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10 formas de ayudar a controlar los antojos de azúcar

Estrategias simples y efectivas para evitar que tu gusto por lo dulce sabotee tu salud.


spinner image Ilustración de un hombre con las piernas bien abiertas dejando que los donas rueden a través de ellas.
Sam Island

Tenemos más que suficientes razones para reducir el azúcar. Desde lo problemático (caries, aumento de peso) hasta lo francamente peligroso (diabetes, enfermedades cardiacas, derrames cerebrales), el azúcar empeora prácticamente todo. Una revisión reciente de más de 8,600 trabajos de investigación publicada en The BMJ (en inglés)  halló 45 efectos negativos del azúcar sobre la salud, incluido un mayor riesgo de asma, depresión y varios tipos de cáncer.

Pero intenta resistirte a las donas gratis en la oficina, la bandeja de galletas dulces en la fiesta o el té frío con azúcar en un día caluroso de verano. El azúcar no solo nos gusta: la deseamos. De hecho, más del 90% de las personas tienen antojos de comida, según los estudios.

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¿Cuánto azúcar tiene eso?

La Asociación Americana del Corazón (en inglés)  recomienda limitar las calorías de los azúcares añadidos —azúcar granulado, jarabe de maíz, incluso miel— a no más del 6% de las calorías diarias. Para la mayoría de las mujeres, eso no sobrepasa las 100 calorías por día, o alrededor de 6 cucharaditas de azúcar. Para los hombres, son 150 calorías por día, o alrededor de 9 cucharaditas. Es muy fácil exceder esos límites rápidamente. Mira la cantidad de azúcar que hay en estos alimentos.

  • Peppermint Mocha de Starbucks, 16 onzas = 13 cucharaditas
  • Gatorade Cool Blue Raspberry, 20 onzas = 8 ½ cucharaditas
  • Barra Clif de chispas de chocolate = 4 cucharaditas
  • 2/3 taza de helado Cherry Garcia de Ben & Jerry's = 8 ⅔ cucharaditas
  • 2/3 taza de granola French Vanilla de Nature Valley = 4 cucharaditas

Y no tenemos que sentir hambre para buscar azúcar. Los cambios hormonales, los hábitos e incluso el aburrimiento contribuyen a nuestro deseo de dulces. El azúcar tiene un efecto físico en el cerebro y provoca la liberación de hormonas, como la serotonina y la dopamina, que nos hacen sentir bien.

El resultado es que la persona promedio consume 17 cucharaditas de azúcar añadido al día, aproximadamente dos o tres veces la cantidad que recomienda la Asociación Americana del Corazón.

Disfrutar de un trozo del pastel de cumpleaños de tu nieto o de un postre elegante en una memorable cena afuera tiene sentido. Pero eso es distinto a picotear constantemente y consumir dulces sin prestar atención, algo que a menudo aumenta nuestra ingesta de azúcar. Las siguientes son unas estrategias simples para ayudarte a controlar los antojos de dulces.

1. Come un desayuno rico en proteínas

Los alimentos con alto contenido de azúcar o carbohidratos hacen que se dispare el nivel de insulina en la sangre. Y cuando el nivel de azúcar en la sangre vuelve a disminuir después de una o dos horas, volverás a sentir deseos de consumir más azúcar.

Para salir de ese ciclo vicioso de los niveles de azúcar —y así controlar tus antojos—, puedes comenzar el día con un desayuno rico en proteínas. Por ejemplo, puedes desayunar huevos, yogur griego, requesón o un batido con proteína en polvo.

La proteína aporta energía y estabiliza los niveles de azúcar en la sangre. Un estudio (en inglés)  publicado en la revista Nutrition Journal halló que quienes consumían un desayuno con alto contenido de proteínas (40%) tuvieron menos antojos alimentarios que quienes no desayunaban o cuyo desayuno contenía solo un 15% de proteínas.

2. Identifica los factores que desencadenan tu deseo de azúcar

¿Buscas algo dulce cuando estás ansioso? ¿Cuando te sientes solo? ¿Cuando estás aburrido?

Hay quienes engullen toda una bolsa de galletas cuando necesitan alguna distracción durante un proyecto difícil en el trabajo. Otras personas devoran un tazón de helado para darse un gusto después de pasar un mal día.

“Muchas veces, lo que realmente nos hace falta es un abrazo... Pero nos descubrimos en la cocina, buscando algo que nos haga sentir mejor", dice Anne Alexander, autora de The Sugar Smart Diet. "Realmente piensa en qué es lo que está impulsando tus antojos. ¿Quieres el dulce, o realmente quieres el abrazo?”.

Una vez que identifiques los desencadenantes, haz una lista de otras maneras de lidiar con esos sentimientos. Tal vez puedas escuchar música, leer un libro, mirar un programa de televisión o hablar por teléfono con un amigo. Coloca esta lista donde la puedas ver la próxima vez que se te antojen esas galletas de chocolate.

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spinner image Ilustración de una mano que elige una banana en vez de una galleta
En lugar de comer una galleta azucarada, elige una banana. Es naturalmente dulce y contiene fibra, por lo que te hace sentir lleno.
Sam Island

3. Elimina la tentación

Suena muy sencillo, pero una de las maneras más fáciles y eficaces de reducir los antojos de alimentos a los que no te puedes resistir es no tenerlos en la casa, dice el psicólogo Evan Forman, director del Centro de Ciencias de Peso, Alimentación y Estilo de Vida de la Universidad Drexel. De hecho, los estudios indican que los centros de recompensa del cerebro se activan con solo ver alimentos como el chocolate.

