Vida Sana
El pan casero y la crianza de pollos en el patio trasero no fueron las únicas tendencias que se popularizaron durante la pandemia. La convivencia entre padres e hijos adultos jóvenes también aumentó bastante, y la cantidad de jóvenes de 18 a 29 años que volvieron al hogar llegó a niveles que no se habían visto desde la Gran Depresión, según los hallazgos del 2020 de Pew Research Center (en inglés).
Pero todo ha comenzado a abrirse nuevamente, las universidades, las oficinas, los negocios, y muchos jóvenes que regresaron a casa el año pasado se preparan para dejar la casa de sus padres una vez más. Es un cambio que puede afectar a los padres que tienen que lidiar con sentimientos de pérdida y tristeza, pero los expertos dicen que esta segunda vez, la transición no tiene que ser tan dramática. Estas son sus estrategias para facilitar la adaptación.
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Dale prioridad a la confianza y la comunicación
“Pandemia o no, sabemos que los padres se van a preocupar por sus hijos sin importar lo que esté sucediendo en el mundo”, dice la psicóloga clínica Holly Schiff, con sede en Connecticut. Señala que los padres que enfrentan un nido vacío después de meses de convivencia pandémica podrían tener problemas con preocupaciones específicas del coronavirus, como preguntarse si su hijo está practicando el distanciamiento social y usando una mascarilla fuera del hogar.
Para combatir las preocupaciones relacionadas con la pandemia, Schiff recomienda que los padres primero hagan un esfuerzo para confiar en que sus hijos adultos jóvenes son capaces de asumir la responsabilidad de su propia salud y bienestar. A continuación, considera establecer un tiempo dedicado para consultar con tu hijo, ya sea que eso signifique una conversación diaria por teléfono o una llamada semanal de Zoom (solo asegúrate de que tu hijo también esté de acuerdo con el horario y la frecuencia de estas conversaciones).
¿Qué no hacer? “El mayor error que he visto cometer a los padres, y lo que te gustaría evitar, es apoyarte [emocionalmente] en tu hijo”, dice. “Eso puede perjudicar la relación padre-hijo y en realidad puede intensificar los sentimientos de nido vacío”.
En su lugar, Schiff recomienda que las personas busquen fortalecer las relaciones con amigos y otros seres queridos y pasen su tiempo libre enfocándose en pasatiempos y proyectos que tal vez hayan dejado en un segundo plano mientras sus hijos estaban en casa; por ejemplo, el trabajo voluntario, tomar clases universitarias o entrenar para una meta de acondicionamiento físico.
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