Vida Sana
Las personas mayores de 50 años son el blanco preferido de delincuentes que buscan robarles lo que han ganado durante toda una vida.
El FBI nos da varias razones por las que esto es así. Primero, las personas mayores por lo general tienen más dinero, que han invertido en su vivienda y en ahorros jubilatorios. Además, estas personas crecieron en una época en la que se confiaba más. Tienen necesidades de salud específicas de las que se pueden aprovechar los estafadores. Y por lo general, cuando una persona mayor es víctima de un engaño, a menudo le da vergüenza denunciar la estafa.
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El resultado es que el año pasado los estafadores robaron decenas de miles de millones de dólares de personas mayores y de los programas que las asisten. Se estima que solo el fraude a Medicare alcanza a $60,000 millones ($60 billion) por año. En julio de este año, los investigadores federales arrestaron a 412 personas que llevaban a cabo maniobras de fraude en el área de los servicios de salud y robaron $1,300 millones ($1.3 billion).
¿Pero quiénes son estos ladrones? A menudo son personas que se han ganado la confianza de la víctima con la presentación de credenciales aparentemente legítimas de trabajadores sociales, médicos, abogados y asesores financieros. Son expertos en manipular el deseo de las personas mayores de asegurar su futuro financiero. A veces se aprovechan de las emociones de la víctima haciéndose pasar por amigos o como un interés romántico.
Hemos reunido una galería de gente deshonesta que fingió ser amiga de personas mayores o prestarles servicios, y luego les robaron el dinero y defraudaron también a los programas de los cuales estos adultos mayores dependen. Todos los delincuentes presentados aquí han sido declarados culpables y están en la cárcel, de camino a la cárcel o prófugos.
Para obtener más información sobre cómo evitar ser víctima de una estafa, consulta el informe de Sid Kirchheimer, escritor de Scam Alert, sobre las características que buscan los ladrones en sus víctimas.
1. Fraude al seguro por discapacidad
Un abogado saquea fondos federales
Se presentaba como "Mr. Social Security" en una serie de avisos televisivos baratos. Pero las personas mayores con intereses en ese programa probablemente lo llamen con varios otros nombres después de conocer los detalles de la estafa que dirigía y con la cual defraudó al Gobierno de una gran cantidad de dinero.
El abogado de Kentucky Eric C. Conn admitió haber estafado a los contribuyentes en casi $600,000,000 en un fraude relacionado con el Seguro por Discapacidad del Seguro Social (Social Security Disability Insurance, SSDI). Y luego se dio a la fuga. Antes de desaparecer había transferido grandes sumas de dinero a bancos en el extranjero, informó el FBI.
El engaño era penosamente simple de ejecutar. Conn usaba publicidad llamativa, incluida una con un video musical con mujeres jóvenes que llamó "Conn's Hotties" (las chicas sexis de Conn), para atraer clientes. Había pagado $500,000 por la instalación de una estatua de Abraham Lincoln de 19 pies cerca de su oficina en Stanville, una zona rural de Kentucky, para impresionar a sus clientes.
Según los documentos del tribunal, miles de personas que no reunían los requisitos para recibir beneficios del SSDI fueron inscritas en el programa durante un período de ocho años. Tal como explicaron los fiscales, el estafador enviaba a los clientes a médicos deshonestos, entre ellos el psicólogo clínico Alfred Bradley Adkins, quien también fue imputado en la estafa. Allí recibían evaluaciones falsas de discapacidad. Luego, los reclamos de los solicitantes eran aprobados por el juez de derecho administrativo David Daugherty, quien fue acusado de aceptar sobornos para aprobar los documentos.
"Los imputados están acusados de diseñar una compleja estafa para causar el pago fraudulento de $600,000,000 en beneficios federales por discapacidad y cuidado de la salud", dijo la fiscal general asistente Leslie R. Caldwell.
Daugherty recibió una condena de cuatro años de prisión por aceptar más de $600,000 en sobornos. Adkins fue declarado culpable y está a la espera de la sentencia. De acuerdo con los fiscales federales, se estima que la porción de Conn supera los $23,000,000. El abogado se declaró culpable de robo de dinero al Gobierno y pago de sobornos y enfrentaba una condena de doce años. Pero desapareció al poco tiempo de la sentencia. Las autoridades creen que está fuera del país.
2. Una estafa "personalizada"
La muerte no detuvo los robos
La empresa se llamaba "A Better Choice" (Una elección mejor) y brindaba servicios domiciliarios personalizados para asistir a personas mayores con las tareas domésticas y las finanzas.
Pero contratar a este grupo resultó ser la peor de las elecciones posibles para al menos doce personas que perdieron los ahorros de toda su vida a manos de esta empresa y de un conocido abogado.
Los delincuentes buscaban a personas mayores que parecían tener mucho dinero pero ningún familiar cercano que los protegiera. A estos clientes potenciales les ofrecían una variedad de servicios, desde ocuparse de sus negocios personales hasta administrar sus asuntos legales y financieros.
Una vez establecida la relación, los estafadores creaban poderes legales falsos o convencían a las víctimas de que les firmaran uno. Luego, vaciaban las cuentas bancarias de las víctimas. Las autoridades dijeron que robaron al menos $2,700,000.
"Al robar los ahorros de toda la vida de clientes mayores que no tienen familiares que los protejan, estos acusados se colocaron en el nivel más bajo que puede tener un estafador", dijo el fiscal general de Nueva Jersey, Christopher Porrino.
En este caso, cinco personas se declararon culpables o fueron halladas culpables, entre ellos la abogada Barbara Lieberman; Jan Van Holt, propietaria de A Better Choice, y su hermana, Sondra Steen. Los otros son Susan Hamlett, quien trabajó para la empresa, y un ex trabajador social del condado llamado William Price, quien ayudaba a identificar a las víctimas y defraudarlas.
Según los documentos legales, Van Holt utilizó los fondos robados para comprar dos Mercedes-Benz y un condominio en Florida, entre otras cosas. Lieberman utilizó una porción de sus ganancias deshonestas para pagar la deuda de sus tarjetas de crédito, que llegaba a las seis cifras.
Una de las víctimas fue una mujer de 94 años a quien le quitaron su casa por medio de una hipoteca revertida firmada sin su conocimiento. La mujer se vio obligada a ir a un hogar de ancianos, donde murió. Lieberman le robó más de $600,000 a una mujer de más de 90 años de una cuenta que abrió en su nombre y el de la víctima. Cuando la mujer murió a los 95 años, Lieberman creó un testamento en el que se designaba como ejecutante testamentaria y continuó robando de la herencia.
Todos los ladrones pasarán tiempo en la cárcel: Van Holt recibió una sentencia de doce años; Lieberman y Steen fueron condenadas a diez años; Hamlett recibió una sentencia de tres años de cárcel y William Price fue condenado a cinco años.
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