Vida Sana
Si eres un cuidador familiar que lleva la cuenta —incluso más de tres años desde que la pandemia azotó al mundo—, la puntuación sigue siendo COVID 1, cuidadores 0.
Esa es la conclusión del nuevo Indicador integral de servicios y apoyo a largo plazo (LTSS - en inglés) de AARP, lo que genera un poco de esperanza junto con muchísimas recomendaciones y advertencias de que persisten grandes brechas en el cuidado a largo plazo de los adultos mayores en los 50 estados desde que la COVID afectó económicamente al sistema de prestación de cuidados del país.
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El problema: el sistema de cuidados a largo plazo en su mayoría no ha logrado recuperarse aún más de tres años después de que comenzara la COVID-19. Este es el primer indicador de servicios y apoyo a largo plazo en el que se analizan los datos —utilizando una variedad de fuentes disponibles públicamente, como los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, la Encuesta sobre la comunidad estadounidense de la Oficina del Censo de EE.UU. y la Oficina de Estadísticas Laborales— desde el punto más alto de la pandemia y más allá. A pesar de que el costo de la atención en el hogar ha aumentado mucho, la disponibilidad y la calidad de los trabajadores de atención directa han sufrido, concluye el informe.
“¿Qué está tomando tanto tiempo?”, pregunta Susan Reinhard, vicepresidenta sénior del Instituto de Política Pública de AARP. “Si la COVID no nos ha enseñado que se necesita apoyar a los cuidadores familiares, ¿qué más queremos que suceda?”.
Incluso entonces, dos estados indecisos en particular —Minnesota y Washington— y el Distrito de Columbia han seguido innovando con maneras únicas de apoyar a los cuidadores familiares a nivel estatal, dice el informe, que se preparó durante tres años.
El indicador LTSS —un proyecto benéfico que se realizó gracias a una subvención de AARP Foundation, con el apoyo de la SCAN Foundation, el Commonwealth Fund y la John A. Hartford Foundation— se ha actualizado cada tres años desde el 2011. Es un mecanismo innovador para alentar a cada uno de los 50 estados a encargarse de sus propias necesidades en cuanto al cuidado a largo plazo al clasificar a los estados de mejor a peor en los servicios de este tipo de cuidados. El informe, rico en datos, tiene en cuenta todo, desde los servicios de atención familiar hasta la fuerza laboral de cuidados a largo plazo, la equidad en los hogares de ancianos y la preparación para emergencias.
Minnesota (en primer lugar), Washington (en segundo lugar) y el Distrito de Columbia (en tercer lugar) lideraron el camino, principalmente debido a su fuerte apoyo a los cuidadores familiares. Carolina del Sur (en el puesto 49), Virginia Occidental (50) y Alabama (51) están en la parte inferior del indicador LTSS.
Estímulo para que todos los estados mejoren
Los estados que se encuentran entre los primeros puestos por lo general tienen un liderazgo muy sólido tanto dentro del Gobierno como en el sector privado, que han convertido el tema de la reforma del cuidado a largo plazo en una prioridad, dice Reinhard. Los que se encuentran cerca de la parte inferior tienden a estar rezagados en la innovación para los cuidados.
“El cuidado a largo plazo es el hijastro de la atención médica”, dice Reinhard. “A nadie le gusta pensar en ello. A nadie le gusta pensar en ser cuidador familiar”.
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