Vida Sana
Cuando dependes de un ingreso fijo o tienes facturas que no puedes pagar, puede resultarte tentador pedir dinero prestado a compañías que otorgan préstamos sobre títulos de autos.
Después de todo, estos prestamistas ponen dinero en tus manos de manera conveniente, rápida y sin mucho problema… al menos al principio.
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Sin embargo, tu préstamo sobre el título del auto es “definitivamente, el modo incorrecto de atacar un problema financiero a corto plazo”, sostiene Jay Speer, director ejecutivo del Virginia Poverty Law Center, una organización sin fines de lucro que intercede a favor de los ciudadanos de bajos ingresos de ese estado.
“Hablamos de ‘préstamo’ cuando uno tiene la capacidad de saldarlo, de devolver el dinero”, explica. “Pero los prestamistas sobre títulos de autos ni siquiera evalúan esa capacidad. Eso se llama usura. Y la usura significa engañar a alguien para que entre en un ciclo de endeudamiento del que no podrá salir. El prestamista solo quiere que sigas pagando intereses”, según Speer.
Los préstamos sobre títulos de autos constituyen un negocio de $5,200 millones al año, de acuerdo con el Center for Responsible Lending. Hay alrededor de 7,730 de estos prestamistas operando en 21 estados, lo que les cuesta a los prestatarios $3,600 millones ($3.6 billion) en intereses sobre $1,600 millones ($1.6 billion) otorgados en préstamos.
Si bien ni los funcionarios estatales ni los prestamistas sobre títulos de autos llevan registro de la edad de los prestatarios, una buena parte de estos préstamos podría estar yendo a consumidores de mediana edad y ancianos. Alrededor del 20% de los adultos mayores estadounidenses han tomado estos préstamos, según una encuesta nacional de AARP llevada a cabo en el 2008 y titulada “A Portrait of Older Underbanked and Unbanked Consumers”.
Una de cada cinco personas de 45 a 64 años con ingresos de menos de $50,000 usó un vehículo para obtener un préstamo a corto plazo. Y alrededor de la tercera parte de las personas de 65 años o más recibió préstamos sobre el título de un automóvil.
“La mayoría de la gente toma estos préstamos para salir de un apuro económico”, como pagar una factura de gas o electricidad, o una tarjeta de crédito vencida, explica Speer.
Pero la persona promedio que pide prestados $1,000 sobre el título de su automóvil generalmente termina pagando entre $3,000 y $4,000, señala.
De modo que si bien el préstamo pudo ayudarte inicialmente a pagar esa factura impaga, “ahora estás mucho peor”, dice Speer. “En general, terminará agravando la crisis y tu situación será mucho peor”.
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