Vida Sana
Hace poco, Fausto Rodríguez Mesa, uno de los organizadores del J4 en San Juan de la Maguana, le contó a Minou que la única vez que vio a Minerva fue en la sala de torturas y nunca ha podido olvidar ese momento. Él estaba desnudo, junto con los demás, esperando que le tocara el turno. Acababan de traer a las mujeres a presenciar la sesión de torturas a sus compañeros, cuando escuchó a uno de los caliés decirle a Minerva que se dejara de tanta altivez, pues alguna vez podría ser que alguno de ellos hasta quisiera casarse con ella. La respuesta de Minerva vino como una bala que los estremeció a todos: «Despreocúpese, que eso no va a ocurrir nunca porque a nosotras no nos gustan los guardias y menos si son asesinos como ustedes». (Pág. 170, Capítulo VII, Inicios de 1960, Movimiento 14 de Junio, Crece la Represión).
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