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Destinos donde se relajaba Napoleón: 3 excursiones de un día desde París repletas de historia

Los museos de estos castillos albergan objetos e historias del emperador francés.

spinner image Vista aérea del castillo de Fontainebleau
Napoleón Bonaparte a menudo se escapaba al campo durante su reinado como emperador. Renunció a su cargo en el castillo de Fontainebleau en 1814.
François Lison/ Cémaprod

París, uno de los destinos turísticos más populares del mundo, está más animado que nunca mientras se prepara para acoger los Juegos Olímpicos este verano. Quienes deseen un breve descanso del frenesí urbano pueden seguir los pasos de Napoleón Bonaparte —el protagonista de la reciente película de Ridley Scott Napoleon—, que buscó relajación en un trío de castillos boscosos cercanos, los cuales son hoy museos nacionales.

Napoleón, que pasó de general a primer cónsul en 1799 y se proclamó emperador de Francia en 1804, se relajó en los castillos de Malmaison, Compiègne y Fontainebleau, donde se desarrollaron algunos de sus momentos históricos. Estos destinos, todavía repletos de sus muebles, retratos y posesiones, ofrecen a los visitantes del siglo XXI un vistazo al pasado mundo de Napoleón en el siglo XIX.

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Para crear el ambiente, destacamos la importancia de los castillos para Napoleón.

spinner image Dibujo de Napoleón y otros en el castillo de Malmaison
Napoleón regresó al castillo de Malmaison en 1815, tras su derrota en Waterloo.
Getty Images

Castillo de Malmaison, Rueil-Malmaison, Francia

Durante sus primeros años en el poder, Napoleón pasó la mayoría de los fines de semana en esta hermosa finca a 10 millas del centro de París paseando entre una naturaleza de lo más curiosa. Gacelas, canguros, avestruces, ñus, monos y llamas —todos ellos parte de la vasta colección de animales salvajes de su esposa Josefina— deambulaban por los arbolados terrenos que albergaban invernaderos donde crecían flores tropicales, naranjas y piñas, dice Aurélie Caron, bibliotecaria del castillo.

"En ninguna parte, excepto en el campo de batalla, vi a Bonaparte más feliz que en los jardines de Malmaison", escribió su secretario privado, Louis-Antoine Fauvelet de Bourrienne, en sus memorias. Sin embargo, Napoleón no visitó el castillo tan a menudo después de diciembre de 1809, cuando anuló su matrimonio sin hijos con Josefina, a quien le dio la finca.

spinner image Castillo de Malmaison con flores rosas en el jardín delantero
Al principio de su mandato, Napoleón pasaba la mayoría de los fines de semana en el castillo de Malmaison. Cuando su matrimonio con Josefina fue anulado, él le regaló la propiedad.
Grand Palais Rmn

Poco después de la abdicación de Napoleón en 1814, el zar Alejandro I, su némesis, paseó por los jardines con Josefina, quien enfermó durante ese recorrido y murió días después. 

Tras escapar de su exilio en Elba en febrero de 1815, Napoleón volvió a gobernar Francia durante casi cien días más y abdicó el 22 de junio después de su derrota en Waterloo. Entonces regresó a Malmaison para despedirse de su madre, pero tardó en marcharse del hogar que tanta alegría le había dado. "Tardó en irse porque conservaba la esperanza de que las cosas salieran de otra manera", dice Caron. 

Finalmente, se rindió a los británicos, que lo exiliaron, y murió en 1821 en la isla atlántica de Santa Elena.

En el castillo destacan la biblioteca, decorada con figuras literarias; el dormitorio de Josefina, de 16 lados; y la sala del consejo, en forma de tienda de campaña, donde se firmó el Tratado de San Ildefonso de 1800 con España, mediante el que se concedía a Francia el territorio de Luisiana. Tres años después, Napoleón lo vendió a EE.UU. 

Lo que debes saber. Entrada: 6.50 euros (unos $7, según el tipo de cambio). Solo es accesible en silla de ruedas en la planta baja. Ruta más fácil: un viaje en taxi desde el oeste de París. Como alternativa, toma el tren RER "A" hasta la estación de Rueil-Malmaison, y luego el autobús 27. 

spinner image Salón de baile del castillo de Compiègne
El castillo de Compiègne alberga varios museos. Aquí se muestra un lujoso salón de baile del castillo.
Hugo Maertens/Château de Compiègne

Castillo de Compiègne, Compiègne, Francia

A unas 55 millas al norte de París y envuelto por un bosque de aproximadamente 35,000 acres, el castillo de Compiègne, que alberga varios museos, fue una especie de nido de amor para Napoleón, afirma Etienne Guibert, conservador del patrimonio del castillo. Dice que Napoleón pasó aquí su primera noche con su segunda esposa, la archiduquesa austriaca María Luisa, en la cama con dosel de ella. Debido a que se casaron por poderes, no se vieron hasta el 27 de marzo de 1810, cuando Napoleón se encontró con el carruaje de María Luisa en camino al castillo; volvieron allí en abril para iniciar su luna de miel oficial.

