Vida Sana
Estados Unidos era un país en el que nos gustaba abrazar. Acurrucábamos a nuestros nietos, abrazábamos para confortar y para saludar.
Pero COVID-19 ha cambiado eso. Ahora abrazarse puede ser peligroso, llevando con ello el riesgo de transmitir un virus que viaja por contacto cercano. Entonces, ¿abandonaremos el abrazo?
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"Vamos a ver muchos menos abrazos en el futuro", afirma Gail Saltz, una profesora asociada de psiquiatría de la Facultad de Medicina Weill Cornell de NewYork-Presbyterian Hospital. "Darse las manos y poner las mejillas en contacto con completos desconocidos probablemente no ha tenido sentido durante mucho tiempo, desde que sabemos cómo funciona el contagio".
Fue electrizante", dice Lucarelli. "No te das cuenta de lo mucho que echas de menos los abrazos hasta que realmente los sientes
— Daria Lucarelli
Abrazar en tiempos de pandemia es una cuestión de controlar el riesgo. Para muchas personas, especialmente las que tienen 65 años o más y aquellas con trastornos médicos subyacentes que tienen un alto riesgo de contraer COVID-19, los abrazos deben ser en su mayoría descartados, al menos hasta que se encuentre una vacuna, dice William Li, un médico que estudia COVID-19 y que es presidente y fundador de la organización sin fines de lucro Angiogenesis Foundation.
Las personas jóvenes también pueden resistirse a abrazar a sus padres o abuelos por miedo a transmitirles el coronavirus. La decisión de no abrazar puede ser en realidad una muestra de cariño, señala Saltz.
"Existe la preocupación de poner a la persona mayor en riesgo", afirma ella. "La persona que los ama se sentiría horriblemente si ella fuera la fuente del virus".
Pero las personas echan tanto de menos los abrazos que se han vuelto creativas. Una abuela de Nueva Jersey se puso un disfraz de unicornio de cuerpo entero y visitó a sus nietos para que la abrazaran. Maureen Sweeney, de 58 años, de Cinnaminson, dijo que la primera vez que abrazó a sus nietos después de estar tantos meses sin hacerlo fue "abrumador". Ella desinfecta el unicornio cada vez que lo usa e incluso compró un disfraz de tiburón para su esposo.
Maureen Sweeney abraza a sus nietos por primera vez en meses con la ayuda de un disfraz de unicornio. Video cortesía de HughE Dillon.
Después de semanas de cuarentena, Daria Lucarelli, de 57 años, de Ventura, California, estaba cansada de saludar a sus cuatro nietos desde lejos. Compró bolsas de basura transparentes, las cortó y les puso cinta adhesiva para crear dos trajes de plástico de cuerpo entero, añadiendo tubos de buceo para respirar. Ella y su esposo de 73 años se presentaron ante la puerta de su hija para ser abrazados.
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