En este momento, ser felices debería preocuparnos más, y no menos”.
No debemos subestimar el estímulo emocional que nos da esa canción de los Beatles, advierte Amanda Griffiths, administradora de enfermería de Lenox Hill. La canción se escuchó cerca de veinte veces en el mismo día, recuerda Griffiths, y cada vez que la repetían ella se sentía mejor. “Era como una sensación irresistible de, vaya, estamos produciendo cambios. Me emocionaba hasta las lágrimas”.
Es claro que el tipo de felicidad que importa en los momentos difíciles no tiene nada que ver con los sombreros de cumpleaños ni las caras sonrientes. “No se trata de una ilusión de regocijo y deleite al estilo Hollywood”, señala la psicóloga María Sirois, autora del libro A Short Course in Happiness After Loss. “La felicidad que ayuda en los momentos más difíciles es realista. Reconoce los temores y las ansiedades. Busca significados. Nos nutre y nos sustenta”.
Para entender mejor la felicidad y la función que cumple en los tiempos difíciles, AARP me pidió que hablara con un grupo de investigadores y médicos que se especializan en todos los aspectos del tema para descubrir las verdades profundas de la alegría. Esto es lo que quieren que sepas.
Lección 1: es posible encontrar felicidad en los malos momentos
Receta para la felicidad: escucha música
Cuando las órdenes de permanencia en el hogar comenzaron a arraigarse a mediados de marzo, dos niños de Columbus, Ohio, idearon una manera simple de ayudar a una vecina a sobrellevar el aislamiento. Taran Tien, de 9 años y su hermana Calliope, de 6, llevaron sus violoncelos al porche de la casa de Helena Schlam y tocaron un concierto improvisado para la fanática de Mozart, de 78 años. “Fue maravilloso”, señala Schlam. “La música es un consuelo para mí”.
De hecho, en los tiempos difíciles la música nos puede ayudar a aliviar la angustia mental. “Es casi como una aspirina. Si te duele la espalda, te da un poco de alivio”, señala Andy Tubman, jefe de terapéutica en Music Health Technologies, cuyos productos SingFit guían a las personas que padecen demencia en ejercicios de canto. “La música puede ser una distracción saludable en ese sentido”.
AARP y el Global Council on Brain Health (GCBH, Consejo Mundial sobre la Salud Cerebral, en inglés) tienen planes de publicar un informe sobre el efecto de la música en el cerebro el 21 de junio, World Music Day (en inglés). “Quienes estudian el cerebro han demostrado que escuchar la música que te gusta puede provocar la liberación de dopamina, una sustancia química que aumenta el sentimiento de felicidad”, explica Sarah Lenz Lock, vicepresidenta sénior de Política y Salud Cerebral de AARP y directora ejecutiva de GCBH.
En los tiempos difíciles también surgen canciones de empoderamiento. Durante la pandemia, entre otras canciones, el compositor Nick Lowe, de 71 años, interpretó su himno “(What's So Funny ‘Bout) Peace, Love & Understanding” en programas virtuales desde su casa. “Cantarle a un teléfono es una experiencia totalmente nueva para mí”, señala. “Pero cuando el público ve a un músico que está sentado en su casa y que no está asustado, supongo que eso los alegra”.
Para colaborar con la iniciativa, AARP compiló una lista de canciones para escuchar en Spotify, Canciones que alegran y dan esperanza.
Cuando ocurre una crisis devastadora o una catástrofe global, con frecuencia sucede algo sorprendentemente positivo. Dos meses después de los ataques terroristas al World Trade Center en el 2001, una encuesta que llevó a cabo University of Pennsylvania con más de 4,000 personas en el país descubrió que sentían más gratitud, esperanza, bondad y amor que antes del 11 de Septiembre. Y el efecto no fue temporal. En un estudio que State University of New York llevó a cabo durante tres años con 1,382 adultos, el 58% indicaron que continuaban viendo consecuencias positivas de los ataques.
No hundieron la cabeza en la arena ni hicieron de cuenta que la catástrofe no había ocurrido. Un estudio a cargo de la profesora de psicología Barbara Fredrickson, ahora en University of North Carolina en Chapel Hill, halló que los alumnos reconocieron el gran desaliento, enojo y temor que sintieron después del 11 de Septiembre, pero algunos también se sintieron inspirados por lo que Fredrickson llama la “magia cotidiana” de las emociones positivas momentáneas, como las que sintieron hace poco los pacientes del hospital al escuchar “Here Comes the Sun”.
“Encontrar un significado positivo puede ser el impulso más poderoso para cultivar emociones positivas en los tiempos de crisis”, advirtió Fredrickson en el estudio.
La felicidad ayuda a crear y mantener la resiliencia emocional de forma intuitiva. Sin embargo, lo contrario también es cierto. La resiliencia emocional, es decir, saber cómo superar una crisis con un poco menos de desaliento y un poco más de cordura y perspectiva, también puede conducir a la felicidad.
Los estudios médicos lo confirman. Descubrieron que las personas que enfrentaron una crisis grave de salud (como cáncer, lesión de la médula espinal o dolor crónico debilitante) y encontraron un significado más profundo en su difícil situación, también sintieron más bienestar emocional. ¿Cómo? Al dejar de alimentar su sentido personal de tragedia y comenzar a fomentar la empatía con otros que podrían estar en peores situaciones. Es por eso que tantos voluntarios sienten una profunda alegría al hacer lo que hacen.
Por supuesto que nunca es bueno sufrir. Y ahora, más de un tercio de los habitantes del país dicen que esta pandemia está afectando profundamente su salud mental, según una encuesta nacional de la American Psychiatric Association. Este puede no ser el momento de concentrarse en la diversión y la risa. Sin embargo, algo más profundo puede ayudar. La psicóloga Maria Sirois, quien ha escrito sobre la resiliencia emocional de los niños que padecen cáncer y sus familias, lo llama “positividad”: una combinación de realismo, esperanza y compasión. El psiquiatra Viktor Frankl, sobreviviente del Holocausto, lo llamó acertadamente “optimismo trágico”.
También te puede interesar
7 excelentes atajos hacia la felicidad
Consejos expertos para darle más brillo a la vida después de los 50 años.La última guía de Marie Kondo: encuentra alegría en el trabajo
La coautora de 'Joy at Work' ofrece algunos consejos para ser feliz en el trabajo.
Ver música en vivo puede ayudarte a vivir más tiempo
Disfrutar de conciertos regularmente es fundamental