Vida Sana
Ray Espinoza, artista residente en Denver, de 86 años, es diestro en pintura, dibujo, escultura, escritura y canto. Pero su carrera artística no despegó hasta que dejó las Fuerzas Armadas y aprovechó los beneficios del GI Bill (Proyecto de ley del soldado) para asistir a una escuela de arte.
De niño, le gustaba pintar y dibujar. Pero cuando tenía 9 años, empezó a trabajar junto a sus padres, que eran trabajadores agrícolas migrantes, ayudándolos a cosechar verduras en los campos. "En mi ciudad natal no había nada que hacer más que alistarse en el Cuerpo de Marines, ir a la cárcel o ser pobre", dice.
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Se incorporó a la Infantería de la Marina a los 17 años durante la Guerra de Corea y fue enviado a Japón, donde ayudó a distribuir armas y suministros por toda la región. Sus dos hermanos mayores y su hermano menor también eran veteranos de la guerra de Corea.
Espinoza, que se identifica como chicano, es decir, estadounidense de ascendencia mexicana, recuerda que durante sus ocho años de servicio conoció solamente a unos cuantos soldados con la misma cultura que él, con los que entabló una amistad que aún hoy valora.
Una ilustre carrera
Cuando dejó las Fuerzas Armadas en mayo de 1962, empezó a centrarse en el arte, y recurrió a sus orígenes, su amor por el arte y su respeto por las Fuerzas Armadas.
Después de graduarse de la antigua Rocky Mountain School of Art, ayudó a fundar el campus multiinstitucional de Auraria, donde enseñó Arte, Historia del Suroeste e Historia del Arte. Su plataforma e influencia le ayudarían a convertirse en un artista chicano muy conocido en todo el suroeste.
"Algunos de mis trabajos de escultura están relacionados con los indoamericanos del suroeste. He hecho muchos estudios y retratos mexicanos", dice. "Hasta escribí un manuscrito sobre la historia de la música chicana, que espero que algún día se publique".
Espinoza calcula que ha escrito 10 manuscritos, 2,000 canciones y 10 libros de poesía. "Así mantengo activa la memoria", afirma.
A lo largo de su carrera, Espinoza desarrolló una plataforma en la que usó su arte para retribuir a las comunidades chicana y militar.
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