Vida Sana
Cuando los planes jubilatorios 401(k) surgieron por primera vez, algo quedó totalmente claro: muchos inversores simplemente no tenían el conocimiento o el deseo de administrar su dinero. En vez de un plan que debieran manejar ellos mismos, lo que querían era un plan en el que alguien se encargara de eso.
La respuesta de la industria financiera fue los fondos con fecha objetivo, que orientan las inversiones hacia una fecha proyectada de jubilación, por ejemplo el 2030 o el 2045. A medida que la fecha se va aproximando, estos fondos mutuos reducen sus activos más riesgosos, como las acciones, y comienzan a cargar la cartera con inversiones de menor riesgo, como dinero en efectivo y bonos. Desde su lanzamiento en 1994, esos fondos han demostrado ser tremendamente populares: a fines del 2021, habían reunido a millones de inversores y casi $3.3 billones en activos.
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La idea es aumentar la solidez de la cartera y hacerla menos riesgosa a medida que se aproxima la jubilación, porque los jubilados tienen menos ingresos para compensar las pérdidas del fondo. Y eso ha dado relativamente buenos resultados... hasta este año.
Los 10 fondos más grandes orientados a las personas que planean jubilarse en el 2030 perdieron, en promedio, el 20.4% aproximadamente, lo mismo que el índice de acciones Standard and Poor’s 500, según Morningstar, la empresa de seguimiento de inversiones con sede en Chicago. Si bien esto no es motivo para abandonar los fondos con fecha objetivo, es un buen recordatorio para examinar en detalle cómo administra tu fondo tus ahorros jubilatorios.
Mercados difíciles
Normalmente, los precios de las acciones y de los bonos se mueven en direcciones opuestas. Las acciones son los más optimistas en el mundo de las inversiones, que se disparan cuando la economía está en auge, las ganancias corporativas crecen y las tasas de interés bajan. Lamentablemente, cuando caen, caen duro.
No solo las acciones de Estados Unidos han sufrido pérdidas del 20% (o más), sino que las acciones extranjeras también fueron afectadas, por lo que la diversificación mundial —que a menudo se considera una medida prudente— no hizo más que aumentar los problemas de los fondos con fecha objetivo. Las acciones en países que usan el euro, por ejemplo, han caído casi el 23% este año debido a la guerra en Ucrania y al aumento del dólar.
Los bonos, por otro lado, solo están felices cuando llueve. Un bono, al igual que un certificado de depósito bancario (CD), paga una tasa fija de interés. Cuando las tasas de interés suben, los inversores desdeñan los bonos más viejos con tasas de interés más bajas, y el valor de los bonos cae. Normalmente, una mezcla de acciones y bonos produce una trayectoria menos volátil a lo largo del tiempo, con ganancias menores a las de un fondo de acciones, pero también con menos pérdidas.
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