Vida Sana
La afición de unos estudiantes por el tango y la pasión de Louis Bianco por enseñar el baile los ha llevado hasta Buenos Aires, Argentina, y La Casa de María Tango, donde perfeccionan sus habilidades y saborean la cultura del tango. Las edades de los estudiantes de Bianco, dueño de la Argentine Tango Escuela en Little Rock, Arkansas, van de 45 a 75 años. El grupo llega de Estados Unidos a Buenos Aires, donde se ponen zapatos especiales y vestimenta de tango, se abotonan sus chaquetas cruzadas e inclinan sus fedoras en justo la manera debida, antes de dirigirse a las milongas para una noche de baile o pasarse el día en el famoso vecindario de La Boca, conocido por sus bailarines callejeros de tango.
Lianne Milton, fotógrafa, se reunió con Bianco, de 70 años, y sus estudiantes en Buenos Aires, donde María Teresa López fue la anfitriona en La Casa de María Tango. A continuación, Lianne comparte su viaje a través de sus fotografías.
El apogeo del tango
“Para usar un sombrero como este, tienes que ser hombre. Tienes que saber llevar el sombrero. Es elegante. A las mujeres les encanta. Hace que la gente se fije en ti”, dice Bianco. “En el tango, los zapatos, la chaqueta cruzada, el sombrero, [no solo] es como desempeñar un papel, tú eres ese papel”. Su sombrero lo transporta a esa época y ese papel, que traen recuerdos de las décadas de 1920, 1930 y 1940, a las cuales él llama “el apogeo del tango”.
Bianco, bailarín profesional de bailes de salón, comenzó a danzar hace 25 años. En el 2004, aprendió a bailar tango en Buenos Aires y lo incluyó en su repertorio de bailes de salón. Tras años de instrucción en Argentina, comenzó a enseñarles el tango a sus estudiantes.
De soldado a bailarín
Durante la Guerra de Vietnam, Bianco sirvió como soldado de combate cuyo trabajo fue detonar minas. “Nuestro entrenamiento intensivo nos enseñó a sentirnos seguros de nosotros mismos y a tener paciencia”, dice él. Esa paciencia y seguridad en sí mismo le permiten bailar con mucha gracia el tango y otros bailes de salón, y se manifiestan en su estilo de enseñanza como profesor de baile.
Baile callejero en La Boca
La tradición argentina del baile callejero de tango tiene sus orígenes en La Boca. Este vecindario portuario fue el primer punto de entrada para los inmigrantes y los barcos que llegaban de Europa.
Una manera de vivir
El tango no solo es una expresión musical y un baile, también puede ser una manera de vivir. En Buenos Aires, el tango no permanece como una memoria: cambia con cada generación y las tendencias y emociones de cada época influyen en él.
El baile como un cálido abrazo
Carina Mele, una profesora argentina de baile de Kathleen Currie en Buenos Aires, ha estado bailando por 20 años y enseñando por 15. Es profesora en La Casa de María Tango. Los tangueros consideran que el baile es como un cálido abrazo. Una tanguera dice: “El tango produce el abrazo para que tu corazón pueda bailar. Es algo sensual, no sexual”.
Un baile para todos
Bailarines jóvenes de tango danzan para los turistas y los animan a participar en el baile en el vecindario portuario de La Boca. Una bailarina de tango en la calle convence al estudiante Phil Principe, en el centro, con el profesor Louis Bianco, a vestirse con ropa de tango y pagar para tomarse una foto