Danny Trejo, sabio y divertido

Y ahora usted hace lo mismo. Incluso alertó a sus seguidores en Twitter de que ayudaran a Lady Gaga a recuperar a sus perritos robados en febrero.

Sí. Envié un mensaje de texto y le dije, "Gaga, no te preocupes, tenemos gente buscando".

Los comentarios de algunos de sus 439 mil seguidores en Twitter fueron muy divertidos.

La gente simplemente dijo que esas personas que se los llevaron deberían cuidarse porque Machete andaba buscándolos (risas). ¡Y los regresaron un par de días después!

Al hacer una revisión de su vida para escribir el libro, ¿qué piensa que aprendió de quienes estuvieron a su cargo en la infancia y juventud?

Cuando yo crecí, mi familia no era nada afectuosa. Mi abuelita era la matriarca y trataba de separarnos a sus nietos de la violencia de sus hijos hombres, y nos ponía a rezar a mis primas y a mí. Mi papá jamás me dijo “te amo”. Por eso, yo ahora se lo digo todos los días a mis hijos. Y pienso que eso es muy importante. Mis hijos son fuertes, saben pelear, pero no son duros. Son cariñosos y no temen abrazarme. A mí me daba miedo besar a mi papá. Nunca lo hice. Eso no era cosa de “hombres”.

En el libro, sin embargo, usted menciona que el único que era afectuoso con usted era Gilbert, el hermano menor de su papá. Pero Gilbert también era un asaltante a mano armada y lo introdujo en las drogas, por lo que resultó un arma de doble filo, ¿no?

Sí, pero a la vez él fue quien me enseñó a boxear, lo que sería de gran utilidad en mi vida, e indirectamente fue Gilbert por quién me animé a escribir este libro. Mi exesposa me dijo un día: “Deberías escribir sobre los eventos que te formaron. Tú ya estabas hecho antes de entrar en la cárcel”. [Le contesté], “Pero, ¿qué tendría que enseñar? Nunca fui abusado, ¿verdad?” y me respondió: “¿No crees que darle marihuana a un niño de ocho años es abuso? ¿O heroína a uno de 12?” Eso me puso a pensar y me decidió a revisar mi pasado y analizar las circunstancias que me llevaron a llevar una vida criminal y a entrar y salir de la cárcel por años.

¿Cómo una especie de auto-reflexión?

Sí. Fue un vistazo al pasado sin amargura, sin rencores, pero para llegar a eso tuve primero que aprender a perdonarme a mí mismo.

Además de sus labores altruistas como las conferencias sobre el abuso de alcohol y drogas, es coleccionista de autos, motociclista y dueño de restaurantes. ¿Cuál de todas esas cosas le trae más satisfacción?

La mayor alegría que he tenido es que mi hijo escribió y dirigió una película llamada From a Son para mí. Ser dirigido por mi hijo y saber que tenía que darle el mismo respeto que a Robert Rodríguez o a Michael Mann. Fue divertido porque al principio me costó aceptar que me diera indicaciones.

¿Por qué cree que Dios lo distinguió para tener un destino especial?

Creo que había la firme intención de cumplir mi promesa y ayudar. ¿Y sabes qué? Desde que salí de la cárcel, incluso antes, he ayudado a alguien. Hablo con Diosito todos los días cuando me despierto y le pido, "Déjame ayudar al menos a tres personas hoy. Déjame caminar en tu sombra". A veces es instantáneo y a veces es poco a poco.

¿Cómo se mantiene en forma?

Hago ejercicio. Camino. Intento siempre estar activo porque a los 77 años hay que mantener el corazón latiendo.

En sus películas, su imagen tan fuerte está suavizada con un poco de humor. ¿Qué papel juega el humor en su vida real?

Creo que algunas de las mejores relaciones que he tenido han sido las más divertidas, han sido personas que pueden reírse de sí mismas. Y creo que una de las cosas que muestra el libro es que, no importa cuán mezquina sea la gente, con risas y humor, todo puede mejorar.

¿Sigue teniendo vínculos estrechos con México o siente que también pertenece a ese país?

Todo el mundo conoce a Machete en México.

Me consta. Yo lo entrevisté en el festival de Morelia y nunca había visto tal cantidad de gente volcarse en las calles para ver a una celebridad.

Fue increíble. Mi hijo estaba conmigo y me dijo: "Papá, te tratan como si fueras uno de los Beatles". Hasta a mi hijo le pedían que tocara a los bebés para la buena suerte. La experiencia más abrumadora de mi vida.

Nota de la redacción: Partes de esta entrevista fueron publicadas en la edición de junio/julio de AARP The Magazine.