Vida Sana
Un asistente de un hogar de ancianos descubre a una pareja de Kentucky, que no son cónyuges, desnudos y juntos en la misma cama.
Una mujer en Iowa se queja de que el esposo de su compañera de habitación, que no vive en el hogar de ancianos, se sube en su cama para acurrucarse con ella y, ella aduce, que tienen sexo.
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A un hombre le gusta acariciar a las compañeras residentes en su unidad para pacientes con demencia de Minnesota; nadie sabe a ciencia cierta si las mujeres lo incitan o disfrutan de sus caricias o si están siendo abusadas sexualmente.
Como si no fuera lo suficientemente doloroso poner a nuestros padres mayores a un centro de ancianos, ahora surge un nuevo problema: la conducta sexual en los centros. (¿Te acuerdas cuando las cosas eran al revés y les inquietaban tus impulsos sexuales?).
Debido a varios casos de alta relevancia, los hogares —ansiosos de evitar responsabilidades— han comenzado a desarrollar lineamientos que salvaguarden los derechos de sus residentes de disfrutar de su sexualidad en privado, a la vez que los protejan de situaciones inseguras, no deseadas o abusivas. Hasta ahora solo un cuarto de los hogares de ancianos tienen políticas relativas a las relaciones íntimas y sexuales, de acuerdo a una encuesta realizada en el 2013 por AMDA —the Society for Post-Acute and Long-Term Care Medicine—. Casi la mitad dijo que implantar políticas estaba dentro de sus "planes" o que era algo "incierto".
"El sector de los hogares de ancianos está más regulado que ningún otro, pero casi no hay reglas con respecto a la sexualidad", dice Gayle Doll, directora del Kansas State Center on Aging y autora de Sexuality & Long-Term Care. Ella define la expresión sexual como algo que incluye desde halagos, caricias y hasta sexo. "Muchos hogares se están percatando de que esto es algo en lo que piensan las personas y tal vez deban encontrar formas de ayudarlas a sentirse cómodas".
De hecho, la atracción, los abrazos, el coqueteo, las caricias, y, por supuesto, las relaciones sexuales no tienen fecha de expiración. "Esta es una época de la vida donde muchas personas regresan a un cierto nivel de romance que solían tener en sus 20. Ya no puedes lanzarte desde un avión, pero aún puedes generar entusiasmo en tu vida", dice el psiquiatra geriátrico Ken Robbins, profesor de cátedra clínica en la University of Wisconsin-Madison. Las conexiones sociales y el toque humano ayudan a evitar la depresión y la soledad asociadas con la tercera edad y el vivir en hogares de ancianos, agregó.
Cómo las medias tintas tienden a complicar los problemas sexuales en los hogares de ancianos
Demencia
Más de la mitad de los residentes de hogares de ancianos sufre de la enfermedad de Alzheimer o de alguna otra forma de deterioro cognitivo, según la Alzheimer's Association. "Algunas personas que sufren de demencia pueden volverse desinhibidas," añadió Robbins. "Y en un tipo específico, la demencia frontotemporal, la desinhibición ocurre antes de otros problemas cognitivos, por lo que la persona aún puede pensar razonablemente bien. En un lugar que no sea muy animado, la persona puede estar buscando formas de entretenerse o tener algo que lo mantenga esperanzado cada día. Por ejemplo, pueden haber bromas sugerentes con el nuevo caballero en el comedor o coquetear con la dama de la habitación 206.
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