Una entrenadora de animales y su manera de relacionarse con las criaturas y las personas

Al principio de mi carrera, hace 29 años, trabajé para una empresa que entrenaba caballos, camellos, leones, tigres, perros y gatos. Esa fue mi introducción al manejo de animales en estudios de televisión y cine. He estado expuesta a todo: primates, grandes felinos. Mi primera experiencia cinematográfica fue en Titanic, donde entrené a perros y ratas. Todavía entreno perros y a veces lobos, pero lo he limitado. Ahora, hago principalmente caballos.

Tienes que recordar: ese es un animal. Tiene un cerebro diferente. No puede hablarte, aunque definitivamente puede comunicarse. Yo uso la regla del 1%: si puedes mejorarlo en un 1% cada día, al final de los 100 días estarás mucho mejor. Si aprenden un poco cada día, después de tres meses de preparación, tendremos algo que presentar ante la cámara.

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Es así como yo también aprendo. Pequeños incrementos. Ir al trabajo todos los días. Aprendiendo y esforzándome.

Helen Mirren, estudiante de Branagan, con Michelle Randolph en el set de la película 1923.

Emerson Miller/Paramount+ © 2022 Viacom International Inc

Y eso es lo que hago con los actores. Hay algunos que nunca han estado cerca de caballos antes, y te das cuenta de que tienen miedo. Si una persona tiene miedo de un animal, se nota en la película. Así que, antes de filmar una temporada de Yellowstone, por ejemplo, hacemos un campamento de vaqueros, donde hacemos que los actores trabajen con sus caballos. Preferiría trabajar con alguien que no sabe nada sobre los caballos que alguien que galopaba desde el quinto grado. Es difícil olvidar malos hábitos, si no conocen nada, puedo enseñarles mucho.

Cualquier entrenador de caballos te dirá que tienes que mirar a dónde vas, no a dónde has estado. Cuando los caballos tiran de una calesa o un vagón, el conductor tiene que mirar hacia adelante en la carretera para poder enviar a los caballos a ese punto. Si el conductor mira directamente a los caballos, no los puede guiar. Es como conducir un auto mientras miras el volante.

Pero la gente finalmente comprende. Todos pueden aprender. Como les digo a los actores con los que trabajo, “lo que hoy te resulta difícil mañana será rutina”.