Vida Sana
Parte 1: Una bolsa de dinero
EN ABRIL DEL 2018, se publicó un video en YouTube que lo cambió todo. Fue grabado con un teléfono celular en la Comic Con de Silicon Valley, una convención de cómics en la que Stan Lee fue una atracción estelar. En este video algo borroso, el hombre de 95 años, creador de Spiderman, Hulk, Black Panther, X-Men y otros cómics de Marvel, parece no poder firmar con su nombre. Lo cual es importante notar, porque Lee y sus representantes estaban allí para vender su firma en $120 cada una. Un hombre de pelo oscuro de unos 40 años, vestido como un mafioso de MTV, con una chaqueta de cuero negro, un sombrero negro y gafas de sol, guiaba al escritor apenas consciente en esta tarea.
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El hombre, identificado más tarde como el exsocio de negocios de Lee, Keya Morgan, le hablaba a Lee como si fuera un niño, como si le estuviera enseñando a deletrear su nombre. “Stan Lee. S-T-A-N...” Morgan lo deletreaba una y otra vez mientras un cómic tras otro se deslizaba frente al canoso Lee.
En el video, Lee se ve inestable, apoyado en una silla, mientras una fila de fanáticos sale del cuadro, cada uno esperando la oportunidad de conocer a su héroe. Aunque el video solo dura 58 segundos, es doloroso verlo. En el humor negro de internet, se conoció como "Weekend at Stan's", por la comedia de culto de la década de los 80, "Weekend at Bernie's", en la que dos agentes de seguros poco profesionales arrastran el cuerpo de su jefe muerto para convencer a sus amigos de que sigue vivo. Los fanáticos que vieron esta tragedia escribieron en la página de Facebook del evento con indignación. "Ese hombre es una leyenda y lo arrastraron como una bolsa de dinero", escribió uno.
Unos días después de la publicación del video, el Hollywood Reporter publicó un artículo detallado que documentaba años de actividad cuestionable en torno a Lee, en el que se acusaba a sus asesores de hacerse cargo de su manejo y finanzas y de usar los últimos años de la vida del ícono para enriquecerse, mientras mostraban poca preocupación por el bienestar físico o mental de Lee.
Los informes sobre su abuso se habían ido acumulando poco a poco desde la muerte de su amada esposa, Joanie, en el 2017. Fuerte y franca, la exmodelo británica había dirigido el negocio de la familia Stan Lee con mano de hierro. Supervisaba las cuentas bancarias de su esposo y seguía sus apariciones más cuidadosamente de lo que el propio Lee lo hacía.
También era más hábil en el manejo de su hija caprichosa, Joan Celia Lee, conocida como J.C., lo que también es importante señalar, porque J.C., de 70 años, se convertirá en la protagonista de esta triste historia de (supuesto) abuso de adultos mayores.
Pero en la primavera del 2018, Joanie ya no estaba, el impactante video de la Comic Con había sido visto cientos de miles de veces, y un torrente de acusaciones fue repentinamente lanzado a la arena pública: se habló de millones de dólares saqueados de las cuentas bancarias de Lee, el robo de sus propiedades y el deterioro de su condición física, a plena vista de su legión de fanáticos.
¿Cómo pudo haber sucedido?
Es difícil sobreestimar la influencia de este hombre en la cultura popular de Estados Unidos. Las películas basadas en los personajes de Marvel de Lee han recaudado más de $22,000 millones en todo el mundo, más del doble de las ventas de entradas de todas las películas de Star Wars combinadas. Lee fue reconocido como productor de muchos de estos éxitos de taquilla, pero fueron sus apariciones breves en 39 de ellos lo que produjo los aplausos. Era un jugador de béisbol, que aparecía en la pantalla durante cinco segundos o menos (Vanity Fair comentó que Lee podría haber superado a Alfred Hitchcock como el actor de cameo más reconocible de Hollywood) y solía decir una línea graciosa con un guiño y una sonrisa. Los fanáticos (cuando murió, tenía 3.5 millones de seguidores en Twitter) no podían esperar para señalarlo en cuanto aparecía. ¡Oye! ¡Mira! ¡Es el mismísimo Mr. Marvel!
Después de la muerte de Stan Lee el 12 de noviembre del 2018 en Los Ángeles, el exBeatle Paul McCartney dijo que se consideraba "muy afortunado de haberlo conocido". El empresario multimillonario Elon Musk dijo que las contribuciones de Lee a la humanidad "durarán para siempre". Unos meses antes, el autor de Game of Thrones, George R.R. Martin, había colocado a Lee "justo en la cima, junto con Walt Disney, como uno de los grandes creadores de personajes; probablemente el más grande".
