Vida Sana
Muchas mujeres mayores de 50 años han dado un saludable giro de 180° a su estilo de vida. Para empezar, estamos comiendo mejor, cambiando a frutas y verduras orgánicas y revisando las etiquetas de información nutricional antes de comprar. Estamos haciendo más ejercicio y tratando de eliminar el estrés conscientemente con yoga o meditación. Nos preocupamos por proteger el medio ambiente y el planeta en general. Si tú eres una de esas personas, la tendencia hacia la "belleza ecológica y pura" es probablemente lo que sigue en tu lista de lo que hay que practicar en el 2020. Investiga bien antes de entrar en eso, ya que toda la categoría es un poco confusa y difícil de navegar. Los siguientes son 10 consejos para ayudarte a hacer a tu rutina más ecológica.
1. Compara productos
Aunque Trader Joe's, Whole Foods y tu tienda local de alimentos saludables venden productos de belleza naturales, y hay sitios web de belleza pura como credo.com y goop.com que cuentan con marcas ecológicas de belleza a nivel de lujo, la categoría realmente ha crecido en tiendas minoristas masivas asequibles como Target, Walmart y tus farmacias locales CVS o Rite Aid. Incluso las marcas familiares como Herbal Essences, Garnier, Matrix y Physicians Formula hasta cierto punto se han vuelto ecológicas y, junto con las marcas naturales de farmacia como SheaMoisture, Burt's Bees, Dr. Teal's y Love Beauty and Planet, hacen que sea fácil y económico hacer el cambio.
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2. Aprende la jerga
El empaque es atractivo y el solo ver los productos te hace sentir como una Madre Tierra, pero las categorías pueden ser complicadas. Esta es una guía general: "puro" (clean) es básicamente un término global que se usa para indicar un producto fabricado sin ingredientes potencialmente dañinos; ya sean químicos o naturales. Los términos ecológico (green), orgánico y natural designan productos elaborados con ingredientes derivados de plantas, que son sustentables y seguros para el medio ambiente. Vegano o libre de crueldad animal significa que los ingredientes no se han probado en animales y que se adquieren y empacan de manera ética. Lee la letra pequeña en la etiqueta o el paquete, ya que el nombre en sí no siempre lo revela todo.
3. Decide qué quieres evitar
Todo ese concepto de belleza por salud y bienestar es atractivo por sí mismo, y quizás ese sea suficiente incentivo para que hagas el cambio. Para otras personas es el factor de la pureza: la opción de eliminar ciertos ingredientes potencialmente dañinos de su rutina diaria, así como lo hacen con sus alimentos. No hay grandes estudios concluyentes ni reglamentos (y seamos honestos, hay millones de productos de belleza no ecológicos que son excelentes), pero existe suficiente información científica y noticias que impulsan la categoría de belleza pura y ecológica. Todo depende de la preferencia. Decide cuáles, si las hubiese, son tus condiciones no negociables personales y asegúrate de que no estén en la lista de ingredientes cuando hagas las compras. No necesitas un título en química; simplemente ten en mente que los ingredientes que se evitan con mayor frecuencia son los parabenos (conservantes), sulfatos (eliminadores de humectación) y ftalatos (emulsionantes), fragancias y tintes sintéticos, silicones, protectores solares químicos (como oxibenzona) y sales de aluminio en los desodorantes.
4. Intercambia los artículos básicos cotidianos
Tirar todos tus productos de belleza a la vez no es ni necesario ni realista, y además puede ser muy costoso. Hagamos las cosas sencillas. Un humectante para la mañana/noche, limpiador facial, protector solar, desodorante, champú y acondicionador es lo que debes buscar como un régimen, pero empieza con los productos para la piel o el cabello y después añade más. Usa marcas económicas con las que estás familiarizada y que estén fácilmente accesibles (para que las puedas comprar otra vez si la prueba funciona). Combina productos como limpiador y humectante o champú y acondicionador para minimizar, detectar fácilmente y controlar cualquier reacción a productos.
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