Si tu pareja insiste en tener dulces en casa, Forman recomienda guardarlos donde no los puedas ver ni alcanzar (por ejemplo, en un recipiente colocado en la parte posterior de un gabinete alto). Luego, ten refrigerios más saludables —como frutas, nueces y verduras cortadas— en sitios accesibles.

“Si no ves los dulces, el cerebro no te dirá ‘tengo que comer eso’”, dice Forman.

4. Establece una regla de tres bocados

Algunas personas que intentan renunciar por completo a los dulces terminan por perder el autocontrol y atracarse. Si te suele ocurrir eso, la recomendación de Jamie Pope, dietista certificada y profesora adjunta de Nutrición en la Facultad de Enfermería de la Universidad de Vanderbilt, es que consideres la posibilidad de ceder a tu antojo, pero limitándote a una porción muy pequeña.

Los primeros dos o tres bocados te ofrecen “el mayor impacto estético”, dice Pope. "Disfruta de varios bocados e intenta saborearlo"; luego, guarda la comida.

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Dormir mal puede afectar el centro de recompensas del cerebro y hacer que los alimentos azucarados sean más atractivos.
Sam Island

5. Enfócate en dormir

Cuando un grupo de investigadores de la Universidad de Columbia analizaron los hábitos de sueño y alimentación de más de 500 mujeres, descubrieron que las que dormían mal consumían mucho más azúcar agregado que las que dormían bien.

“El sueño de mala calidad puede afectar el mecanismo de recompensas en el cerebro, lo que te hace sentir una fuerte atracción por alimentos azucarados o poco saludables”, dice Brooke Aggarwal, coautora del estudio y profesora adjunta de Ciencias Médicas en el Centro Médico de la Universidad de Columbia. La falta de sueño también suprime las señales de saciedad, lo que significa que posiblemente comas más de cada bocadillo cuando estás cansado.

6. Mantén la boca ocupada

A veces puedes satisfacer tu antojo por lo dulce con un alimento naturalmente dulce, como las bananas, las frambuesas, las uvas o los arándanos azules. Para que las frutas tengan un sabor aún más dulce, puedes congelarlas, dice Pope.

Si quieres darte un gusto que se parezca más a un postre, come una paleta de fruta congelada sin azúcar agregado. O mastica un chicle. Las investigaciones han descubierto que masticar chicle puede ayudar a suprimir el deseo de dulces.

Una taza de té caliente endulzada naturalmente con canela, menta o frambuesa es una opción aún más saludable. Puedes encontrar tés (no endulzados) con sabores de postres, como doble chocolate oscuro y macarrón de almendra y coco.

7. Cuenta hasta 25

Cuando los investigadores de la Universidad Rush manipularon una máquina expendedora para incorporar un retraso de 25 segundos cuando alguien elegía un artículo poco saludable, descubrieron que las personas a menudo cambiaban a una opción saludable, según el estudio publicado en la revista Appetite (en inglés). Los investigadores afirman que eso se debe a que los seres humanos preferimos la gratificación inmediata. Entonces, la próxima vez que tengas un antojo fuerte, detente donde estés, respira hondo y cuenta lentamente hasta 25. (El truco consiste en que puedes permitirte comer algo saludable de inmediato, pero si quieres algo dulce, tienes que esperar. Aprovecha ese tiempo adicional para preguntarte si de verdad quieres el dulce).

spinner image Ilustración de una mujer caminando al airle libre con alimentos azucaados en forma de nubles al fondo.
Si te invaden los antojos de alimentos azucarados después de la cena, sal a caminar o haz otra cosa en lugar de comer un refrigerio.
Sam Island

8. Camina para olvidarte

Si 25 segundos no son suficientes, intenta dar un paseo de 15 minutos. En un pequeño estudio, un grupo de investigadores de la Universidad de Exeter determinaron que una caminata rápida de 15 minutos sirvió para reducir los antojos.

"No digas 'no voy a comer eso'" y sal a caminar intentando calmar tus antojos, dice Pope. En cambio, plantéate que si todavía quieres el dulce cuando regreses, puedes comerlo. Probablemente te sientas más en control después de esperar, agrega, por lo que te será más fácil combatir los antojos.

9. Intenta 'surfear el impulso'

El surf de los impulsos es una técnica de atención plena que se utilizó por primera vez para ayudar con la adicción a las drogas y al alcohol. “Es una de esas estrategias que las personas suelen decir que da buenos resultados desde el comienzo”, afirma Forman.

Para probar esta técnica, toma nota la próxima vez que tengas un antojo y dite a ti mismo que es algo normal, explica Forman. Luego, presta atención a medida que el deseo se vuelve más intenso, alcanza su punto máximo y comienza a disminuir, tal como sucede con las olas. Puede ayudar si describes lo que está sucediendo en voz alta, dice Forman: "Siento que el antojo se está volviendo más fuerte. Dejaré que me lleve. No necesito comer para que se vaya".

10. Deja el hábito de golpe

Si hay algún alimento que te resulte simplemente irresistible, comprométete a evitarlo por completo durante apenas un mes, aconseja Forman.

Aunque la primera semana —y tal vez la segunda— resulten difíciles, si puedes durar un mes con la ayuda de las estrategias mencionadas, el cerebro se adaptará, dice Forman, y tu antojo por ese alimento debería reducirse en forma considerable.

"Una vez que el cerebro se acostumbra al hecho de que simplemente eso es algo que no comes, probablemente dejes de desearlo o anhelarlo por completo", explica. 

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