Vida Sana
Al principio los signos están disimulados y luego son terriblemente notorios, dicen. Las revisiones de desempeño sólidas de pronto se tornan negativas. Ya no te llegan invitaciones a reuniones semanales y mensuales. Las nuevas exigencias y cuotas parecen severas y poco razonables. En lo que algunos llaman prejuicios contra la edad, los trabajadores mayores se ven obligados a dejar sus empleos. Lee los cinco perfiles en estas páginas para ver cómo algunos trabajadores han afrontado la situación en esta etapa de sus carreras.
¿Qué dice la ley? Los reclamos por discriminación por edad han ido en aumento desde 1997, cuando se presentaron 15,785 informes, de acuerdo a la Equal Employment Opportunity Commission (Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo). El año pasado, se registraron 21,396 reclamos. No todas las demandas son válidas, dicen los expertos. Muchas se resuelven sin asignar culpas. A veces la ley impide que las empresas den su versión de los hechos en los casos de discriminación por edad.
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Por otro lado, los defensores del consumidor y los abogados dicen que las quejas registradas representan solo una parte del número total de empleados que son despedidos de un trabajo porque son mayores.
Una posible razón de esta tendencia: una población que envejece. Más del 20% de los trabajadores en Estados Unidos, unos 33 millones, tienen 55 años o más, de acuerdo con la BLS (Oficina de Estadísticas Laborales).
La Ley contra la Discriminación por Edad en el Empleo de 1967 protege a los trabajadores de 40 años o más de las decisiones de personal basadas únicamente en la edad en cuanto a contratación, despidos, promociones o descensos se refiere. La ley se aplica a los empleadores con al menos 20 trabajadores. Esa ley se debilitó en el 2009, dicen sus defensores, cuando un fallo de la Corte Suprema de EE.UU. dificultó a los trabajadores demostrar la discriminación por edad. El tribunal dictaminó que la carga de la prueba recae ahora sobre el trabajador, quien deberá demostrar que la edad fue el factor decisivo —en lugar de uno en una serie de factores, como antes— en un despido, descenso o cualquier otra acción adversa.
La legislación bipartidaria presentada el año pasado restauraría algunas protecciones. La Ley de protección contra la discriminación de trabajadores mayores, la cual AARP apoya firmemente, enmendaría y aclararía las leyes federales contra la discriminación.
Los trabajadores dicen que se necesita la legislación. En una encuesta de más de 1,502 adultos mayores, aproximadamente 64% dice que ha visto o experimentado discriminación por edad en el trabajo. De ellos, 92% dice que es muy o algo común, de acuerdo con el informe de AARP "Staying Ahead of the Curve" (Mantenerse en la delantera — en inglés).
Grant Morris, un abogado laboral de Washington, D.C. dice que muchas empresas evaden las leyes en contra de la discriminación por edad al ofrecer una indemnización por despido a los trabajadores de más edad, con la condición de que firmen un acuerdo que exonere a la empresa de toda responsabilidad.
"Todo el mundo enfrenta enormes presiones financieras cuando lo despiden de una empresa", dice, entonces los trabajadores se apresuran a aceptar las condiciones.
Cindy Levering es la presidenta voluntaria del equipo de investigación de pensiones en la Sociedad de Actuarios, la cual realizó un estudio en el 2013 que preguntó a las personas recientemente jubiladas por qué habían abandonado sus puestos de trabajo.
"Las personas que se habían jubilado voluntariamente, resultó que no había sido tan voluntariamente", dice. "Sintieron que habían sido expulsados. Algunos dijeron que los empleadores establecieron metas poco realistas. Otros no podían hacer su trabajo debido a las exigencias físicas, o no se sentían valorados. No muchos dijeron que querían jubilarse para seguir sus sueños o una pasión".
Incluso cuando se desafían las prácticas de la empresa, las posibilidades de ganar un caso no son buenas.
"Es tan difícil demostrar la discriminación por edad que los empleadores están envalentonados", dice Laurie McCann, abogada sénior del departamento de litigios de AARP Foundation. "Creen que pueden salirse con la suya".
Theresa Seibert
Exempleador: Quest Diagnostics
Tiempo de empleo: 26 años
Edad al momento del despido: 52
En Quest Diagnostics, uno de los mayores laboratorios médicos del país, la caída de Theresa Seibert fue rápida, dice. Ahora de 57 años, había trabajado para la compañía con sede en Nueva Jersey durante casi la mitad de su vida. "Te ponen en un pedestal cuando haces bien tu trabajo", dice.
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