Nos acercamos al segundo aniversario de la muerte de Lee y hay seis demandas civiles pendientes y un proceso penal por abuso de adultos mayores en la fiscalía de distrito del condado de Los Ángeles, que aún está estancado en maniobras previas al juicio. Los tribunales aún no han aclarado muchos de los detalles y la veracidad de los cargos de abuso de adultos mayores contra varias personas. Los casos de abuso de adultos mayores son difíciles de procesar, difíciles de litigar y difíciles de ganar. ¿Fue Stan Lee, como uno de cada diez adultos de 60 años o más en todo el país, una víctima de abuso de adultos mayores, lo cual puede incluir violencia física, tormento emocional, explotación financiera y privación intencional? Hay abundantes pruebas y testimonios que sugieren que esto puede ser cierto.
Pero surgirán preguntas incómodas a lo largo del camino: ¿es posible que nuestro héroe de la vida real, como muchos otros en su situación, fuera cómplice de su propio abuso? ¿Y quién será el villano en esta historia? Habrá muchos sospechosos entre los que elegir, pero al final, te impactará, aunque no te sorprenderá.
Parte 2: Una tentación irresistible
SIEMPRE se trató del dinero. Desde la niñez, Stanley Martin Lieber aprendió a trabajar duro. Lee nunca olvidó que sus padres inmigrantes lucharon incesantemente, "sobre todo, por el dinero o la falta del mismo". De adolescente en Nueva York, vendía periódicos, repartía sándwiches y trabajaba como acomodador de cine. Cuando terminó la escuela secundaria quería dedicarse a la actuación o al derecho, o escribir la gran novela estadounidense. Pero el destino intervino cuando al joven Stan le ofrecieron un trabajo de asistente en una editorial de Manhattan propiedad de su primo Martin Goodman, por $8 a la semana. En 1939, Goodman comenzó un sello editorial de cómics llamado Timely. Timely lanzó Marvel Comics #1, y el destino de Lee estaba fijado. Trabajaría para Marvel durante los próximos 75 años.
Con aventuras y dramas policíacos a $1 por página, Lee fue tan prolífico que adoptó seudónimos, como S.T. Anley y Neel Nats (deletreado al revés) para que pareciera que el editor había contratado a un batallón de escritores. Lee pronto fue ascendido a director editorial en las nuevas oficinas de Timely en el Empire State Building, ya que títulos como Captain America, Sub-Mariner y Human Torch fueron comprados por millones de personas en el auge del cómic en el Estados Unidos de la posguerra.
Pero resulta que el apetito de Lee por el trabajo superó su deseo de aprender lo básico de la seguridad financiera. Aunque seguí su carrera durante décadas y lo entrevisté extensamente en varias ocasiones, me sorprendió (y sigue sorprendiéndome) saber que nunca había tenido los derechos de sus historias. Marvel era dueño de todo y siempre lo sería. Otra sorpresa: Lee no podía dibujar. Sus colaboradores visuales, como Jack Kirby y Steve Ditko, crearon la apariencia y la presentación de cada personaje y tiras cómicas, lo que dio lugar a disputas de por vida sobre quién merecía más crédito. Pero ninguno de ellos consideraba que los cómics tuvieran algún valor. En aquellos primeros días, explica Michael Uslan, el productor de las películas de Batman y amigo de toda la vida de Lee, "una vez que se terminaba un cómic y se enviaba a la imprenta, nadie pensaba que significara algo. Usaban su trabajo para apoyar la taza de café o para apagar sus cigarros".
Como me dijo Lee en una de nuestras entrevistas, "tienes que entender que al crecer durante la Depresión, vi a mis padres luchando por pagar el alquiler. Yo era feliz con tan solo recibir un sueldo y que me trataran bien".
Incluso mientras construía su versión del sueño americano —Stan y Joanie se casaron en 1947, su hija J.C. nació en 1950, y vivieron cómodamente en los suburbios de Long Island— Lee nunca tuvo que tomarse en serio sus finanzas. "Las cosas eran casi demasiado fáciles para mí", escribió en su autobiografía del 2002, Excelsior! "Si Joanie quería más ropa o yo quería comprar un televisor nuevo, decía, 'bueno, escribiré un par de historias más'".