"Todos los memorialistas dicen que, durante este periodo, Napoleón estaba muy enamorado de su esposa y era un poco difícil conseguir un momento para hablar de asuntos de Estado", dice Guibert. 

Rebosantes de mobiliario original de las habitaciones de Napoleón, María Luisa y su hijo, los apartamentos históricos del castillo, de visita obligada, ofrecen el ejemplo más completo de decoración del Primer Imperio en Francia. 

El emperador Napoleón III, sobrino de Napoleón, hizo mundialmente famoso este castillo durante el Segundo Imperio francés (1852-1870). Todos los otoños, recibía a unos cien invitados durante cuatro a seis semanas en un evento exclusivo llamado "las Series" cuya lista de asistentes cambiaba semanalmente. Monarcas y embajadores se mezclaban con personalidades como el escritor Gustave Flaubert, el científico Louis Pasteur y el pintor Eugène Delacroix. Se practicaba la caza, eran frecuentes las charadas y se representaban obras de teatro, dice el conservador general Marc Desti —y a menudo los invitados "escribían los textos, hacían los disfraces e interpretaban [las obras] ellos mismos"—. 

La moda y el arte de la época de Napoleón III se exponen en el Museo del Segundo Imperio, que alberga el cuadro La emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía, de Franz Xaver Winterhalter. El Museo del Automóvil del castillo exhibe carruajes imperiales y automóviles reales.

Lo que debes saber. Entrada: 7.50 euros; durante las exposiciones, 9.50 euros (de $8 a $10). Ruta más fácil: el tren TER desde la estación Paris Gare du Nord hasta Compiègne (la duración del trayecto varía de 40 minutos a una hora y cuarto aproximadamente). Toma el autobús gratuito 1 o 2 hasta el castillo, accesible en silla de ruedas. 

spinner image Un teatro en el castillo de Fontainebleau
Este teatro del castillo de Fontainebleau fue construido por Napoleón III, sobrino de Napoleón, durante el Segundo Imperio francés.
Sophie Lloyd

Castillo de Fontainebleau, Fontainebleau, Francia

Con 1,632 habitaciones, el castillo de Fontainebleau, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, es el más impresionante y vasto de los castillos napoleónicos. Sirvió de refugio continuo a gobernantes que se remontan al siglo XII. Napoleón llamó a este castillo boscoso situado a unas 45 millas al sureste de París el "verdadero hogar de los reyes", y realizó una amplia renovación, que incluyó la construcción de sus apartamentos imperiales y su salón del trono, el único que aún existe. 

Napoleón se apresuró a redecorar lo que se conoció como el "apartamento del papa", en honor a la visita en 1804 del papa Pío VII, que llegó a Francia para coronar emperador a Napoleón. Esas mismas habitaciones sirvieron de lujosa prisión para el papa de 1812 a 1814, después de que Napoleón ordenara su arresto en Italia y su traslado aquí. 

En este castillo Napoleón vivió su punto más bajo. El 31 de marzo de 1814, mientras se encontraba allí, Napoleón se enteró de que una coalición de naciones aliadas contra él había tomado París. Obligado a renunciar a su cargo sin sucesor del 4 al 6 de abril en el "Salón de la Abdicación" —parte del "pequeño apartamento del emperador"—, Napoleón intentó suicidarse seis días después al beber un pequeño frasco de veneno, que llevaba colgado del cuello desde hacía tiempo. "Pero este veneno era demasiado viejo para ser eficaz", explica Christophe Beyeler, conservador jefe del patrimonio del Museo Napoleón I del castillo. "Y escapó de la muerte". El 20 de abril, Napoleón se despide de sus tropas y es exiliado a Elba. 

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Lleno de unas 30,000 obras de arte, entre ellas muchos cuadros emblemáticos de Napoleón, el extenso castillo alberga algunas exposiciones en largas alas. No te pierdas el impresionante conjunto de 11 habitaciones del apartamento del papa. En el Museo Napoleón I, en el que se conservan desde sables hasta chaquetas del emperador, se exhiben retratos de los hermanos de Napoleón, a menudo ignorados, como gobernantes de los reinos que les dio, desde Holanda hasta España. Con sus numerosos tesoros, 321 hectáreas de jardines y parques, y un restaurante —perfecto para descansar de todo el resplandor—, este castillo puede llenar la mayor parte de tu día.

Lo que debes saber. Entrada: 14 euros (unos $15). Ruta más fácil: el tren de 40 minutos desde la estación Paris Gare de Lyon. Un trayecto de 10 minutos en el autobús 1 te deja frente al castillo. El acceso para sillas de ruedas es limitado.

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