Vida Sana
Si eres menor de 65 años, tu próxima visita al médico podría incluir un nuevo chequeo: una evaluación para detectar la ansiedad.
Por primera vez, un panel de expertos médicos recomienda (en inglés) que los médicos de atención primaria realicen una evaluación anual a los adultos menores de 65 años, aun cuando estos no presenten síntomas, a fin de detectar esta enfermedad mental cada vez más frecuente.
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Eso podría contribuir a la detección temprana de un trastorno de ansiedad, para que las personas puedan recibir la atención adecuada. Así lo señaló Lori Pbert, integrante del Grupo de Trabajo sobre Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF), en un comunicado el 20 de septiembre del 2022, cuando el proyecto de recomendación del grupo fue publicado por primera vez. La recomendación se finalizó (en inglés) el 20 de junio del 2023 y se publicó en la revista médica JAMA.
“Esto, creo yo, es algo sumamente necesario que debió hacerse hace mucho tiempo”, afirma el Dr. Robert Hudak, psiquiatra del Western Psychiatric Hospital del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh.
Los trastornos de ansiedad constituyen el problema de salud mental más frecuente en Estados Unidos. Más del 15% (en inglés) de los adultos informaron haber presentado síntomas de ansiedad en el 2019, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Y, según datos divulgados anteriormente por el Gobierno federal, aproximadamente el 20% de los adultos en el país tienen algún trastorno de ansiedad. Además, el problema se ha agravado a causa de la pandemia, por lo que el número de casos se ha disparado muy por encima de estas cifras, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, según lo que indican las investigaciones (en inglés).
“De verdad creo que la pandemia de COVID-19 puso de relieve el impacto que el estrés y la ansiedad del día a día pueden provocar en las personas”, afirma Lauren Gerlach, psiquiatra geriátrica y profesora adjunta del Departamento de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Míchigan.
En un informe de los CDC (en inglés) se reveló que, entre agosto del 2020 y febrero del 2021, la proporción de adultos que recientemente habían presentado síntomas de un trastorno de ansiedad o depresión aumentó del 36.4 al 41.5%.
Estas cifras han disminuido en alguna medida desde los momentos más difíciles de la pandemia, según la Dra. Gail Saltz, profesora clínica adjunta de Psiquiatría en el New York-Presbyterian Hospital y la Facultad de Medicina Weill Cornell, y psicoanalista del New York Psychoanalytic Institute en la ciudad de Nueva York. Aun así, persisten muchos factores estresantes que pueden incidir en el nivel de ansiedad, entre ellos las dificultades económicas o la muerte de un ser querido por la COVID-19.
A pesar de su prevalencia, la ansiedad muchas veces pasa desapercibida en los consultorios de atención primaria, según el USPSTF, y son pocos los proveedores que evalúan a sus pacientes para detectarla. Pero si se buscan los signos en pacientes que no presentan síntomas obvios, se podría “aumentar notablemente las probabilidades de que los pacientes reciban un tratamiento oportuno, lo cual podría evitarles años de sufrimiento”, según el USPSTF.
Si los trastornos de ansiedad no se tratan, pueden derivar en otros problemas de salud. Por ejemplo, las personas pueden tener dificultades para realizar sus actividades normales en la casa, en el trabajo o en sus relaciones personales, señala Saltz. “Y si se permite que eso continúe durante mucho tiempo, se verá muy afectada su capacidad de seguir participando plenamente en la familia, con los amigos, en el trabajo, en la superación profesional, todo eso”, dice Saltz.
La ansiedad sin tratar puede resultar también en un caso de depresión clínica, y sus efectos pueden hacerse sentir de muchas maneras, desde la presión arterial hasta úlceras pépticas y dolor crónico. Además, puede causar que en el cuerpo circulen altos niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés. “Y sabemos que la circulación de altos niveles crónicos de cortisol tiene efectos perjudiciales en el cuerpo y el cerebro”, dice Saltz. (La sobreexposición al cortisol puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas y problemas de memoria y concentración, según Mayo Clinic).
“[La ansiedad] afecta a tantas personas —y son tan graves las consecuencias de no detectar y tratarla— que esta medida podría tener un impacto en la salud pública”, señaló Saltz acerca de las recomendaciones.
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