Vida Sana
Los problemas que plantea el fraude en Estados Unidos son muy evidentes: casi nunca pasa un día sin que recibamos un correo electrónico, una llamada telefónica o un mensaje de texto ilegales cuyo objetivo es robarnos. Las estadísticas anuales de fraude en el país son escalofriantes: los consumidores pierden miles de millones de dólares, y llegan billones de llamadas y mensajes de texto fraudulentos a nuestros teléfonos.
Lo que no es tan obvio son las actividades que se llevan a cabo en segundo plano para luchar contra la que podría considerarse la mayor ola de delincuencia de todos los tiempos. Sin embargo, en una amplia serie de entrevistas encontramos una importante combinación de iniciativas destinadas a reducir las amenazas de fraude para todos los adultos mayores del país. Estos son solo algunos ejemplos de estos esfuerzos.
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Iniciativas estatales y locales de lucha contra el fraude
Los estados desempeñan una función primordial en la guerra contra el fraude y responden con medidas nuevas y enérgicas. Algunos ejemplos:
En diciembre, Nueva York aprobó una ley que obliga a los comercios minoristas que venden tarjetas de regalo a exhibir advertencias para los clientes sobre las estafas con tarjetas prepagadas e instrucciones sobre lo que deben hacer si descubren una estafa.
La ley Stop the Fraud (Detén el fraude) que se promulgó en Nueva Jersey en el 2022 exige que los minoristas que venden tarjetas de regalo capaciten a los empleados para identificar y responder al fraude.
En Wyoming, una iniciativa aprobada en febrero por el gobernador Mark Gordon (republicano) permite que los bancos y las cooperativas de crédito retengan durante cinco días una transacción que consideren parte de una estafa y la denuncien a las fuerzas del orden público.
En cuanto a las fuerzas del orden, el fiscal general de Connecticut, el demócrata William Tong, afirma que él y otros fiscales generales de otros estados han estado trabajando de forma “bipartidista y multiestatal” con el fin de hacer frente a las estafas que se producen más allá de sus fronteras. Un ejemplo: una coalición de 38 fiscales generales estatales, en colaboración con la Comisión Federal de Comercio, clausuró una empresa llamada Associated Community Services que había utilizado “miles de millones” de llamadas automatizadas para convencer a la población del país de donar al menos $110 millones a organizaciones benéficas ficticias.
Algunas ciudades y localidades también participan activamente en la lucha contra las estafas. En la zona metropolitana de Cleveland, el Departamento de Asuntos del Consumidor del condado de Cuyahoga dirige una “brigada antiestafas” que enseña a las personas a detectar y evitar las estafas, señala Sheryl Harris, directora de la agencia.