Vida Sana
Todd Cullop, quien vive en el estado de Washington, quiere visitar a su madre en la costa este cuantas veces se pueda, ya que ella lucha contra el cáncer. Canceló un vuelo durante las primeras fases del brote de coronavirus, pero cuando él y sus hijos volaron a Washington, D.C. para visitarla en agosto, tuvieron una experiencia en gran parte positiva al navegar aeropuertos medio vacíos y aviones con pocos pasajeros.
“Pasamos muy rápido por el control de seguridad”, dice Cullop, de 55 años. Sus vuelos en Southwest Airlines tenían aproximadamente la mitad de pasajeros, así que se cambiaron de asiento para distanciarse de otras personas. Lo peor, dijo, fue llevar puesta una mascarilla todo el día.
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Como Cullop, otras personas en Estados Unidos también han comenzado a reservar vuelos, motivadas por necesidades familiares, las tarifas baratas y el cansancio por el encierro después de pasar meses en casa. El 15 de octubre, casi 950,000 pasajeros pasaron por puntos de control de seguridad en aeropuertos de EE.UU., en comparación con unos 100,000 el 20 de abril, según la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA), aunque son mucho menos que los 2.58 millones de pasajeros que volaron el 15 de octubre del 2019.
Pero, ¿es seguro volar durante una pandemia?
El riesgo de contagios
En un nuevo estudio acerca del riesgo de contagios de COVID-19 en los vuelos, el Departamento de Defensa descubrió que las probabilidades de que las diminutas gotas de virus que expulsa un pasajero infectado lleguen a la "zona de respiración" de otro pasajero son solo de 3 en 1,000, y suponiendo que ambos tengan puestas sus mascarillas. Para el estudio, realizado conjuntamente con United Airlines y Boeing, se utilizó un maniquí que fue construido con la capacidad de soltar aerosoles que llevaban partículas que pueden rastrear en sus simulaciones.
De acuerdo al amplio informe, "el riesgo de exposición a aerosoles es mínimo, incluso en vuelos de larga duración, pero normalmente es más alto cuando se está en la fila de [alguien infectado]". En el informe también se recomienda el uso indiscriminado de mascarillas, el uso de filtros HEPA y la limpieza con desinfectantes a bordo. (El informe señala que no se hizo un estudio de situaciones como: “hablar con pasajero de lado cuando este come o bebe sin mascarilla”).
Los CDC, a través de su sitio web, concuerdan y explican que “la mayoría de los virus y otros gérmenes no se propagan fácilmente en los vuelos por la forma como circula y se filtra el aire en los aviones. Pero también dicen que "el distanciamiento social es difícil en vuelos llenos de pasajeros, y sentarse a 6 pies de otras personas, a veces durante horas, puede aumentar su riesgo de contraer COVID-19".
Aunque no hay datos estadísticos de la cantidad de personas que hayan contraído COVID-19 en los vuelos, parece que al menos algunos pasajeros contrajeron la enfermedad.
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