Esas historias y los personajes de Lee en los años 60, en particular Spider-Man, cambiaron el universo de los cómics. Nunca nadie había conocido, como lo describió Lee, "superhéroes con problemas". Se hablaba de estos protagonistas conflictivos al mismo tiempo que se hablaba de la liberación femenina, del agente 007 y la NASA.
Los años 70, 80 y 90 no fueron tan generosos. Aunque Lee se ganaba bien la vida, se alejó cada vez más de los derechos de propiedad, incluso cuando los cómics se convirtieron en películas de gran éxito. Se le escapó el gran día de pago que parecía ser su derecho. Cuando Disney adquirió Marvel en el 2009 por $4,000 millones, Lee continuó recibiendo un salario anual relativamente modesto que nunca incluyó la participación en las películas o programas de televisión de Marvel. Después de que Lee se trasladara a California como embajador de Marvel en 1980, sus esfuerzos personales en el cine y la televisión fracasaron en gran medida, y los ejecutivos de los estudios lo mantuvieron alejado de sus propias creaciones. Su título de "productor ejecutivo" en películas como The Avengers fue principalmente para evitar que los fieles seguidores de Marvel asaltaran las puertas del estudio.
EN EL CICLO DE VIDA de la fama de Hollywood, a menudo llega un momento en que las miradas se desvanecen y las oportunidades disminuyen, pero la sed de adulación —y la necesidad de pagar las facturas— no. Por lo tanto, muchas estrellas mayores comienzan a moverse hacia el mundo de las apariciones en vivo, las convenciones, las firmas de autógrafos, los programas de recuerdos y los endosos, entre otras cosas, todo lo cual puede generar dinero rápido y fácil, "bolsas de basura llenas de billetes de 20", como dijo el Hollywood Reporter. Es un mundo que ha acogido a personas como O.J. Simpson, Mr. T, Mark Hamill y a los elencos de docenas de programas de televisión, entre los que destaca Star Trek, aunque los fanáticos desesperados casi volvieron loco a William Shatner.
Las grandes reuniones de fanáticos conocidas como Comic Cons cumplieron 50 años el año pasado. Y han permanecido, al menos antes de la COVID-19, una exuberante celebración de la cultura geek que atrae a más de 130,000 fanáticos a los grandes auditorios. Cuando Lee cumplió 80 años, sus ingresos giraban en torno a las constantes apariciones, desde San Diego hasta Tokio y Abu Dhabi. Las ganancias de un fin de semana podían ser tan grandes como las de un libro o una película. Pero entre los viajes, la planificación, la logística y los exigentes fanáticos, era un trabajo agotador que requería que Lee aceptara ayuda.
Todo salió bien por un tiempo. Esta nueva segunda carrera generó grandes cantidades de dinero para Lee y su creciente círculo de asesores, y mantuvo satisfecho el hambre de amor y atención del escritor. Pero la naturaleza indómita del negocio lo llevó a la explotación. Como me dijo Paul Greenwood, un fiscal de California con experiencia en más de 600 casos de delitos graves de abuso de adultos mayores y dependientes, "los estafadores pueden oler las oportunidades a una milla de distancia".
Las mismas cualidades de las que se enorgullecen los profesionales de la generación de Lee: trabajar duro, confiar en las personas, mostrar respeto por la autoridad y criar a los niños para ser mejores, fueron rasgos que no le sirvieron de nada al hacerse más vulnerable con la edad. Además, a Lee no le gustaban los bancos y se creía que acumulaba dinero en casa, una tentación irresistible para los empleados sin escrúpulos.
Y luego está J.C., su hija, soltera, que se enredó financiera y emocionalmente con tres hombres que tenían pasados turbios y que luego fueron acusados de malversar una fortuna familiar estimada entre $50 y $70 millones. Stan y Joanie siempre se preocuparon por la estabilidad de J.C. No podía mantener un trabajo. Gastaba demasiado. Crearon un fideicomiso, por temor a que ella malgastara su herencia y terminara viviendo en su auto.
La implicación de J.C. en los asuntos de su padre explica por qué las cosas se mantuvieron en secreto tanto tiempo. Las personas de la generación de Lee son "muy reservadas", dijo Renee Rose, subdirectora de la Elder and Dependent Adult Abuse Section de la fiscalía de distrito del condado de Los Ángeles, que está procesando uno de los casos penales relacionados con la herencia de Lee (aunque la propia Rose no está involucrada en el caso). "No ventilan sus trapos sucios".