Vida Sana
Además de ser los más afectados por la COVID-19, una nueva encuesta de AARP (en inglés) revela que más de la mitad de los adultos de 50 años o más que se infectaron tuvieron síntomas de COVID prolongada.
Más de un millón de personas en Estados Unidos han muerto a causa de la COVID-19 desde el comienzo de la pandemia, y el 93% de esas muertes se produjeron entre adultos de 50 años o más. La encuesta nacional de AARP de 1,795 adultos de 50 años o más, llevada a cabo por teléfono y en línea, halló que en más de la mitad de los hogares (53%) hubo alguien que tuvo el virus, y entre todos los adultos de 50 años o más, el 40% informaron haber tenido la enfermedad. AARP realizó la encuesta del 14 al 18 de octubre y tiene un margen de error de ±3.27%.
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Entre los que informaron haber tenido síntomas persistentes después de haberse infectado, la fatiga, la tos, la dificultad para respirar, los dolores de cabeza y la niebla mental fueron algunos de los problemas residuales más frecuentes que a veces duraban semanas e incluso meses después de la infección.
La encuesta también mostró que las personas de color tenían un poco más probabilidades de tener síntomas de COVID prolongada. Si bien el 53% de los adultos blancos tenían efectos prolongados de la COVID, el 69% de los latinos, el 71% de los asiático-estadounidenses y el 64% de los adultos negros de 50 años o más tenían síntomas prolongados.
Otros hallazgos clave de la encuesta incluyen:
- Una cuarta parte (27%) de las personas infectadas con COVID tenían síntomas graves, mientras que dos tercios (68%) tenían síntomas moderados a leves. Los adultos no vacunados tenían más probabilidades de haber tenido síntomas graves.
- Los adultos no vacunados tenían más probabilidades de haber experimentado COVID prolongada, al igual que aquellos con síntomas graves durante su infección inicial y aquellos que tuvieron COVID dos o más veces.
- Entre los encuestados con empleo, un tercio (33%) dijeron que los síntomas persistentes de COVID impactaron su trabajo de alguna manera.