Vida Sana
Nicole Rochester dice que cuando cuidaba a su padre ya fallecido, que sufría de diabetes, ambos “aprendieron a la fuerza” a llevar refrigerios y bebidas para evitar la rápida caída del nivel de azúcar en la sangre durante las largas esperas en el consultorio del médico.
A veces esas esperas pueden ser “muy muy frustrantes” y “creo que a mí me molestaban más que a mi padre”, dice Rochester, una médica de Gambrills, Maryland, que dejó la práctica clínica después de su experiencia como cuidadora para dedicarse en forma independiente a la defensa de la salud.
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Todo cuidador familiar que alguna vez haya tenido que pasar largo tiempo en la sala de espera y luego volver a esperar en la sala de examen, junto a un ser querido vulnerable que temblaba bajo una bata de papel, conoce esa frustración y esa molestia. Las esperas presenciales prolongadas pueden ser especialmente difíciles cuando la persona es muy frágil o está muy enferma, o tiene un trastorno como demencia o incontinencia. Las largas esperas en el teléfono con médicos y aseguradoras también pueden ser un purgatorio especial.
¿Por qué se atrasan los médicos?
Como doctora que ahora se dedica a la defensa de la salud, Rochester tiene una buena idea de por qué los médicos hacen esperar a los pacientes con tanta frecuencia. Dice que entre los motivos principales se cuentan los siguientes:
- Demasiadas citas. A menudo, los médicos “están bajo mucha presión” para ver a una cierta cantidad de pacientes cada día a fin de alcanzar sus objetivos de ingresos. De modo que el personal del consultorio puede hacer más citas de las que se pueden atender con comodidad, con la esperanza de que alguien no se presente.
- Emergencias y otros asuntos inesperados. A veces los médicos deben atender emergencias de pacientes en el consultorio. Algo que sucede con mayor frecuencia es que los pacientes que vienen por un motivo sacan a relucir problemas adicionales cuya atención requiere más tiempo.
- Pacientes que llegan tarde. En ocasiones, tu espera se debe a la demora acumulada que generaron otros pacientes al llegar después de la hora de su cita o llegar tan tarde que no tienen tiempo de completar los documentos previos a la consulta.
Pero Rochester y otros defensores de pacientes dicen que hay formas de limitar esas esperas y afrontarlas cuando ocurren.
Un poco de planificación adicional y un tono firme pero amable pueden ser muy eficaces para aliviar tensiones y minimizar las demoras, señalan. La clave, explica Rochester, es la comunicación entre los cuidadores, los pacientes y el personal. “Si tú trabajas con ellos”, dice, “por lo general ellos trabajarán contigo”.
Estos son algunos consejos de expertos para evitar las esperas prolongadas:
- Evita los horarios de mayor actividad. No llames a última hora del día, cuando el personal está lidiando con tareas acumuladas, dice Rochester. Trata de llamar en cuanto se desactiva el buzón de voz, a primera hora de la mañana o enseguida después del almuerzo, dice (con excepción de los lunes, un día en que los consultorios están abrumados con llamadas sobre problemas que surgieron el fin de semana). Si tienes que comunicarte con una aseguradora, todas las suposiciones con respecto al mejor horario podrían estar equivocadas. Con frecuencia, esas llamadas van a un centro de llamadas en una zona horaria distinta o incluso en otro país, dice Beth Morgan, consultora de facturación médica con residencia en Tolland, Connecticut.
- Usa los portales para pacientes y el correo electrónico. La mejor manera de evitar las interminables instrucciones telefónicas automatizadas y el tiempo de espera en la línea es evitar totalmente el teléfono, dice Barbara Abruzzo, enfermera titulada y defensora de pacientes residente en la ciudad de Nueva York. Después de hacer la cita inicial por teléfono, dice, ella siempre pregunta si hay manera de comunicarse por correo electrónico. Y usa mucho los portales para pacientes en internet. Con frecuencia son la forma más rápida de obtener respuesta directa de un médico a una pregunta simple, explica.
- Haz una cita a mediados de semana. Por lo general, los lunes y los viernes son los días de mayor actividad en los consultorios médicos, dice Rochester. De modo que, si tienes flexibilidad, evita esos días.
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