Vida Sana
He tenido el honor y privilegio de acompañar a familiares y amigos durante el recorrido final de la vida de algún miembro querido de sus familias. Para escribir esta columna, conversé con quienes se encuentran todavía en un proceso de duelo. Generosamente, estas personas contestaron a mi pregunta: ¿qué les hizo sentir apoyados durante el tiempo que cuidaron de ese ser amado mientras vivían con él o ella sus últimos días?
Tal vez te sorprendan sus respuestas, pero espero que te sirvan como consejos para apoyar a alguien en la misma situación o para pedir apoyo de quienes te rodean si te encuentras en las mismas circunstancias.
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1. El humor. Poder reírnos constantemente fue la primera respuesta. Yo esperaba escuchar algo relacionado con mantener la fe y la esperanza vivas. La capacidad de seguir riendo y en lo posible ver reír a la persona enferma constituyó la mejor herramienta para sobrellevar los días.
Con gran afecto los entrevistados recordaron momentos jocosos, bromas que hacían durante las visitas, videos de comediantes, y “payasadas” de las personas cercanas e incluso del personal de enfermería y cuidados domiciliarios. ¿Por qué el humor juega un papel tan esencial? La risa, me explicaron, rompía con el silencio que se generaba a raíz de la situación y de conversaciones que nadie quería iniciar, y también nos recordaba —cada vez que oíamos la risa del ser querido— que todavía podíamos celebrar su vida. Poder reír varias veces al día a pesar de saber que se acerca la muerte, no solamente aligera la tensión de la experiencia de cuidado, sino también nos proporciona momentos especiales para atesorar e incluir a la persona enferma. Cada vez que reconocemos a la persona enferma como una persona viva, que aún siente y puede reír, estamos aceptando su calidad de ser humano, alguien que vive dignamente el tiempo que le queda por vivir.
2. La distracción. Recibir algunas visitas y llamadas telefónicas de personas que no le temen a una conversación que no se centre en la gravedad de la enfermedad es un aspecto importante del apoyo. Las familias expresaron su gratitud a quienes se tomaron el tiempo para llevar a cabo alguna actividad y no solamente se sentaron en silencio. Es decir, a quienes propusieron una partida de cartas, dominó, o simplemente conversaron acerca de las noticias, las amistades en común, o fueron compañía para ver un programa deportivo en televisión.
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