Vida Sana
Cuando Gabriele LeMond, de 67 años, salió en marzo de Vancouver, Columbia Británica, Canadá, para visitar a sus nietos en Boise, Idaho, planeaba quedarse dos semanas.
Pero cuando la COVID-19 se expandió por todo el país y el Gobierno recomendó restringir los viajes, regresar a Canadá parecía estar descartado.
"Ciertamente no esperaba quedarse tres meses y medio", dice la hija de LeMond, Danielle Simone Brand, redactora e instructora de yoga. Pero eso fue exactamente lo que sucedió.
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Durante ese tiempo, LeMond desempeñó un papel importante de apoyo en la familia, entreteniendo a los niños por largos periodos de tiempo y diariamente para que Brand y su esposo pudieran trabajar.
"Les quité un gran peso de encima", dice LeMond. "No sé cómo se las arreglaron después de que me fui".
Más cercanía y menos soledad
En todo el país, la convivencia familiar, ya sea propiciada por la pandemia de coronavirus o que ya existía antes del brote, está convirtiendo a los abuelos en los protagonistas de la vida familiar. Cuidan a los nietos mientras los padres trabajan desde casa, ayudan con la educación a distancia, realizan tareas como cocinar y trabajar en el jardín, y leen cuentos antes de dormir. Generalmente, el resultado es una relación más profunda con los integrantes del hogar.
"Me acerqué mucho más a mis nietos y me divertí mucho", dice LeMond.
Los adultos mayores también se benefician de este entorno de vida en familia. Las investigaciones han demostrado que las personas mayores que brindan cuidados a sus nietos presentan un riesgo de muerte 37% menor en un periodo de 20 años, en comparación con quienes no lo hacen o con adultos mayores que no tienen nietos.
Ronan Factora, geriatra de Cleveland Clinic en Ohio, dice que los adultos mayores que se mudaron con la familia debido a la pandemia podrían experimentar beneficios para la salud como consecuencia. “Socializan más, y ese cambio en el entorno social reduce la soledad, la cual puede conducir a la depresión", dice.
Factora añade que cuidar a los niños y compartir las responsabilidades del hogar puede mejorar el bienestar. "Ese sentido de propósito, eso es una parte realmente necesaria de la vida".
Jennifer Shelton, una exdirectora escolar y consultora académica de 75 años, dice que experimentó todo lo anterior cuando alargó su visita y tuvo que vivir inesperadamente con su hija y dos nietos en Ohio durante dos meses y medio al comienzo de la pandemia.
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