Vida Sana
Cuando fallece tu pareja, pierdes muchas cosas: a tu mejor amigo, tu estabilidad y un futuro juntos. Y justo cuando estás en el peor momento, de repente te das cuenta: también podrías perder mucho dinero.
Tus finanzas pueden colapsarse de muchas maneras justo cuando estás enfrentando el duelo. Por ejemplo:
- Si tu cónyuge seguía trabajando —y según la Oficina del Censo, la edad promedio en que las mujeres enviudan es de 59 años—, puedes perder una gran parte o la totalidad del ingreso familiar.
- Si ambos están jubilados, tu hogar puede pasar de recibir dos beneficios del Seguro Social a uno solo.
- Puede aumentar tu tasa de impuestos, ahora que vas a presentar declaraciones individuales.
- Puedes perder el acceso a las tarjetas de crédito que creías que eran tuyas, pero que estaban registradas a nombre de tu cónyuge.
- La disponibilidad de los ahorros, las cuentas jubilatorias y las inversiones podrían retrasarse o incluso bloquearse si la información del beneficiario no se llenó correctamente.
- Puedes perder las herencias que esperabas si tu cónyuge tuvo la mala suerte de morir antes que sus padres.
- Tal vez debas contratar a alguien para que se ocupe de las muchas cosas que hacía tu cónyuge, desde el cuidado del césped hasta el mantenimiento de la vivienda.
- Si enviudas de un segundo matrimonio, los bienes de tu cónyuge pueden pasar a los hijos de su primer matrimonio, y no a ti.
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No cabe duda de que el mejor momento de ocuparse de todo esto es antes de que fallezca tu cónyuge. Los asesores financieros no tienen inconveniente en dar gran cantidad de consejos de planificación antes del fallecimiento: actualiza la información de tus beneficiarios en todas tus cuentas; adquiere un seguro de vida adecuado; haz una lista de las cuentas, las contraseñas y los pagos mensuales que se deben efectuar. ¿Y después de que él haya partido? La situación se complica. (Ten en cuenta que suele ser “él”, ya que el 58% de las mujeres y el 28% de los hombres de 75 años o más son viudos. Empleo esos géneros en este artículo, pero abarcan a todos).
Después del fallecimiento, hay más dolor y menos opciones. “Creo que muchas personas enviudan y se sienten tan desamparadas que no pueden tomar decisiones”, explica Karen Altfest, una asesora financiera de Nueva York que trabaja con clientas mayores. Sin embargo, no es una causa perdida, y estas estrategias financieras pueden proteger tus finanzas mientras haces frente a tu nuevo futuro y a tu dolor.
Consigue la ayuda adecuada
Aunque suelas encargarte personalmente de administrar tu dinero, es útil que un profesional evalúe tu nueva situación financiera de forma integral. ¿Qué cuentas hay que cambiar, transferir, cambiar de nombre o reconsiderar? ¿Puedes seguir pagando tu casa? ¿Cuál es tu mejor estrategia en cuanto a seguros y jubilación para el futuro? Puedes buscar un asesor que se especialice en estos temas para que examine tu situación una vez y luego se aparte. Eso sí, no te aferres a alguien que apenas conoces que se ofrezca a ayudarte a administrar tu dinero, advierte Altfest. “Lo que me preocupa es que algunas de estas viudas pueden convertirse en víctimas”, señala. “Alguien que casi ni conoces y de pronto se te acerca demasiado”.
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