Vida Sana
Apenas unos días después del muy publicitado suicidio de la diseñadora de modas Kate Spade, a los 55 años, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informan que los índices de suicidio están aumentando drásticamente en todo el país, con un ascenso notable entre las personas de mediana edad en Estados Unidos.
Según el informe de los CDC, los índices de suicidio aumentaron un 30% entre 1999 y el 2016, convirtiendo al suicidio en una de las 10 principales causas de muerte en el país. También es una de las tres principales causas de muerte que permanecen inalteradas por los avances de la medicina o salud pública (las otras que han eludido mejoría son la enfermedad de Alzheimer y la sobredosis de drogas).
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Mientras que los suicidios aumentaron entre todos los grupos de edad, para un total de 45,000 muertes autoinfligidas en el 2016, el índice más alto de aumento y la mayor cantidad de suicidios se dan entre las personas de mediana edad. (No hubo aumento entre los mayores de 75).
De acuerdo con Deborah Stone, una científica del comportamiento de los CDC que escribió el informe, el grupo de edad de 45 a 64 años representa "la mayor proporción de suicidios", con una tasa particularmente alta de aumento durante el período: un increíble 45%. La tasa entre los mayores de 65 años, señaló, aumentó en un 5%.
La tasa de aumento fue levemente mayor para las mujeres que para los hombres, aunque Stone observó que "las mujeres mayores no son las que impulsan la tendencia" del aumento general en el suicidio y que los hombres todavía tienen entre tres y cinco veces mayor probabilidad de morir por suicidio.
En una conferencia de prensa, Anne Schuchat, subdirectora principal de los CDC, especuló que el aumento para las personas de mediana edad en particular podría relacionarse con mayores índices de sobredosis de drogas, así como con lo que ella llamó un fenómeno emergente de "profunda desesperación" entre este grupo de edad. Schuchat señaló que los aumentos en el suicidio tienden a correlacionarse con las crisis económicas y que la recesión nacional que se experimentó durante los años en los que se analizó el riesgo de suicidio "pudo haber afectado especialmente a la población de mediana edad".
Los investigadores también utilizaron el informe y la conferencia de prensa que siguió para enviar un mensaje claro de que el suicidio a menudo ocurre sin que la persona haya tenido antes un problema conocido de depresión o enfermedad mental. "Me gustaría decir que nuestros datos indican que el suicidio es más que un problema de salud mental", afirmó Schuchat. "El suicidio puede sucederle a cualquiera".
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