Vida Sana
Ha pasado un año desde que el coronavirus se expandió por el mundo; las personas se pusieron en cuarentena, las oficinas se quedaron oscuras y el mundo se paralizó. Ahora que se distribuyen las vacunas contra la COVID-19, muchos dicen que la promesa de cierta normalidad les da la fuerza mental para aguantar un poco más, aunque todavía no sepan cuándo recibirán la inyección.
La ávida senderista Jamie Gold, de 60 años, se está entrenando a conciencia para escalar el monte Kilimanjaro, un viaje que ya ha pospuesto una vez. Aunque no se ha vacunado, tiene la esperanza de hacerlo a tiempo para realizar su trascendental caminata en diciembre. La posibilidad de ese viaje le proporciona algo emocionante por lo que esperar.
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“Intento esperar pacientemente y mantenerme lo más segura posible”, dice.
Gold no es la única persona que tiene esos sentimientos. Incluso aquellas personas que aún no han recibido la vacuna están cambiando de forma de pensar por primera vez en un año. Están planeando reuniones con amigos y familiares, reservando viajes y anticipando la cautelosa reanudación de las actividades diarias. Tienen la sensación de que se avecina algún tipo de final mientras esperan su turno para recibir una dosis.
Durante la pandemia, muchas personas “han tenido la sensación de que las reglas del juego se han cambiado una y otra vez, con poca esperanza de volver a tener un poco de vida normal”, dice Summer Thompson, enfermera especializada en psiquiatría familiar y salud mental. La vacuna supone una infusión de optimismo.
“Empiezo a sentirme más relajado por volver a una cierta sensación de normalidad... Es emocionante”.
Una dosis de esperanza
Drew Harris, organizador profesional de 52 años que vive en Chicago, y su marido son ávidos viajeros, pero no han realizado más que breves viajes por carretera desde que comenzó la pandemia.
Harris ha sido muy cuidadoso el último año. Pero ya que disminuyen los casos de la COVID-19, Harris ha comenzado a retomar algunos de sus hábitos anteriores a la pandemia, como comer en el interior de los restaurantes que están aplicando medidas de seguridad.
Aunque es probable que falten unos meses para su turno de vacunación, ver que otras personas reciben sus dosis lo hace sentirse ilusionado. Harris quiere planear el primer viaje en avión de la pareja en mayo para celebrar el 50.º cumpleaños de su esposo.
“Empiezo a sentirme más relajado por volver a una cierta sensación de normalidad”, dice. “Es emocionante”.
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