Vida Sana
Conocí a Rosie Babin en el 2003. Estaba en Fisher House, una residencia temporal administrada por la fundación benéfica y situada en los terrenos del Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, en las afueras de Washington D.C., con su hijo, el soldado de primera clase Alan Babin (en inglés) de la 82.ª División Aerotransportada.
El 29 de marzo del 2003, apenas nueve días después de la invasión de Irak, Alan, que entonces tenía 23 años, había sido el único médico de su pelotón de 41 hombres durante un tiroteo junto a un puente que cruzaba el río Éufrates en la ciudad de Samawah, a 150 millas al sur de Bagdad.
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Cuando un soldado fue herido y se escuchó el llamado de "¡Médico!", Alan no lo dudó. Se había alistado en el Ejército para proteger a su país después de los atentados terroristas del 11 de Septiembre y no vaciló cuando el deber lo llamó. Alan corrió hacia el tiroteo y había avanzado unos 15 pies cuando una bala de un rifle AK-47 le atravesó el estómago.
La herida, del tamaño y la forma de un balón de fútbol, fue devastadora y le destruyó el bazo y el 90% del estómago. Por sus acciones heroicas de aquel día, Alan recibió la Estrella de Bronce con la "V" de Valor y el Corazón Púrpura.
Los médicos del Ejército temían que no sobreviviría, pero pudieron estabilizarlo. Desde que llegó al Walter Reed, Rosie, su madre, nunca se separó de él. De eso hace ya más de dos décadas, ella sigue siendo su compañera constante y su dedicada defensora.
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En los primeros siete meses, Alan fue sometido a más de 70 operaciones (en inglés). Se requirieron injertos de piel para las quemaduras de brazos y piernas. Contrajo meningitis y sufrió un derrame cerebral debido a que su sistema inmunitario estaba debilitado. Rosie era tenaz. Un reportero observó que ella hacía preguntas generales como "¿Le duele?", y también otras muy especializadas: "¿La tritoventriculostomía endoscópica podría ser una alternativa a la derivación?".
El derrame cerebral de Alan lo cambió todo. "Tuvo que aprender a respirar por sí mismo, a hablar; cuando empezó a hacer el gesto del pulgar hacia arriba, fue enorme", Rosie recordó después (en inglés).
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